Indio Solari

El infierno está encantador

Recopilación de algunos de los mejores versos del poeta del rock Indio Solari.

Por Lucio V. Pinedo

04/05/2016

Publicado en

Argentina / Artes / Cultura / Música

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Un velo de misterio recubre todos los orígenes. Contribuye, claro está, a conformar parte de la leyenda. Esa misma en la que se apoyó en su ascenso la figura del Indio Solari y del grupo Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, desde los sótanos contraculturales de los años 70, hacia las convocatorias masivas en estadios de fútbol de fines de los 90 y los megaeventos de su etapa solista con Los Fundamentalistas del Aire Acondicionado.

1Carlos Alberto Solari nació en Paraná, el 17 de enero de 1949. Al poco tiempo, su familia se mudó a La Plata, donde pasó su infancia y adolescencia. Desde joven fue aficionado al dibujo y las artes gráficas. Llegó incluso a rendir algunas materias del Instituto de Bellas Artes, del que fue expulsado. En la década del 60 fue socio de Guillermo Beilinson (hermano de Skay), con quien tenía un pequeño taller de estampado de telas en Valeria del Mar. Los años 70 lo cruzaron con un grupo de artistas marginales y vanguardistas del flower power platense: poetas, músicos y actores como Carmen Castro (la Negra Poly), Eduardo Beilinson (Skay) y Ricardo Cohen (Rocambole), entre otros muchos que conformaban La Cofradía de la Flor Solar, semilla predecesora de lo que fue Patricio Rey.
Los primeros tiempos de la banda de rock más popular de la Argentina transcurrieron durante los oscuros años de la última dictadura. En ese entonces, las presentaciones se difundían de boca en boca y se concretaban en pequeños locales. Patricio Rey (personaje imaginario) incluían música, bailarinas, performances, recitados, y unos buñuelitos de ricota que se repartían entre el escaso público que los acompañaba incondicionalmente. El encargado de cocinarlos era Edgardo Gaudini, un personaje conocido por sus apodos El Doce o El Sultán, y que –según el mito– había sacado la receta de una revista, firmada por una cocinera llamada Patricia Rey. El entrerriano se hacía nombrar entonces «astronauta italiano», porque subía a cantar al escenario con un mameluco blanco. Su particular y áspera voz, junto a la metafórica y críptica poesía de sus letras, contribuyeron a la estética original que le fue dando fama al grupo. Se mantuvieron siempre en las orillas del circuito de cultura oficial, independientes de la industria musical, y alejados de los medios masivos para la difusión de sus trabajos.

Galería de citas

No fue bueno verte de nuevo / no debió haber pasado nunca / lo que mejor te sale es provocar.

Cómo podría amarte / con tanta melancolía. / Un ángel inutil flechó y nos erró.

No soy mis sueños si vos / vos sos tu sueño sin fin. / No ves que la eternidad / mañana acaba y te vas.

Me cansa tener gente alrededor / si no meto un trago llega el mal humor. / Mentiras amables, veneno paciente / y nada de lo que supimos desear.

Y mientras tanto el sol se muere / y no parece importarnos… / Mientras te quiero el sol se apaga.

Necesito dormir mucho y bien / y no hablar asi como toda la mierda / que se habla hoy por la tv, / que come mis ojos.

Dios no está en los detalles de hoy / será un melodrama vulgar, / pasado dos meses nos consolarán / llorarás con un ojo y con el otro te reirás.

Brindemos por los rayos / de la luz que me alumbra hoy. / Tuve una enfermedad malvada, / y esto no es más que un himno / de amarguras de amor.

Perdonen mi ocurrencia / son mis modales asi / ya casi nunca tiendo / y disfruto mi enfermedad.

Sos titán del sexo, persuasivo y goloso / tu tipa no ve que es una cerda igual que vos / (te manda mensajes de estrellita caliente) / Traga y hace muecas, implora y pide más.

Nena, hay alegrías y alegrías. / Hay mucho vino malicioso / y poco vino del mejor.

¿Cómo puede ser que te alboroten mis placeres? / Te escucho mucho, te asfixio mucho, / te impacto mucho, te siento mucho. / Yo te quisiera salvar, te voy a atornillar, te voy a herir un poquito más.

Yo no la cambio por nada / cuando empieza a cabalgar.

¿Puede alguien decirme: / «Me voy a comer tu dolor» / Y repetirme : «Voy salvarte esta noche»? 

Esta es la cita peor, es una cita a ciegas. / Al planeta un bombazo le vamos a dar / para que no nos moleste nunca, nunca más.

Un susurro muy especial, / así me das más.

Y ahora tiro yo porque me toca.

Quiero morder el tallo de su rosa / aunque me clave sus uñas espinas.

El futuro llegó hace rato.

Un gran remedio para un gran mal. / Amores como flechas van / cruzando el sueño y te acribillarán.

Vivir solo cuesta vida.

Violencia es mentir.

El lujo es vulgaridad, dijo y me conquistó.

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