Un acercamiento al Cronopio Mayor a partir de los registros visuales menos difundidos
Las fotografías de Julio Cortázar menos conocidas
Conocer realmente a alguien es una tarea que puede tomar años. Somos seres inestables que cambiamos de piel. Vamos dejando un camino de cáscaras viejas y cuando miramos atrás, no reconocemos el acartonado reflejo de rostro impreciso que alguna vez fue nosotros. El cambio es ineludible y es una respuesta a la necesidad de adaptación o de evolución; sin embargo, hay algo en nosotros que, por más que pasen los años, no va a cambiar. Esencia le llaman algunos, alma, aura, espíritu, eso que nos hace ser nosotros sin importar las circunstancias.