Encontrando la canción de Los Jorobados

Un animal que sólo duerme

Indiscutible momento de verdad. Del rock. Del punk. De los márgenes. Casi invisibles. Los Jorobados, tal como en 1996, coincidieron de nuevo fugazmente en Santiago, esta vez el último día de julio de 2014, para volver a interpretar el puñado de canciones que nunca resuenan añejas porque en realidad nunca se han dejado de escribir. Conversamos con dos de ellos, escuchando y desmitificando.

Por Cristobal Cornejo

09/09/2014

Publicado en

Artes / Chile / Música

0 0


www.panchana.cl

Crédito: www.panchana.cl

1984-2014: Carlos Gatica volviendo una y otra vez a la misma letra, una línea más, una línea menos. Gatica deconstruyendo la misma canción en vivo, improvisación declamatoria acéfala año 1986. Ismael Troncoso y Mario Molina compañeros de curso en primero medio en 1973. Once años después, se encuentran en un concierto del grupo Cometa. En un momento difuso entre el 84 y el 85, Los Jorobados (Troncoso en batería, Molina en guitarra, Gatica en letras y Argandoña -por única vez- en el bajo) tocando en La Caja Negra. Entre el público, Álvaro de la Barra, quien al día siguiente será el nuevo bajista, y Carola Ozaus, quien con catorce años era atravesada para siempre. Algunos años más tarde formaría Vaso de Leche junto a Tania Corvalán. 1996: El cuarteto, motivado por algunos seguidores, graba en 20 horas “Etapa Anal”. 500 copias en casete. Lo tocan una vez en vivo y al día siguiente Molina se va de Chile. 31 de julio de 2014: Los Jorobados vuelven a tocar. Molina en guitarra, Gatica en voz, Laura Molina, en bajo, y Luis “Pollo” Valdebenito en batería.

Lo sorprendente de historia de Los Jorobados, a contrapelo, es que no es lineal, y, más aún, no tiene principio ni fin. Eso complica el afán enciclopédico. Una historia llena de encuentros fortuitos, espontaneidad y fugacidad.

Laura Molina, sobrina de Mario, le comenta a Pollo Valdebenito, compañero suyo en el grupo Vaso de Leche, que su tío era guitarrista de una banda de los ’80. Valdebenito los conocía muy bien. Ambos acompañaron la reunión de Los Jorobados ocurrida el 31 de julio recién pasado, junto a los mismos Vaso de Leche, Elefante y Gonorrea, y Toquío. Mario Molina trajo su guitarra sólo para practicar, pero ese día se vio tocando de nuevo aquellas canciones frente a un entusiasta grupo de curiosos, y viejos y nuevos seguidores. Además, previamente tocaron algunos temas de Ley de Moraga, otro esperpento post punk surgido hace diez años de la dupla Gatica-Molina, y del que no hay más que algunos registros en myspace.

Mario Molina vive en Alemania desde 1996, Troncoso vive en la Quinta Región hace algunos años. Gatica en Santiago. Luego de los Jorobados, aunque casi en paralelo, Troncoso dio forma junto a Juan Carlos Contreras a la Agrupación Ciudadanos, un proyecto de rock experimental e improvisación cuyo valor aún se desconoce y que da para otro artículo. Problemas comunicacionales hicieron que ese 31 de julio Troncoso mirara desde el público a su antigua banda.

“Fue interesante para mí, nunca los había visto de afuera. Era raro. Me acordé de todo lo que habíamos hecho. Cuando tocamos en el Matucana, en el Centro Cultural Mapocho, toda esa época”, dice Troncoso, de excelente memoria, gran erudición musical y humilde disposición.

Molina y Troncoso 2014

Molina y Troncoso 2014

Los Jorobados fueron partícipes de los multiformes espacios de oposición y liberación de/a la música de mierda salida de las botas milicas imponía a los jóvenes que vivían la dictadura. Compartieron escenario con Los Dadá, con Pinochet Boys, con Fulano, entre otros. Algunos, son puro mito creado; otros, grandes grupos.

“Era un momento de depresión. No se podía ser joven ni libre. Había una necesidad visceral de expresarse, fuimos una terapia para no volvernos locos en el mundo de la dictadura”, indica Mario Molina.

Al paso de los años Troncoso es consciente de la experiencia: “Yo nunca he vuelto a tocar con tanta libertad. Yo creo que fuimos el grupo más interesante de esa época. Eran letras impensadas. Escucho los temas y me río solo. Recuerdo como cantaba Carlos, como improvisaba, y lo encuentro… excepcional”.

De la boca de Molina y Troncoso reflotan valoraciones a Electrodomésticos, a Los Jaivas con Gabriel Parra, a Los Ángeles Negros, a la primera Floripondio, a Quelentaro, al primer Sol y Lluvia, a Tumulto, Black Flag, Bad Brains, Frank Zappa, King Crimson …

“Me parece extraño que se mencione a Los Jorobados como punk, porque yo nunca me he sentido punk. Hay tantos matices, y nosotros tocábamos no más. Los ensayos eran en vivo, casi no teníamos equipos, todo era muy rápido y despelotado”, señala Troncoso.

“Lo que hicimos, lo hicimos sin pensar, sólo se hizo. Apareció la gente, las canciones y se empezó a tocar. Y así como se armó, se diluyó… y así vuelve”, añade Molina.

Crédito: Panchana

Crédito: Panchana

ETAPA ANAL
En 1986 tocaron por última vez en el Garage de Matucana. Al día siguiente Molina se fue a vivir a Brasil, donde ya había pasado una temporada a fines de los ’70, impregnándose del punk que se tomaba Sao Paulo. El ‘96 algunos amigos juntaron plata con la que grabaron el casete “Etapa anal”, un disco de espíritu post punk, donde destaca la diversidad estilística, y la poesía callejera y sensible de Carlos Gatica, un frontman cuya voz proyectada estremece y asusta, con una elegante dosis de humor negro muy inteligente.

En “Etapa anal” hay atisbos de jazz, de funk a la Minutemen, de new wave orgánica, de hardcore punk (“Animal de pelo corto”), interludios poéticos, no wave lánguido y oscuro (“Polvo de cisne”), ecos de ópera y bolero (en la escatológica “Canción del mojón”, por ejemplo) y mucha buena basura, donde se fusiona lo musical con lo existencial en letras como la de “Corazones podridos”, “Estados de Tensión”, o la de la citada “Polvo de Cisne”. Y si escuchamos atentamente “Mi mamá me mima”, no parece delirante establecer una línea entre Los Jorobados y Fracaso.

Los ‘80 se destacan por las numerosas canciones que hablan sobre Santiago, y es quizás “Galería Nocturna”, una de las mejores letras del rock chileno: “Nace la ciudad / un día de febrero / todos sus habitantes / salen a vender / yo me quedo en mi casa / me voy a reponer / vengan a visitarme / con algo de tomar / y si no lo roban /no me interesa /no me interesa /no me interesa”, impreca Gatica, iracundo como De Rokha , para luego finalizar con una parodia a “Que bonita va”.

A fin de año el sello Hueso Records editará un 7 pulgadas con sesiones de improvisación, esqueletos y versiones, en la que aparece colaborando Contreras de los Ciudadanos, ya que fueron grabadas a mediados de los ‘80 en la sala que ambos grupos compartían en Concha y Toro.

”Los Jorobados quedaron ahí no más”, dice Troncoso y Molina. “Estamos en otra. Los Jorobados son como un animal que duerme. Quizás cuándo despierte, o en qué se encarne”, concluyen.

Por Cristóbal Cornejo y Rodrigo Barros

El Ciudadano, agosto 2014

Síguenos y suscríbete a nuestras publicaciones