Cuarto lugar en Sudamérica

Chile: Cinco mil millones de dólares para gastos militares en 2017

Economista del Massachusetts Institute of Technology (MIT), Andrés Solimano, apunta sobre el tema un punto de vista interesante: en Chile "no hay claridad sobre si los gobiernos civiles posteriores al régimen (dictadura) han ejercido control en este gasto militar".

Por Absalón Opazo

05/05/2018

Publicado en

Chile / Economí­a / Política / Portada

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Esta semana el Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (SIPRI) publicó su último informe sobre los gastos militares que realizan los países alrededor del mundo.

Una de las principales noticias fue que en 2017, el monto en el plano internacional llegó a su cifra más alta -1,73 billones de dólares- desde la Guerra Fría, siendo el país que más gastó Estados Unidos, con una inversión que alcanzó los 610 mil millones de dólares. Lo siguieron China y después Arabia Saudita.

En Sudamérica, el tema también arrojó cifras interesantes, siendo Brasil la nación que más dispuso de compras militares, con un desembolso superior a los 29 mil millones de dólares.

Chile no se quedó atrás. El gasto militar de nuestro país en 2017 llegó a los 5.135 millones de dólares, según el informe de SIPRI, cifra que es la cuarta más alta en el sub-continente, siendo superado sólo por Brasil, Colombia y Argentina. Sin embargo, si es que se revisa el ranking de gasto per cápita, se encuentra que nuestro país es el segundo de la región sudamericana, en una lista que encabeza Uruguay.

Consultado por radio Universidad de Chile, el académico y analista Guillermo Holzmann, dijo que existen distintas razones que llevan a «comprender» estos montos astronómicos destinados a Defensa.

“Chile tiene una posición geoestratégica que es relevante, primero por los kilómetros de costa que tiene, y la proyección de 200 millas marinas que también se aplica a Isla de Pascua. Tiene una responsabilidad en el Océano Pacífico, en la zona antártica y en el control de una de las bocas del estrecho de Magallanes. Las potencias valoran eso, y se requiere una capacidad del país para tener acción sobre cualquiera de estos puntos, y así poder cautelar su protección”, explicó el especialista.

Además de esta «posición estratégica», Holzmann detalló que Chile guarda también una intención por resguardar «una postura» frente a los países vecinos, cuestión que cada nación realiza también, a su vez.

En tanto, el economista del Massachusetts Institute of Technology (MIT), Andrés Solimano, apunta un punto de vista interesante: que en Chile no hay claridad sobre si “los gobiernos civiles posteriores al régimen (dictadura) hayan ejercido control en este gasto militar”.

Asimismo, argumentó que los fondos de las Fuerzas Armadas (FFAA) no se discuten en el Parlamento, y menos se produce una discusión “desde la ciudadanía”, a lo que se suman otras razones, como la Ley Reservada del Cobre.

“Se habló que se iba a derogar en el gobierno de la doctora Bachelet, pero no pasó. Segundo, tutela bastante débil del gobierno civil respecto de las FFAA en muchos aspectos, y tercero, la ausencia de información a la ciudadanía, y de si estas son las prioridades para Chile”, expresó Solimano.

Para el economista, la situación no solo se limita a la compra de armamento, sino que también existe un desembolso importante en gasto de pensiones y de distintos tipos de servicios, como el de salud, vivienda y educación.

Finalmente, el analista de defensa, Eduardo Santos, aporta otra visión sobre los números del ranking SIPRIE. Según sus cálculos, el gasto militar durante 2017 se redondeó en 4.500 millones de dólares.

“Puede ser que mucha de esa cifra (la del SIPRI) todavía tiene el error de considerar a Carabineros dentro del Ministerio de Defensa”, advirtió Santos, quien recordó que los aportes por la Ley Reservada del Cobre “han bajado a la mitad” desde 2015, y que las Fuerzas Armadas estarían «perdiendo peso».

“En este momento, el cheque que se hace a las FFAA para comprar armas está del orden de 360 millones de dólares en los últimos tres años. Por ejemplo, el primer trimestre de este año, el aporte efectivo fue de 125 millones de dólares, entonces ya se está produciendo una reducción importante que no se ha comunicado y ha sido poco publicitada”, puntualizó Santos.

Vía Radio Universidad de Chile

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