Negociar con un Holding: David contra Goliat

Un holding es una estructura empresarial compleja muy utilizada en el retail que permite aprovechar las economías de escala, pero también sortear las “trabas” que encuentran los empresarios en el plano laboral

Por Fluna

09/09/2009

Publicado en

Actualidad / Columnas

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Un holding es una estructura empresarial compleja muy utilizada en el retail que permite aprovechar las economías de escala, pero también sortear las “trabas” que encuentran los empresarios en el plano laboral. Para esto separa y agrupa según su conveniencia.

En estos meses vivimos la triste legislación sobre negociación colectiva que tenemos en el país, tema sobre el cual se ha hablado mucho en este último tiempo, pero nada concreto se ha hecho hasta el momento.

Hace poco terminó una dura negociación entre Cencosud Supermercados (dueña de las cadenas Jumbo y Santa Isabel) y Sintralog, el principal sindicato del área de bodegas. Una más de entre las varias decenas que tiene esta empresa al año, pero la primera para este sindicato que aspiraba a mejorar las condiciones laborales de alrededor de 500 personas, operarios especializados y técnicos, de los cuales casi un tercio ganaba el sueldo mínimo y menos de un quinto excedía los $250.000. A todas luces su realidad no se condecía con la pertenencia a esta gran empresa, que con $65.000 millones en utilidades para el 2008, decía que no había más para sus trabajadores. En este escenario, los trabajadores son como David frente a Goliat.

Cencosud Supermercados es la que aporta la mayor parte de las ganancias al holding Cencosud, el cual en cifras tiene: participación en 5 países, 102.000 trabajadores (10.000 en Cencosud Supermercados, los cuales fueron ahora trasladados a Santa Isabel Administradora S.A.), 39 razones sociales (empresas) en Chile, $6 billones en ventas, $160.000 millones en utilidades y $45.000.000 como sueldo promedio de sus directores.

Un holding es una estructura empresarial compleja muy utilizada en el retail que permite aprovechar las economías de escala, pero también sortear las “trabas” que encuentran los empresarios en el plano laboral. Para esto separa y agrupa según su conveniencia. Por ejemplo, en supermercados existe una comisión negociadora, una política laboral y una empresa que se lleva las ganancias, pero varias razones sociales que contratan a los trabajadores, varios sindicatos, varias respuestas según la ocasión (“es que justo la empresa que te contrata no tiene utilidades”).

Estos problemas se relacionan más ampliamente con el concepto de empresa imperante en nuestra legislación, que dificulta enormemente a los sindicatos a la hora de negociar. Se enturbia la identificación del empleador y se hace difícil reconocer el aporte de los trabajadores a la empresa, permitiendo a la gerencia disfrutar tranquilamente de las utilidades sin necesidad de compartirlas más que con los accionistas. Está claro con esto que en Chile prima el derecho de los gerentes por sobre el derecho de los trabajadores.

Negociar con un Holding no es tarea fácil, estas empresas cómodamente imponen sus políticas de horario, de bonos, de sueldo y de beneficios. Estos últimos han tendido fuertemente a la baja, manteniéndose los ingresos de los antiguos, que son cada vez menos, pero pagándosele un tercio a los nuevos. Finalmente, para mantener felices a los trabajadores, se les tienta con un Bono de Término de Conflicto, que incluso antes de haberlo recibido el trabajador es probable que lo haya gastado en las mismas tiendas de su empleador.

Por otro lado, en la negociación se debe lidiar con despidos de quienes no tienen fuero y apoyan la huelga, reemplazos de trabajadores, amedrentamiento y otras prácticas antisindicales. Si bien estas pueden ser denunciadas por el sindicato, la verdad es que no generan mayores perjuicios para estos monstruos que, con tal de no dar su brazo a torcer, pueden desembolsar lo que sea necesario. En este contexto, la huelga está lejos de ser un derecho fundamental y un poder de los trabajadores, tal como lo plantea la OIT, y pasa a ser un procedimiento que sólo se puede ejercer en condiciones específicas de negociación.

Todo esto se facilita aún más por la atomización de los trabajadores quienes, como David, deberán buscar astutamente un arma con la cual vencer al gigante; un sindicalismo de nuevo tipo, unido, informado, digno.

Contradictoriamente, estas situaciones que significan un freno para las aspiraciones de los trabajadores, se mezclan con un discurso empresarial que se dice moderno: se habla de “colaboradores” en vez de trabajadores y de la importancia del capital humano, se hacen desayunos con la jefatura e incluso se programan jornadas recreativas con el elefantito símbolo, pero ¿dónde está la verdadera inversión en ellos?

Y así, con las grandes ganancias del Holding Cencosud, el señor Paulmann es elegido nuevamente empresario del año a raíz de lo cual señala en una entrevista: “Haber recibido por cuarto año consecutivo este premio es un orgullo y reconocimiento a la labor que realizan los 100.000 colaboradores que trabajan en Cencosud, a quienes se los dedico”. Curiosamente, la mayoría de sus trabajadores están muy lejos de sentir ese reconocimiento.

Por Valentina Doniez

Profesional Fundación SOL

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