“Polaroids”, de Álvaro Agurto Pincheira: El decantar de la intuición

Por Gonzalo Robles Fantini / Existe la tendencia en ciertos poetas jóvenes a publicar tempranamente, movidos por una ansiedad de ser leídos y comentados

Por Absalón Opazo

25/11/2019

Publicado en

Artes / Poesía

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Por Gonzalo Robles Fantini / Existe la tendencia en ciertos poetas jóvenes a publicar tempranamente, movidos por una ansiedad de ser leídos y comentados. Por cierto, algunos logran muy buenos resultados en su ópera prima. En el caso contrario, muchas veces se debe, en parte, a no tener la paciencia y el oficio suficiente para madurar el corpus poético.

Polaroids es el primer libro de poemas publicado por Álvaro Agurto Pincheira. Nacido en Concepción en 1978, el autor es profesor diferencial de la UMCE. Ha participado en los talleres literarios de Carmen García y Germán Carrasco, así como Poesía Asiática en la Fundación Pablo Neruda y Poesía India en la embajada de la India en Chile. Llama la atención que su debut literario sea a esta edad, sin que ello signifique que el presente poemario sea una nota menor en la escena poética nacional.

Si hay algo que caracteriza a Polaroids es la brevedad en la extensión de sus poemas, el verso corto y, sobre todo, “la intuición instantánea” en la concepción de cada pieza poética, y esa “instantaneidad oculta una posición frente a la vida y la escritura”, tal como señala en el excelente prólogo de la obra el poeta, académico y traductor Rodrigo Arriagada- Zubieta. De ahí el título del poemario, fugaces instantáneas que capturan un momento del paso inexorable del tiempo, además de hacer referencia a una estética y técnica fotográfica propia de la década de los 80, acorde a ciertas temáticas que Álvaro aborda en su libro.

Estas breves impresiones verbales, que el autor escribe y publica tras largos años de oficio serio y en las que alcanza madurez poética, son coherentes a su proceso creativo, además de a su posición ante el lenguaje. En una entrevista a Agurto Pincheira realizada por Ernesto González Barnert, Premio Pablo Neruda de Poesía joven 2018, el autor señala que le influyó mucho en su formación el ensayo Sobre la forma orgánica, de la poeta inglesa, nacionalizada estadounidense, Denise Levertov.

En el ensayo, la poeta considera que “detrás de la idea de la forma orgánica está el concepto de que en todas las cosas (y en nuestra experiencia) hay una forma que el poeta puede descubrir y revelar”. Levertov plantea que, por sobre la forma establecida, “está la idea de buscar una forma inherente, aunque no se haga evidente de inmediato”. Se trata de buscar la forma intrínseca, el diseño de las características esenciales tanto en objetos singulares como en objetos que se encuentran en relación entre sí, en cuanto al proceso de creación poética, de fenómenos o experiencias sensoriales, intelectuales o emocionales, o la suma de las tres, e incluso la secuencia o constelación de experiencias.

La poesía orgánica de Levertov es, entonces, un método de reconocer lo que percibimos, basado en la intuición de un orden, de una forma más allá de las formas, proceso que, tal como se mencionó, puede demorar, pues requiere su justa medida de tiempo.

La intuición
es el río
como el poema
la desembocadura.

Este poema, en la página 98 de Polaroids, resume muy bien la adherencia de Agurto Pincheira a la poesía orgánica y es, en sí mismo, una verdadera arte poética.

Esa intuición silenciosa y paciente, aparentemente ciega, es una constante del poemario: “Sacar del archivo / las polaroids / que toman mis ojos / cerrados”. Evidentemente en este poema se aborda la memoria emotiva, a la que el poeta accede mediante la reminiscencia, y que se ajusta a las referencias históricas de los elementos cotidianos citados, otra constante del libro, en este caso las máquinas fotográficas instantáneas de uso y moda en la década de los 80, época de la infancia del poeta.

Si bien esta obra de Álvaro Agurto se adscribe a la poesía orgánica, esta se refiere a su método creativo y la forma de percibir la experiencia, pero no define la brevedad de sus versos y, en particular, otra característica fundamental de sus poemas: la concentración.

En el capítulo dedicado a Ezra Pound del libro Una poética activa. Poesía estadounidense del siglo XX, el crítico de arte, poeta, traductor y catedrático de literatura hispano- británico Kevin Power plantea, partiendo de la base de que el autor de los Cantos y Williams Carlos Williams son los poetas con los que hay que medirse, que Pound “quería que la imagen superara el destello impresionista para convertirla en vehículo de la intensidad de la experiencia”. Respecto de un célebre poema de este autor norteamericano, Power manifiesta que “el poema es un modelo de concentración en el que el motivo particular convoca el alcance y el potencial de la experiencia íntegra del poeta”. Para ilustrarlo aun mejor, cita al autor de los Cantos con la sentencia “Imagen es aquello que presenta un complejo intelectual y emocional en un instante de tiempo”.

Más allá de aplicar categorías académicas a cada poeta, en el sentido de que un autor es más que una taxonomía que lo defina, considero que la concentración es una característica que bien puede distinguir los poemas de Polaroids.

Nuestros nombres
se oxidaron
como una manzana
sin cáscara.

Este poema de la página 43 del poemario de Álvaro ejemplifica la concentración en su poesía: la yuxtaposición de las imágenes del óxido, evidentemente en el sentido de caducidad, y la manzana sin cáscara, en símbolo de intemperie emotiva de la identidad de las personas, es un vehículo de la intensidad de la experiencia del poeta y supera el destello impresionista.

La experiencia íntegra de Agurto Pincheira, mediante la concentración, se logra en otros poemas de Polaroids: “Juguetes e historias / urdidas en la pieza / aligeran la mochila / a cualquier edad” (pág. 31). La memoria de la infancia en la cotidianeidad del hogar como alivio a la tensión de la vida adulta concentradas en este poema de cuatro versos de no más de cuatro palabras cada uno. El poemario de Álvaro se entiende como una suerte de anotaciones libres sobre la vida y la experiencia, por lo que es factible afirmar que en esta concentración poética alcanza su experiencia íntegra.

“Piensa en las ventanas / como en sus fosas, / en las habitaciones / como sus pulmones” (pág. 115). Esta contante introspectiva, de la cual se nutre la experiencia e influjo vital del poeta, siempre en el plano cotidiano y sencillo, es otra muestra de la concentración en su poesía.

Polaroids es un poemario en el que su autor maduró una poética muy definida, con mucho oficio, sobre la base de la poesía orgánica y el recurso de la concentración, con experiencias de vida e historia personal trabajadas con elementos cotidianos mínimos y referencias generacionales en el poetizar, con un resultado muy satisfactorio.

Esta foto por acá
aquel disco por allá
unidos invisiblemente
por la cuerda
que anhela su pulso.

Mención especial merece la casa editorial, Plazadeletras, con su cuidada edición de este libro, llena de esmero, un diseño de portada muy original y acorde a la nostalgia del poemario y su temática, y con un catálogo que en lo que va de este año ha publicado, aparte de Polaroids, el libro de entrevistas Tazas negras. Conversaciones sobre novela negra y policial, compilado por el escritor Bartolomé Leal; Mortal inmortal, de Mary Shelley, la autora de Frankenstein, y la edición bilingüe de Playlist, con traducciones al inglés de Jessica Sequeira, del poeta Ernesto González Barnert.

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