Fotografía

Retrato con la muerte: Walter Schels

El cielo, el infierno, el limbo eterno, el camino a la resurrección o la iluminación

Por Ángela Barraza

06/11/2014

Publicado en

Artes / Fotografía / Mundo

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El cielo, el infierno, el limbo eterno, el camino a la resurrección o la iluminación. La muerte ha sido uno de los temas universalmente atemporales dentro del imaginario colectivo humano. Aquello que lleva al ser humano a temer por un futuro incierto pero también por aprovechar cada momento y oportunidad que tiene al estar vivo.

El fotógrafo Walter Schels vivía aterrado con la idea de la muerte, tanto que decidió no ver el cuerpo sin vida de su madre una vez fallecida. Sin embargo, años después, casi a sus 70 años, enfrentó su propio miedo a la incertidumbre y trabajó en un proyecto fotográfico: Life Before Beath. Para realizarlo buscó a enfermos terminales en hospitales de Berlín y Hamburgo y se dio a la tarea de conocer sus historias (no sólo clínicas) para poder retratar aquello que pasa por la mente de una persona que tiene la muerte como algo inminente e irreversible.

Para sorpresa del fotógrafo y de su asistente, pocas personas se negaron a la idea de ser retratados antes y después de morir. En cambio, algunos mostraron su gratitud por haber sido escuchados y por haber recibido ese último gesto de humanidad.

El resultado es una serie de fotografías que no sólo le permitieron al autor superar su miedo más profundo, sino también lanzar una crítica a la sociedad moderna carente de empatía hacia aquellos que más atención y cariño necesitan. En palabras del artista, el proyecto es un camino para confrontar nuestros más profundos miedos y acercarnos a aquellos que están cerca “del final”, de una manera más humana.

Por último, Schels afirma que al enfrentar la muerte, todos dejamos de pretender y somos lo más reales que seremos jamás y lo más que hemos sido hasta ese momento en que nos vemos cara a cara con la muerte.


Jan Andersen

27 años

Nacimiento: 21 de febrero de 1978

Muerte: 14 de junio 2005, Hamburgo.

Jan Andersen descubrió a los 19 años que era VIH positivo. En su cumpleaños número 27, fue informado que moriría pronto debido a un extraño tipo de cáncer, producido por la infección del VIH. Con ayuda de sus amigos redecoró su cuarto en el hospital y le pidió a la enfermera que le explicara exactamente qué pasaría cuando muriera. Cuando la mujer del cuarto contiguo murió, Jan la visitó para notar cómo ella había superado el miedo a la muerte. Él mismo dijo que no tenía miedo a morir.

En sus últimos días, el mínimo contacto físico le generaba dolor, pero a pesar de ello deseaba que su madre lo abrazara hasta el último momento.

Wolfgang Kotzahn

57 años

Nacimiento: 19 de enero 1947

Muerte: 4 de febrero de 2005, Hamburgo.

Seis meses antes de cumplir 57 años, Wolfang fue diagnosticado con cáncer de pulmón. Inoperable. Al celebrar su cumpleaños, Wolfang dijo que jamás había pensado en sí mismo en una edad avanzada pero tampoco que moriría joven. Al ser diagnostico, descubrió que nunca había contemplado la muerte hasta ese momento. A pesar de su próxima muerte, comprendió que cada día que tenía de vida era una oportunidad para ver la vida desde una manera distinta, incluso esos pequeños detalles como las nubes, a las que nunca les había puesto atención. “De pronto, todo importa”.

Elly Genthe

83 años

Nacimiento: 4 de agosto de 1919

Muerte: 11 de enero de 2003, Berlín.

Toda su vida Elly había sido autosuficiente, una mujer dura. Durante las entrevistas comentaba constantemente que prefería morir a ser incapaz de cuidarse por sí misma. Ahora, esperaba impávida que la muerte llegara pronto.

En ocasiones, debido al cáncer de riñón pedía desesperadamente a la enfermera que respirara por ella. Los efectos de la morfina variaban con los días. A veces dormía todo el día y en otros, creía ver pequeños hombrecillos que salían de las flores y querían matarla. En cuanto alguien llegó en su ayuda susurró: “Mi corazón se detendrá si sigo aquí. Esta es una emergencia, no quiero morir”.

Klara Behrens

83 años

Nacimiento: 2 de diciembre de 1920

Muerte: 3 de marzo de 2005, Hamburgo.

Klhara en ocasiones se mostraba optimista. A veces creía que podría recuperarse, pero cuando las náuseas comenzaban, quería terminar con todo esto y morir. Y es en esos momentos cuando pensaba en el nuevo refrigerador que compró y se lamenta, si hubiera sabido.

“Lo que me gustaría hacer es salir, caminar por el río Elba. Sentarme en la orilla y meter mis pies dentro del agua. Eso es lo que hacíamos cuando eramos niños, cuando íbamos al río a recolectar madera. Si tuviera mi vida de vuelta, haría todo diferente. No recogería leña. Pero me pregunto si es posible tener una segunda oportunidad en la vida. No lo creo. Después de todo, uno sólo cree en lo que ve y sólo se puede ver lo que existe. No tengo miedo a la muerte. Sólo seré uno de los millones de billones de granos de arena del desierto. Lo único que me aterra es el proceso de morir. Simplemente no sabes qué pasa en realidad”.

Maria Hai-Anh Tuyet Cao

52 años

Nacimiento: 26 de agosto de 1951

Muerte: 15 de febrero de 2004, Hamburgo.

La experiencia de Maria con la muerte fue distinta que los demás pacientes pues era una seguidora del Ministro Supremo Ching Hai. Él dice: “todo lo que está más allá del mundo es mucho mejor. Es mejor que todo lo que podemos imaginar”.

Bajo la guía del ministro, antes de morir María ya ha visitado “el más allá” a través de la meditación. Sabía que su llamado al otro mundo no estaba muy lejos pues sus alvéolos pulmonares estaban fallando. Sin embargo se mantuvo serena y alegre.

“La muerte no es nada. Espero la muerte, porque no es eterna. Después, cuando conocemos a Dios, todo se vuelve hermoso. Sólo somos llamados de vuelta al mundo si en el último segundo seguimos apegados a otro ser humano”.

Maria se preparó para su último día, quiso lograr un sentido total de desapego a la hora de su muerte.

Michael Föge

50 años

Nacimiento: 15 de junio de 1952

Muerte: 12 de febrero de 2003, Berlín

Michal fue elegido como Primer Comisionado de Ciclistas en Berlín. Un centenar de personas asistieron a su cumpleaños número cincuenta. Poco después, mientras daba un discurso, olvidó lo que iba a decir.

Los doctores le descubrireron un tumor cerebral que en cuestión de meses destruyó su centro de lenguaje, paralizó su brazo derecho y el lado derecho de su rostro. En el hospital, con cada día que pasaba, Michael se volvía más somnoliento y por ende dormía más. Un día no despertó.

Todas las fotografías son propiedad del fotógrafo Walter Schels. Revisa el resto de historias en esta dirección. 

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