Pieza de la Grecia prehistórica podría reescribir la historia del arte griego antiguo

Pero los investigadores dicen que la Ágata del Combate de Pylos es una cosa rara y trascendente. "Lo fascinante es que la representación del cuerpo humano tiene un nivel de detalle y musculatura que uno no encuentra hasta el período clásico del arte griego, 1.000 años después", dijo el investigador Jack Davis de la Universidad de Cincinnati en EEUU.

Por Sofia Olea

09/11/2017

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Piedra de sellado Ágata del Combate de Pylos. Department of Classics, Universidad de Cincinati

Al principio parecía cualquier cosa: una pequeña pieza de piedra de solo 3.6 centímetros de largo, incrustada en una capa de piedra caliza.

Encontrada en la tumba de un guerrero de la Edad de Bronce de 3.500 años de antigüedad en Pylos, Grecia, se había dejado de lado por privilegiar tesoros más impresionantes, pero resultó ser la pieza más sorprendente del botín arqueológico, como informa Science Alert.

Después de más de un año de trabajos de limpieza, los investigadores descubrieron una intrincada gema tallada: una piedra de sellado de ágata utilizada para estampar una imagen en arcilla o cera, que los investigadores han calificado como «una de las mejores obras de arte prehistórico griego jamás descubiertas». Según dicen, esta pieza reescribe la historia del arte griego antiguo.

La piedra muestra a un guerrero que arroja su espada victoriosamente a un segundo enemigo y a otro en el suelo, ya derrotado y a los pies del vencedor. La pieza ha sido nombrada Pylos Combat Agate o Ágata del Combate de Pylos.

La tumba se descubrió en 2015 y fue un hallazgo espectacular. Dentro había un esqueleto micénico notablemente intacto, al que llamaron Griffin Warrior o Guerrero del Grifo, porque con él se halló un artefacto enterrado, una placa de marfil tallada con la imagen de un grifo.

La tumba estaba llena de tesoros; al menos 3.000 objetos que incluían anillos de oro, copas de plata, una espada con bordado dorado en el pomo, más de 1.000 cuentas talladas en piedras preciosas, un traje de bronce, peines de marfil, un collar de oro y más de 50 piedras de sellado.

Estos artículos revelaron una cultura rica y profunda. Muchos de los bienes funerarios eran de origen minoico, lo que indica que el intercambio cultural entre los minoicos y los micénicos era más fuerte y más extenso de lo que se pensaba.

Dibujo de T. Ross que representa la escena en la pieza de Ágata. Department of Classics, Universidad de Cincinnati

Las piezas también ayudaron a descubrir pistas sobre la religión, los valores y los ritos funerarios de la cultura. Por ejemplo, no se encontraron artefactos de arcilla en las tumbas, lo que indica que para los bienes funerarios de alto estatus los únicos materiales apropiados eran el metal y otros materiales preciosos como el marfil.

Pero los investigadores dicen que la Ágata del Combate de Pylos es una cosa rara y trascendente. «Lo fascinante es que la representación del cuerpo humano tiene un nivel de detalle y musculatura que uno no encuentra hasta el período clásico del arte griego, 1.000 años después», dijo el investigador Jack Davis de la Universidad de Cincinnati en EEUU.

«Parece que los minoicos estaban produciendo arte de un tipo que nadie nunca imaginó que fueran capaces de producir. Demuestra que su habilidad e interés en el arte representacional, en particular el movimiento y la anatomía humana, va más allá de lo que se suponía que era. Combinado con las características estilizadas, eso es, en sí mismo, simplemente extraordinario», comenta Davis.

Imagen del Department of Classics, Universidad de Cincinnati

La destreza y sofisticación necesarias para este tallado no se comparan con nada de la época. Es tan detallado que se necesita una fotomicroscopía para verlos correctamente (imagen arriba).

Los expertos creen que lo deben haber grabado bajo una lupa, aunque hasta ahora los arqueólogos no han encontrado ningún dispositivo de aumento que date de esa época. El objeto también es un misterio en cuanto a lo que representa la piedra, aunque es probable que sea una leyenda popular de la época, dijo la investigadora Shari Stocker, también de la Universidad de Cincinnati.

«Habría sido una posesión valiosa y apreciada, sin duda representativa del papel del Guerrero del Grifo en la sociedad micénica», explicó Stocker. «Creo que ciertamente se habría identificado con el héroe representado en el sello», señala.

Aún se desconoce quién era exactamente el Guerrero del Grifo, pero si no se llega a establecer, por lo menos será recordado por la contribución que hizo su entierro a la antropología, la arqueología y la historia del arte. Los investigadores siguen trabajando en el estudio de los artefactos encontrados en su tumba, y dijeron que sin duda hay más sorpresas por delante.

Fuente, Science Alert 

EC

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