Crítica de disco: Ronaldo – «De Sibel»

  Quizás el aspecto más aglutinante de ese disímil cúmulo de bandas que desde los ’90 se vieron agrupadas bajo el rótulo de ‘post rock’ es la exploración de la instrumentalidad como medio expresivo; un rock que ya no descansaba en el riff y la potencia del ente orgánico «banda» para sostenerse, sino que abrazaba […]

Por Cristobal Cornejo

17/02/2013

Publicado en

Artes / Música

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Quizás el aspecto más aglutinante de ese disímil cúmulo de bandas que desde los ’90 se vieron agrupadas bajo el rótulo de ‘post rock’ es la exploración de la instrumentalidad como medio expresivo; un rock que ya no descansaba en el riff y la potencia del ente orgánico «banda» para sostenerse, sino que abrazaba las técnicas de estudio y las posibilidades ensoñadoras de la electrónica. Eso siguiendo el célebre texto escrito por Simon Reynolds en 1994, que, circunscribiéndose al contexto británico, reconocía al post-rock como una especie de sensibilidad y estrategia de exploración, y no al estilo con el que fusiones como Tortoise serían relacionadas.

En ese sentido, «De Sibel» no tiene nada de post-rock, tanto en sus fuentes como en su estrategia, más o menos tradicional: bajo (Gaspar Muñoz), batería (Gonzalo Fredes), saxo alto (Ignacio Escobar), saxo tenor (Osman Carcher) y Toño Aldunate (guitarra). Éste último viene de una década en la banda DiAblo, y en esos años desarrolló una muy reconocible forma de tocar que se mantiene hasta hoy. Una forma de tocar que se emparienta con las aventuras guitarrísticas y compositivas del post-hardcore y de otras bandas (ahora sí) del estilo post-rock, pero prescindiendo de efectos y aportaciones digitales para crear una realidad sonora ficcionada. En Ronaldo, al contrario, la fisicalidad es preponderante, su abstracción instrumental no resulta perturbadora a esta altura de la historia y la grabación realizada por Pedro Antivil captura de manera muy directa las canciones.

En «De Sibel» hay cinco piezas de mediana duración, que como una montaña rusa van y vienen, avanzan, insisten y machacan. Los vientos construyen un colchón armónico/melódico que funciona como bloque (casi no solean), lo que genera un equilibrio con los aportes disonantes de la guitarra. Las calculadas atmósferas a veces dejan entrar algo de sangre caliente por la vía de percusiones y vientos más expresionistas, pero, en general, hay poco espacio, la mesa parece llena y todos los lugares asignados.

En Ronaldo no hay post rock, hay rock post progresivo, es decir, composiciones esquemáticas y milimétricas, pero sin virtuosismos gratuitos ni egotrips vomitivos. Una música donde todo está calculado y en su lugar, donde hay nulos destellos de psicodelia y salvajismo. La pregunta entonces sería: Alcanzada esta relativa cima compositiva,  ¿por qué no seguir cavando hasta dar con el revés, con la China que disuelva todo hasta la nada?

RONALDO

«De Sibel»

Wisconsin records

CD, 2012

Descargable en www.ronaldo.cl

Por Cristóbal Cornejo  

Publicado en «Onda Corta: sonidos locales», El Ciudadano n° 140, enero-febrero 2013.

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