Literatura

10 citas para recordar a Eduardo Galeano

A un año del fallecimiento del célebre escritor uruguayo, en El Ciudadano compartimos 10 citas de sus obras más recordadas en toda Latinoamérica. ¿Cuál agregarías?

Por El Ciudadano Argentina

13/04/2016

Publicado en

Artes / Cultura / Literatura

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Galeano 2


 

1) “Aunque no podemos adivinar el tiempo que será, sí que tenemos, al menos, el derecho de imaginar el que queremos que sea. En 1948 y en 1976, las Naciones Unidas proclamaron extensas listas de derechos humanos; pero la inmensa mayoría de la humanidad no tiene más que el derecho de ver, oír y callar. ¿Qué tal si empezamos a ejercer el jamás proclamado derecho de soñar? ¿Qué tal si deliramos por un ratito? Vamos a clavar los ojos más allá de la infamia, para adivinar otro mundo posible”.
“Derecho al delirio” en Patas Arriba. La escuela del mundo al revés

2) “Cuanto más codiciado por el mercado mundial, mayor es la desgracia que un producto trae consigo al pueblo latinoamericano que, con su sacrificio, lo crea”

Las venas abiertas de América Latina

3)“La dictadura del general Videla aplicó en escala jamás vista la desaparición como arma de guerra. La aplicó, pero no la inventó. Un siglo antes, el general Roca había utilizado contra los indios esta obra maestra de la crueldad, que obliga a cada muerto a morir varias veces y que condena a sus queridos a volverse locos persiguiendo su sombra fugitiva”.
“La fundación de los desaparecidos” en Espejos. Una historia casi universal

4)”En 1918, en Moscú, en plena efervescencia revolucionaria, Anatoli Lunacharski encabezó el tribunal que juzgó a Dios. Una Biblia fue sentada en el banquillo de los acusados. Según el fiscal, Dios había cometido, a lo largo de la historia, numerosos crímenes contra la humanidad. El abogado de oficio alegó que Dios era inimputable, porque padecía demencia grave; pero el tribunal lo condenó a muerte. Al amanecer del día de hoy, cinco ráfagas de ametralladora fueron disparadas al cielo”.

“El hombre que fusiló a Dios” en Los hijos de los días

5) “En una sociedad socialista, a diferencia de la sociedad capitalista, los trabajadores ya no actúan por el miedo a la desocupación y a la codicia. Otros motores -la solidaridad, la responsabilidad colectiva, la toma de conciencia de los deberes y los derechos que lanzan al hombre más allá del egoísmo- deben ponerse en funcionamiento. Y no se cambia la conciencia de un pueblo entero en un siantamén. Cuando la revolución conquistó el poder, según Fidel Castro, la mayoría de los cubanos no era ni siquiera antiimperialista”

Las venas abiertas de América Latina

6)  “En el año 2009, una nave espacial descubrió que hay agua en la luna. La noticia apresuró los planes de conquista. Pobre luna”

“El día del agua” en Los hijos de los días

7)“Los peones de los campos de la Patagonia argentina se habían alzado en huelga, contra los salarios cortísimos y las jornadas larguísimas, y el ejército se ocupó de restablecer el orden. Fusilar cansa. En esta noche de 1922, los soldados, exhaustos de tanto matar, fueron al prostíbulo del puerto San Julián, a recibir su merecida recompensa. Pero las cinco mujeres que allí trabajaban les cerraron la puerta en las narices y los corrieron al grito de asesinos, asesinos, fuera de aquí…Osvaldo Bayer ha guardado sus nombres. Ellas se llamaban Consuelo García, Ángela Fortunato, Amalia Rodríguez, María Juliache y Maud Foster. Las putas. Las dignas”.

“El Festejo que no fue” en Los hijos de los días

8) “Si la uva está hecha de vino, quizá nosotros somos las palabras que cuentan lo que somos”
“La uva y el vino” en El libro de los abrazos

9) “Los nadies: los hijos de nadie, los dueños de nada. Los nadies: los ningunos, los ninguneados, corriendo la Liebre, muriendo la vida, jodidos, rejodidos (…) Los nadies, que cuestan menos que la bala que los mata”.
“Los nadies” en El libro de los abrazos

10)“Miles y miles de hijos habían sido devorados por la dictadura militar argentina y más de quinientos niños habían sido repartidos como botín de guerra, y ni una palabra decían los diarios, las radios, ni los canales de televisión. Unos meses después de la primera reunión, tres de aquellas madres, Azucena Villaflor, Esther Ballestrino y María Eugenia Ponce, desaparecieron también, como sus hijos, y como ellos fueron torturadas y asesinadas. Pero ya era imparable la ronda de los jueves. Los pañuelos blancos daban vueltas y más vueltas a la Plaza de Mayo, y al mapa del mundo.”
“Las rondas de la memoria” en Los hijos de los días


 

Estas citas forman parte de «La vuelta a Eduardo Galeano en 80 citas» publicada por La Primera Piedra

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