'Feroz' de La Peste y la producción GAM 'Paisajes para no colorear'

Peleándole al adultocentrismo: adolescentes protagonizan obras sobre violencia contra mujeres y niños

Danilo Llanos y Marco Layera, los directores detrás de estos dos montajes, abordan junto a sus elencos lo que significa representar a dos sectores de la sociedad por años silenciados y abusados.

Por Daniel Labbé Yáñez

30/07/2018

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Cada cierto tiempo la coyuntura nos golpea con realidades tan brutales de las que es imposible no hacerse cargo; cuando se es sensible a ellas, claro. Y el teatro, como las artes en general, es un terreno fértil para permearse emocionalmente. De ahí que un verdadero drama como el de los niños y adolescentes abusados en los centros del Sename, así como el de la violencia permanente hacia las mujeres, hayan motivado la creación de dos montajes teatrales para abordar y reflexionar arriba de las tablas sobre estas problemáticas.

Se trata, por una parte, de Feroz, uno de los próximos estrenos del Centro de Investigación Teatro La Peste de Valparaíso, dirigida por Danilo Llanos, quien explica que es a partir de la lectura del libro testimonial Mi infierno en el Sename, de Edison Llanos (2017, Editorial Ceibo), que decide levantar una ficción sobre esta realidad. Por otra, está Paisajes para no colorear, producción GAM a cargo del director Marco Layera.

Ambos, destacados directores nacionales, responsables de montajes como Error, Mediagua y Negros, en el caso de Llanos, y de La imaginación del futuro, Tratando de hacer una obra que cambie el mundo y Simulacro, en el de Layera y su compañía La Re-sentida.

Los dos creadores decidieron incluir en los elencos de sus obras a adolescentes. ¿Por qué?

Danilo Llanos

“Estamos trabajando con la idea del testimonio -ficcionado por supuesto- dicho no solamente en primera persona, sino que también desplegando en escena cuerpos que no solo citan esos testimonios, sino que los traen al presente desde el punto de vista material, porque son cuerpos de niños”, señala Llanos en referencia a los protagonistas del montaje, estudiantes del Liceo Artístico Guillermo Gronemeyer de Quilpué.

“Siempre se pensó que las protagonistas fuesen las mismas adolescentes; sentimos que es un grupo en extremo vulnerado y subestimado por el mundo adulto, tanto por ser mujeres como menores de edad, por lo que considerábamos urgente otorgarles un espacio donde pudieran manifestarse, reivindicando sus sueños, estilos de vida, opiniones e imaginarios, y dando testimonios directos de la violencia de la que son víctimas”, plantea por su parte el equipo creativo de Paisajes para no colorear.

Los protagonistas

Feroz nos sitúa en un cuerpo pequeño violentado y su inocente relato sobre lo que padecen como niños y adolescentes quienes están contra su voluntad en esos angustiantes lugares con pocas ganas de ser “centros de reinserción”. Le habla sin mucha expectativa -como asumiendo que esa persona ya se ha enterado sin demasiada sorpresa de lo que va a oír- a un cuerpo grande que ‘escucha’.

Paisajes para no colorear está protagonizado por un grupo heterogéneo de mujeres entre los 13 y 16 años de edades cuyo objetivo es visibilizar la vulnerabilidad, rebeldía, violencia y estigmatización del mundo adolescente femenino en nuestro país.

“Esta obra es una mezcla de liberación y responsabilidad; estamos gritando todo lo que sentimos al vivir el sexismo y la violencia, significa recordarle al mundo que somos visibles, que tenemos voz y voto, significa restregarles en la cara la verdad y no callar, dar voz a quienes nunca tuvimos voz”, dicen las protagonistas de este último montaje.

Paisajes para no colorear

“Para mí significa muchísimo representar a los niños del Sename, porque queremos mostrar lo que se ve, lo que pasa y pasó, para que el público abra los ojos. Porque no puede seguir pasando que los niños del Sename sean maltratados, estén comiendo menos que nosotros. Esto no puede seguir así, entonces queremos graficarlo al público y me siento honrado de poder representarlos”, comenta en tanto Diego Becker, actor de Feroz.

Dar voz

Más allá de la realidad insoslayable del Sename y aquella que enfrentan las mujeres en un país contaminado hasta el hastío por el machismo, ¿qué efecto, qué mensaje motivó a Llanos y La Peste, y a Layera y su equipo creativo a hacerse cargo de estos dramas?

“La reflexión que nosotros hacíamos es que ya no queremos seguir escuchando a los adultos hablando de los niños y sus problemáticas, ya no queremos seguir escuchando a expertos sobre los niños del Sename; creo que es el momento de que las voces de esos niños, que los cuerpos de esos niños, aparezcan y nos confronten e interroguen”, propone el director de Feroz.

“Estas adolescentes poseen ciertos intereses, conductas y necesidades que las diferencian de otros grupos sociales. Es en esta particularidad en donde queremos hacer hincapié, ya que creemos que lejos de estigmatizarlas y marginarlas las consolida como una voz legítima y autónoma. Es aquí donde el arte cumple un rol fundamental al prestarse como un amplificador de dichas voces”, sostiene el equipo creativo de Paisajes para no colorear.

Marco Layera

Dos realidades que por más que ocurran en lugares distintos -tras el encierro de un centro del Sename o en la “libertad” de la calle- se cruzan inevitablemente porque tienen un denominador común: la normalización de la violencia hacia los más pequeños.

“Somos violentadas y vulneradas en la sociedad no sólo por nuestro género, sino también por el hecho de ser menores de edad; no poder decidir sobre nuestros cuerpos y ser miradas como niñas inconscientes, siendo que muchas veces estamos más alertas e informadas que los adultos”, concluyen las adolescentes del montaje a cargo de Layera.

Las funciones de Paisajes para no colorear son del 2 al 19  de agosto, de jueves a sábado a las 20:00 horas y domingo a las 19:00 horas, en el Centro Cultural GAM. En tanto, Feroz se estrena en el mes de octubre en la Sala de Arte Escénico de la Universidad de Playa Ancha (SAE).

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