Invento: La máscara de la sinestesia permite oler los colores

Al procesar los estímulos sensoriales, la mayoría de las personas usamos sólo uno de los cinco sentidos a la vez. Pero hay personas que perciben de manera diferente a través de la sinestesia, que consiste en experimentar la información sensorial usando más de un sentido a la vez, asociando unos sentidos con otros de manera muy vívida.

La sinestesia permite, por ejemplo, ver la música, saborear un tejido al tocarlo con las manos, asociar letras y números con colores e incluso oler colores.

Esto último es lo que quiso experimentar en carne propia Zachary Howard, ingeniero aeroespacial y uno de los artistas en la compañía de software Autodesk. Para lograrlo, Howard construyó una «máscara de sinestesia«, que se usa en complemento con un sensor que se coloca en la mano.

El funcionamiento es simple: empieza cuando el sensor en los dedos registra el color del objeto al que se quiere apuntar. Esa información es enviada a un brazalete en el que hay un pequeño procesador que analiza los tres colores primarios: rojo, verde y azul. Este brazalete va a su vez conectado con la máscara.

En la máscara hay tres tubos –cada uno con una fragancia diferente para cada color primario– que sueltan combinaciones de aromas. Un chip selecciona la cantidad necesaria de cada olor y envía el resultado a las fosas nasales usando dos ventiladores.

El color rojo está asociado con el pomelo, el verde con el té verde y el azul con la lavanda. Para crear el resto de los colores (u olores), la máscara dispensa cantidades proporcionales de rojo, verde y azul como si fueran los píxeles RGB de un monitor LED. Lo primero que tocó Howard, una pared gris, produjo una mezcla repugnante de todos los olores.

La máscara sinestésica de Howard no permite oler todos los colores, pero su diseño es susceptible de ser personalizado.

Fuente, ID, BBC Mundo.