Globalevasión: respeto por la música

Alguien que se ubicó a mi lado, y que en esta oportunidad no voy a identificar, me dijo esto es como Emerson, Lake & Palmer, claro que en este caso eran Campos (Jorge), Aliaga (Raúl) y Vásquez (Jaime) agrupados bajo el nombre de Globalevasión, un trío que ya ha trabajado algunos años juntos y que […]

Por Director

15/08/2008

Publicado en

Artes

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Alguien que se ubicó a mi lado, y que en esta oportunidad no voy a identificar, me dijo esto es como Emerson, Lake & Palmer, claro que en este caso eran Campos (Jorge), Aliaga (Raúl) y Vásquez (Jaime) agrupados bajo el nombre de Globalevasión, un trío que ya ha trabajado algunos años juntos y que se genera una vez fallecido Jaime Vivanco y la puesta en punto suspensivo de Fulano. El otro comentario que intercambié esa noche como mi vecino de pista, era que así como en Argentina de Sumo se desprendieron Las Pelotas y Divididos, repartiéndose integrantes, acá en Chile
(o Chicle), de Fulano se armaron Media Banda y Globalevasión. Hubo uno que otro comentario breve sobre los temas, pero el resto fue disfrutar escuchando los registros propios expuestos, y algunas versiones de ellos mismos heredadas de ese pasado que en algunos casos ya supera los veinte años.

Lo que no guardaban mucho respeto por el trabajo, ni silencio y no escuchaban eran aquellos ubicados en el las cercanías de la barra de La Batuta. Tanto así, que Campos ironizó en un momento, tomó el bajo y dijo: “voy a acompañar a los que están conversando”. Pero al final todos terminaron acompañando a los tres sobre el escenario, pidiendo otra canción más y  capturados por los juegos que proponen las letras, como en “Huacho infernal” o atrapados en esa pieza que fácilmente pudo haber estado ubicada en “En el bunker”, y que responde a un homenaje según Campos a las luchas de los estudiantes secundarios y no a la película, titulada “La marcha de los pingüinos”. O cuando Campos deja salir su vinculación con lo mapuche, y no sólo ocupa su bajo Machi, sino que construye “Kuyen Luna”.

Parte de esto ya había sido presentado el 2006, y el pretexto de la noche era el lanzamiento del registro en vivo de ese año, pero sumándole a ello algunas cosas añejas en versiones nuevas, o del grupo, como ocurre con “Buhardillas” del mencionado Vivanco, que Aliaga y Vásquez se encargan de extender y completar o reducir, ya que el tema se llama ahora “Pequeñas buhardillas”. O en aquella otra que despertó mis dudas a cuál disco de Fulano pertenecía, pero que resultó ser parte de “El infierno de los payasos”, y es una composición de Vivanco: “Convicciones (de tres minutos).

Pero esas son sólo referencias para entender orígenes y posibles futuros, el presente -ya pasado- fue una expresión completa y compleja, con tres músicos que entregan y piden respeto por lo que hacen, que son capaces de conjugar en menos de dos minutos una expresión colectiva evocadora y potente, que llama la atención y saca aplausos hasta de aquellos que están ahí porque era jueves, porque van a La Batuta y porque se han tomado sus tragos, pero que terminan rendidos ante eso que parece distinto, que muestra unas imágenes de soledad y abandono en las paredes, que tiene a un Vásquez que aporrea un teclado y habla desde el saxofón o flauta traversa, un Aliaga serio y marcando ritmos con esos juguetes tecnológicos que tanto disfruta, y a Campos que pulsa las cuerdas de sus bajos o contrabajos, como sin cada una de ellas le estuviera contando una verdad única e imborrable.
Globalevasión, Jueves 7 de agosto, La Batuta


Texto: Jordi Berenguer.

Fotos: Eve Cazenave

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