Death, pioneros del punk, reaparecen en Madrid

La banda de protopunk Death se presentó en la Sala Caracol de Madrid en una de las paradas de la gira que les llevará a recorrer Europa en el mes de octubre

Por Andrea Peña

08/10/2016

Publicado en

Artes / Cultura / Música

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La banda de protopunk Death se presentó en la Sala Caracol de Madrid en una de las paradas de la gira que les llevará a recorrer Europa en el mes de octubre. Pero, antes de reseñar su concierto, conviene remontarse unas décadas atrás para comprender su importancia en el desarrollo de la música contemporánea.

Death hacían punk antes de que el punk existiese y ni ellos mismos lo sabían. Criados en Detroit en la época de la Motown, con Marvin Gaye, The Platters o Aretha Franklin monopolizando las emisoras de radio a principio de los setenta, estos tres hermanos negros (Bobby, Dannis y David) descubrieron pronto que la música que querían hacer tenía más que ver con Alice Cooper, los Stooges, The Who o MC5.

En seguida editaron una maqueta y llamaron la atención del presidente de la CBS. Sin embargo, el nombre de la banda sería su condena. En 1974, se topan con las negativas de varias discográficas que no rechazaban su música sino la idea de promocionar a un grupo llamado Muerte.

No tardarían mucho tiempo en separarse y tampoco demasiado se demorarían en aparecer, recogiendo el testigo involuntariamente, bandas como los Sex Pistol, Los Ramones o Buzzcocks.

Muchos años después, tras la muerte de David por un fulminante cáncer, algunos coleccionistas se interesaron en los escasos vinilos editados y se editó un documental imprescindible titulado A Band Called Death que los rescató definitivamente del olvido y resulta fundamental para entender su regreso a los escenarios y, por tanto, su paso por Madrid.

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La reaparición de Death

En la sala Caracol, aguardaban unas trescientas personas de lo más variado. Algunos, atraídos por el documental, otros frisando ya la cuarentena embutidos en pantalones estrechos y chaquetas de cuero, tampoco faltaban despistados que habían confundido a los de Detroit con la banda de death metal del mismo nombre.

El concierto fue breve, poco más de una hora caústica y electrizante que solo palideció cuando sonaron algunos de los temas de su nuevo disco N.E.W.

Dannis, en la batería y Bobby, voz y bajo, aparecieron acompañados de Bobbie Duncan a la guitarra. El nuevo miembro de Death sustituye a David notablemente en los aspectos técnicos pero no conserva el liderazgo espiritual que fue tan importante en los primeros años de la banda.

Los de Detroit, rejuvenecidos y enérgicos, repasaron sin concesiones el For a whole world to see, sin duda su mejor disco, y el Spiritual, Mental, Physical y alcanzaron el clímax en la versión extendida de Politicians in my eyes, una patada en el estómago que sigue resonando con la fuerza de hace más de cuatro décadas.

Fue, en definitiva, una posibilidad única de presenciar la reinvención de los pioneros del punk, una cita imprescindible para cualquiera interesado en conocer las raíces de un estilo musical de efímera existencia a cuyo desarrollo contribuyó Death mucho antes de la explosión que llegaría a finales de los tormentosos setenta.

Diego Montes

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