Pascuala Ilabaca reinventa su sonido en “Ranchera Antiposesiva»

La cantante registra sus procesos en el feminismo anunciando un epé que buscará aportar nuevas líricas al folclore latinoamericano, todo desde un sonido lúdico y fresco. Su segundo adelanto llega con un divertido videoclip sobre la posesión y la deconstrucción masculina.

Por Carlos Montes

21/12/2020

Publicado en

Artes / Canción / Música / Videoclip

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Un nuevo nivel sonoro y de relato presenta Pascuala Ilabaca, quien se prepara a estrenar el viernes 8 de enero el epé “Amatoria”, un trabajo compuesto por la cantante, orquestado por Simón González, e interpretado de forma inédita por un cuarteto de cuerdas femenino.

El corto ya nos dio el primer adelanto con “Compañeras al Compás”, una pieza estrenada durante el 8 de marzo de este año, con un clip registrado en vivo en las calles de Valparaíso. 

Ahora es el turno de “Ranchera Antiposesiva”“tema irónico y divertido” en palabras de Pascuala, quien mediante frases e imaginarios lúdicos logra poner en perspectiva las aristas posesivas que se pueden llegar a vivir en una relación romántica.

Foto: Maciel Goelzer

El estreno viene acompañado por un videoclip ambientado en un bar de Valparaíso durante los años cuarenta, en el que una pareja se enfrenta a la formalidad de la cena, «donde yo soy camarera y espectadora de las conductas de este galán que mediante un encuentro logra deconstruirse”, agrega la cantante. 

“Me gustó mucho el texto, creo que logré algo potente en relación a dejarnos ser y no necesitar que el otro sea tuyo, esa cosa de la propiedad que hay en el amor» , cuenta la artista que por estos días busca aportar a su género madre, entendiendo al folclore como una pieza fundamental de nuestra historia, pero dimensionando el relato, muchas veces misógino, que promulga. 

“Amor mío, quiero que vuelvas a ser tuyo”, nos canta Ilabaca mientras sigue dando pistas de lo que será el cortaduración, “una versión feminista de ritmos clásicos del folclore latinoamericano como lo son el bolero, la ranchera, un vals y una canción de protesta, todas con poesía bastante humorística y contingente, problematizando cómo es que queremos amar y ser amadas. Un trabajo dedicado al amor, al erotismo y el desapego”, concluye.

*Foto portada: Constanza Arenas

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