La mentira de la mente sana en el cuerpo sano

Como afirmaba Cicerón, el cabello blanco y las arrugas no pueden de repente destruir el prestigio de una persona

Por Lucio V. Pinedo

07/03/2016

Publicado en

Artes / Cultura / Fotografía / Salud

0 0


Como afirmaba Cicerón, el cabello blanco y las arrugas no pueden de repente destruir el prestigio de una persona. Un prestigio que descansa en ver al anciano y la vejez más que como realidad como posibilidad. Y porque no podemos olvidar que aquellos que alcanzan la vejez demuestran, en la mirada indiferente proyectada desde sus cuerpos quebradizos, no ya una falta de contemporaneidad, sino más bien que el mundo que han habitado ha resultado ser más frágil que ellos.

Es evidente que nuestra sociedad contemporánea es una sociedad paradójica. Si por una parte existen nuevas actitudes ante la salud, que se ha transformado en una preocupación omnipresente hasta el punto de poder afirmar que los ideales hedonistas han sido sustituidos por la ideología de la salud y la longevidad; por otra, se mantiene un culto a la juventud (a lo joven, en realidad, que no es lo mismo), de forma que la vejez en lugar de ser leída como un triunfo de la sociedad y el anciano como el ejemplo vivo de este triunfo sobre la naturaleza, es percibida más bien como una especie de venganza del futuro. El envejecimiento y el envejeciente se convierten en tabúes de los que no existen apenas testimonios. La ausencia de ancianos en las corrientes de información mediáticas hace que la vejez de cada uno resulte extraña. ¿Los que hoy somos jóvenes nunca seremos viejos?

En tanto una de las funciones del arte sea la de diluir certezas que consciente e inconscientemente asumen los medios de comunicación y siendo el estereotipo de la vejez asociado a conceptos negativos, no progresaremos (si tal palabra vale). Es fundamental gestionar un mecanismo de sostenibilidad social donde celebremos el envejecimiento asumiendo sus condicionantes, incluidos la enfermedad y la muerte.

Por lo demás, volviendo a la referencia clásica del principio, es hora de desarticular el prejuicio «mente sana en cuerpo sano». Algo de eso hacen los artistas Karoline Hjorth and Riitta Ikonen en el trabajo que presentamos aquí.

Info sobre «Eyes as Big as Plates» en su página.

Síguenos y suscríbete a nuestras publicaciones

Comparte ✌️

Relacionados

Comenta 💬