También el artista plástico lleva adelante en la actualidad el proyecto "El arte va a la escuela"

Carlos Urbina engalana la estación Bellas Artes con obras de reciclaje

La muestra se acompaña también de 14 figurines de próceres criollos a caballo entre los cuales destacan La Negra Matea, Bolívar, Páez, Miranda, Sucre, Mariño, Urdaneta, Soublette y Pedro Camejo

Por Oscar Morffes

30/05/2018

Publicado en

Artes / Cultura / Venezuela

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«¡Impresionante la exposición hecha con material de desecho, pase adelante!». Con esta frase, enunciada a viva voz, el artista Carlos Francisco Urbina invita a usuarios y usuarias del Metro de Caracas a adentrarse a su Muestra Ecológica, una exhibición plástica, instalada en la estación Bellas Artes desde el pasado lunes 28 de mayo, en la que los materiales reutilizables son los protagonistas.

Un grupo de búhos realizados en madera escoltan la entrada y dan la bienvenida a los visitantes al mundo ecológico que Urbina presenta. Los detalles intrincados del plumaje de estas aves rapaces atraen de inmediato al espectador que emocionado acepta la invitación, abierta hasta este domingo 3 de junio.

Una vez en la sala la belleza y delicadeza de cada pieza insisten en despertar la curiosidad de quien las mira. Se trata de una serie de obras realizadas por Urbina, creador plástico y visual empírico de origen aragüeño que se reconoce como artista ingenuo, alumno de la luz solar, el mar y la naturaleza y heredero de la creatividad manual y artística de su familia materna, dedicada a trabajar muñecas de trapo y telas.

La muestra está conformada por tres tipos de obra: Aves, figurines y embarcaciones. Dentro de la muestra de plumíferos pueden verse gallos, guacamayas y turpiales, varios de ellos en extinción, a través de los cuales el artista envía un mensaje de protección ambiental.

Son en total 26 aves. Hay turpiales, tucanescarpinteros, loros, entre otros. Los gallos, las gallinas y algunas de las guacamayas, son hechos especialmente para que las personas invidentes puedan «verlos» lo que ha generado en Urbina una gran satisfacción pues incluyen en una exposición a un espectador no habitual y le ofrecen un experiencia novedosa con la que la obra del artista se inmortaliza en el recuerdo de quienes lo experimentan.

«Ellos empiezan a tocarlos, el pico, los ojos y logran verlos con sus manos. Yo he hecho mucho hincapié en esto porque el invidente está excluido de este tipo de actividades. Yo les digo de qué color son, les cuento su historia y me dicen que es bello, eso es una satisfacción increíble, eso es lo que uno gana, esa es la riqueza, ese es mi pago».

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