Un joven suizo creó el “café al instante sin cafetera"

Hace 80 años se inventó el café instantáneo

Alemania y Estados Unidos lo utilizaron para sus tropas alistadas en la Segunda Guerra Mundial, calificándolo como  “necesario para el esfuerzo bélico”

Hace ochenta años, un joven químico alimentario egresado de la Universidad de Berna, Suiza, y especializado en vitaminas para productos lácteos, se empeñó en crear un extracto de café soluble, que no requiriese cafetera para su preparación.

Su nombre: Max Morgenthaler, talentoso profesional que se incorporó contratado como químico a la sede de la famosa trasnacional fabricante de alimentos Nestlé en Vevey.

Transcurría 1929, el año de la caída de la bolsa y de las quiebras económicas en cascada. De la noche a la mañana, muchos productos agrarios perdieron su valor en todo el mundo.

En Brasil, las reservas de café acumuladas por el gobierno durante años se quedan sin valor de repente. Hasta el punto de que los granos de café se utilizan como combustible para las locomotoras, revela un reporte publicado por el portal de noticias swissinfo.ch.

Un joven suizo creó el “café al instante sin cafetera”. Foto Web.

Solo un proceso industrial para producir café soluble podría evitar una nueva crisis cafetera y un nuevo colapso de los precios. Nestlé, un grupo de envergadura mundial con una sólida experiencia en la conservación de alimentos, aparece como el salvador ante los ojos de los magnates del café.

En Vevey, sin embargo, son bastante escépticos. Los intentos anteriores han fracasado. En los procesos desarrollados hasta ahora, se perdía todo el sabor de la aromática bebida que acompaña desayunos y meriendas.

Pero la perspectiva de beneficios importantes es atractiva. En 1932, la dirección del grupo encargó a Morgenthaler que desarrollara un método que permitiera conservar en un extracto soluble el aroma y el sabor del café.

La investigación de Morgenthaler llevó su tiempo y costó enormes sumas de dinero, y su fruto se hizo esperar.

Mientras tanto, Brasil destruía 52 millones de sacos de café y su precio en el mercado mundial se redujo a la mitad. En agosto de 1935, la dirección de Nestlé puso fin al experimento, pero Morgenthaler, apasionado químico, no se rindió: compró un stock de granos de café y continúó investigando en su casa. Durante los períodos de baja actividad, le permitieron utilizar el laboratorio de la fábrica “a tiempo perdido”.

Alemania y Estados Unidos lo utilizaron para sus tropas alistadas en la Segunda Guerra Mundial, calificándolo como  “necesario para el esfuerzo bélico”.  Foto Web.

En abril de 1937, después de dos años de “trabajar en casa”, está seguro de su hallazgo. Morgenthaler invitó a la dirección del grupo a una degustación. Las reacciones son entusiastas: “¡La madre Nestlé ha dado a luz a un hermoso bebé!”, decían.

Para la empresa, la perseverancia de Morgenthaler es un “regalo del cielo”. Por fin un producto que sacará al grupo de su “monocultivo de leche condensada”. Nestlé planifica la producción industrial de su nueva joya de la corona: Nescafé.

Como mercado de prueba se eligió Suiza. El 1 de abril de 1937, en las tiendas de comestibles del país aparecieron las pequeñas latas redondas decoradas con la etiqueta de color café.

Los primeros destinatarios del “café exprés” fueron los hombres solteros, que por fin pudieron disfrutar de un buen café sin tener que recurrir a las hábiles manos de una esposa, y las amas de casa de clase media que, en caso de una visita inesperada, ahora podían servir una sabrosa bebida rápidamente.

También tuvieron derecho a muestras gratuitas los montañeros, navegantes, exploradores y trabajadores nocturnos. El “café al instante sin cafetera” superó todas las expectativas de los estrategas de marketing.

El extracto soluble de café se convirtió así en el símbolo de un mundo que renació de sus cenizas. Foto Web.

Pero estalla la Segunda Guerra Mundial y el rápido crecimiento de la joven promesa de la familia Nestlé se interrumpe excepto en Gran Bretaña y Suiza, donde las ventas aumentan.

El conflicto armado, sin embargo, también sirvió como trampolín para el producto. En Alemania, el Alto Mando de la Wehrmacht (Ministerio de Guerra) manda fabricar café instantáneo para las tropas especiales, y en Estados Unidos, en el ejército la demanda es tan alta que en 1942 el producto se clasifica como “necesario para el esfuerzo bélico”.

En 1945 Nescafé hizo su entrada triunfal definitiva en Europa Occidental y Japón, incluyéndose en los paquetes de ayuda humanitaria americanos CARE distribuidos a poblaciones en peligro: una campaña publicitaria de incalculable valor.

El extracto soluble de café se convirtió así en el símbolo de un mundo que renació de sus cenizas.

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https://www.elciudadano.cl/tendencias/te-sorprenderan-los-beneficios-de-tomar-cafe/11/07/

https://www.elciudadano.cl/venezuela/ruta-turistica-del-cafe-promueve-agroecologia-artesania-y-gastronomia-venezolana/10/01/

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