El memorable concierto de Radiohead destaca en la segunda jornada del Primavera Sound

El shoegaze de los Chicago Toys abrió la jornada del viernes en el escenario Nightpro ante una audiencia más bien escasa debido a la temprana hora del concierto

Por Andrea Peña

06/06/2016

Publicado en

Artes / Cultura / Música

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savages

El shoegaze de los Chicago Toys abrió la jornada del viernes en el escenario Nightpro ante una audiencia más bien escasa debido a la temprana hora del concierto.

Los chilenos presentaron su nuevo disco Lost Niños que, como ellos mismos dicen, escapa de las etiquetas y se adentra en sonidos más elaborados propios del noise o el dreampop, y cerraron tocando temas del primer álbum, como Color, que es el que les ha permitido destacarse entre las cuarenta bandas chilenas candidatas a mostrarse en el Primavera Sound.

La entrevista con los tres miembros del grupo, que podréis leer en la edición impresa de El Ciudadano del mes de julio, se alargó más de lo esperado y, a la carrera, recorrí el pasillo que conduce al escenario Heineken en el que ya tocaban Savages.

Las británicas, haciendo honor a su nombre, ofrecieron una hora del punk más intenso y arrollador. Su líder terminó manteada por el público, exhausta, sudorosa después de un directo que pareció una batalla.

Beirut, sin embargo, no estuvo a la altura de las circunstancias, o quizá la comparación con lo anterior y lo que vendría no le hizo justicia. Su folk de vientos melódicos no acabó de calentar a los espectadores que, con buen criterio, dieron la espalda a los norteamericanos con la intención de prepararse para el plato fuerte de la noche.

radiohead

Radiohead, no solo no defraudó, sino que dejó una actuación memorable que quedará como una de las mejores de la historia del festival.

Una década después de su último concierto en Barcelona Thom Yorke y los suyos hicieron un repaso de su extensa trayectoria durante dos horas en una increíble performance de luces y sonido que por sí sola amortizó el precio desorbitado del abono completo. El público, entregado y agradecido, terminó coreando Creep cuando comenzaba a entrar la madrugada. Retumban en mi cabeza, aun a estas horas del mediodía, los compases de Paranoid Android.

A partir de ahí, la programación decayó pues, ni The Last Shadow Puppets y su rock para veinteañeros con pretensiones artísticas ni Beach House y su dream pop excesivamente aburrido para divertir a las masas sedientas de emociones, consiguieron mantener el nivel exhibido por Radiohead.

Diego Montes

Fotografía:  Eric Pamiés

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