Feña Salinas, locutor: «Cuando me dicen que Chile es un país libre, me cago de risa porque está muy lejos de serlo»

Insolencia

Por Carlos Montes

07/07/2018

Publicado en

Entrevistas

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Insolencia. Hay harto de insolencia, de ganas por incomodar, en el trabajo que desarrolla Fernando Salinas cada vez que lo escuchamos frente al micrófono del Rayos y Centellas o del Pongámonos Serios, programas que conduce en la radio Los 4o.

Son 20 años de oficio los que lleva Feña en el cuerpo. Prácticamente la mitad de su vida, este comunicador ha desarrollado su trabajo tras el micrófono -en radios como RadioActiva o FM Hit- y cuando nos comenta que siempre lo han echado de todos sus trabajos, pareciera ser eso mismo una de las razones de porqué lleva tanto tiempo al aire y de porqué sigue vigente dentro del panorama de nuestra radiofonía: abrazar el riesgo, el desprejuicio y creer en el profundo llamado a que l@s trabajador@s de las comunicaciones deben ser siempre sujetos opinantes.Feña, empiezo esta conversa con lo siguiente: ¿Por qué la radio? ¿Qué fue lo que hizo que decidieras por esta plataforma para desarrollar tu trabajo como comunicador?

La verdad fue muy extraño. Cuando llegué a trabajar en la radio era súper joven, tenía 19 años nomás, había recién salido del colegio. Recuerdo que estaba listo pa estudiar en el Inacap porque mi viejo quería que estudiara ahí y me pusiera a trabajar con él ya que en el colegio no tenía muy buenas expectativas.

Jajajaja. El colegio hartas veces resulta castrante.

Sí, es heavy. Y en un momento cuando uno es chico como que no racionalizas muy bien lo que va pasando pero igual me fui dando cuenta que el sistema escolar no me tenía considerado pensando en mi desarrollo. Entonces desde esa tribuna me fui haciendo cargo de mi personalidad, tratando de ser nomás. Estuve metido en la radio del colegio, por ejemplo.

Ah! Entonces siempre tuviste este “llamado” a comunicar.

Claaaro. Y fue súper significativo porque yo partí por esos años el nuevo ciclo de la radio del Darío Salas.

¡Qué buena! Imagino que si estuviste en el Darío Salas es porque también tuviste una importante cuota de politización.

Claro, pero es bien cuático lo que me pasó con mi politización porque tiene harto de contradictorio. Vengo de una familia de derecha y aun así, llegado un punto definí mis juicios según lo que yo realmente creía.

Como bien dices, el Darío Salas es un colegio muy politizado. Creo que fue súper complicado crecer en los noventa, porque en esa década tenías como una doble realidad: primero, una realidad social que pretendía dejar atrás todo esto que habíamos vivido como país, pero de una forma bien insolente o falta de respeto, como lanzando al olvido todo lo que habíamos vivido, onda “echémosle pa’ adelante sin mirar atrás” y uno fue creciendo con ese mensaje permanente, por lo tanto mi activismo político no se vio reflejado especialmente en el colegio.

Esa dimensión política la desarrollaste más grande, entonces.

Claro. Me empieza a caer la teja cuando estoy enfrentándome a la realidad sin filtros. Si lo pensai el colegio de algún modo es como una burbuja porque estás dentro de él viviendo una realidad medianamente regulada.

Recuerdo que todos los cabros de cuarto medio eran de la JJ.CC. y era potente convivir con eso, porque de repente uno estudiaba harto pa’ una prueba y te encontrabas con que ellos tenían lleno de barricadas afuera y en ese tiempo yo no le tomaba el peso a ese hecho o no pensaba “qué bacán que estos locos se estén manifestando»,  sino que entraba en la otra dinámica, en esa que dice “¡Pa’ qué estudié pa’ la prueba si no voy a poder hacerla!”. Con los años caché qué era lo que realmente estaba pasando.

¿Y cuál fue la circunstancia que hizo que entraras a la radio? ¿Se estilaba por esos años eso de que alguien te “descubriera” y te abriera un espacio dentro de alguna?

Además de trabajar en radio, yo siempre fui DJ, esa fue una de las cosas que siempre me llamó mucho la atención, por lo tanto siempre estuve muy ligado a la música y en alguna oportunidad me fui a la playa con unos amigos, me acuerdo que fue justo saliendo del colegio y antes de entrar a clases en marzo al Inacap, me encuentro con que la Radioactiva tenía instalado todo su aparataje, equipos, satélite, locutores, en la playa. Y cuando vi esa hueá quedé alucinado y me dije “esto es lo que yo quiero hacer”.

Cuento corto, conocí ahí por casualidad al que era gerente del Consorcio Radial de Chile (CRC) Cristian Wagner, ojalá no tenga que ver con ese Wagner que está formalizado, jajajajaja, y él me ofreció trabajar en la radio, onda a la vieja escuela radial, a la vieja escuela de los oficios finalmente. Desde esa idea de agarrar a los cabros jóvenes y pensarlo como una cantera. Ahí se me dio la oportunidad y me siento tremendamente privilegiado desde cierto punto de vista, porque desde otra mirada creo que esto me lo merecía, que era algo inevitable en mi vida.

¿Qué año pasó esto?

Esto fue el año ‘99, en la Radioactiva y entré a la FM Hit el 2003. A mi me han echado siempre de todos los trabajos.

¡Jajajajajaja! Lo dices con un tono de orgullo.

Jajajaja! Me echaron de la Radioactiva, me echaron del Vía X.

¡Claro que tuviste un tránsito por Vía X! Recuerdo que había otra estética en ti.

¡Completamente! Más brandeao, ahí daba lo mismo si es que te quedaba bien la camisa, teniai que ponértela porque era del auspiciador y uno pendejo y finalmente alucinado un poco con los medios de comunicación, lo aceptabai nomás.

Es natural ese asombro siendo tan chico frente a la posibilidad de ser parte de algún medio de comunicación.

Claro que sí. Yo recuerdo que llegué a Vía X a reemplazar a la Camila Gallardo, una loca que era heavy comunicadora, en el Vía Directa. Y después de mí venía un programa del Abdala, entonces estamos hablando de dos pesos pesados que habían hecho una buena pega, así que mi actitud era simplemente de “démosle pa’ adelante”.

La búsqueda

Cualquiera que desarrolle un trabajo de naturaleza artística o creativa, de una u otra manera va configurándose también como un personaje, desde el cómo se viste hasta si decide opinar o no sobre cualquier cosa. ¿Cómo ha sido ese camino en tu caso?

Claramente en un principio no era nítido y siempre opté por dejarme llevar y hacer las cosas que tenía ganas de hacer. Muy orgánico, sin ningún concepto preestablecido. Creo que el concepto de huevear para mí es el correcto. Yo siempre he querido huevear y eso tiene que ver con un contexto completo de oportunidades, por eso soy DJ o por eso siempre a mi trabajo en las comunicaciones le he dado un sello de hueveo, de que las cosas no tienen porqué ser graves.

Creo que como a los 25 me di cuenta de que hay opciones, de que hay un mainstream pero que también hay un mundo aparte y es en ese mundo aparte en donde cabemos los loquitos. Por ejemplo, vivir el desprejuicio al teñirme el pelo, al usar trenzas, al defender la despenalización del consumo de marihuana.

Creo que la palabra clave en todo esto es el desprejuicio, independiente de la persona que sea, si es más conservadora o más liberal, siempre hay un tema de fondo que apela al desprejuicio en todo orden de cosas. Por ejemplo, imagínate que mi mensaje es “no importa la estética que adoptes ni la superficialidad, pero igual me cargan los hueones que van al gimnasio”, ahí claramente hay una postura inicial de supuesto desprejuicio pero que acaba finalmente con el enjuiciamiento a un loco que quiere ser musculoso. Na’ que ver.

El desprejucio en la música para mí es muy importante, también. O sea yo baile en la Kmasú reggaetón, jajaja. Me sabía todas las de Wisin y Yandel.

Jajajaja. Es cierto eso del desprejuicio, de la insolencia un poco. Recuerdo en alguna conversación que tuviste con Edo Caroe y Felipe Avello en tu programa, cómo hueveaban la música del grupo chileno Fulano y la comparaban con la del reggaetonero Ozuna. Esos comentarios para el mundo ortodoxo de la música son pura provocación! ¿Cómo haces para habitar el desprejuicio desde un medio masivo de comunicación oficial, convencional?

¡Jajajajaja! Me acuerdo de eso. Jajajaja. Yo creo que esto tiene que ver con los tiempos que vivimos, también. Afortunadamente en esta segunda vuelta de Iberoamericana me encontré con unos altos cargos que permiten mucha más libertad editorial. Creo que el programa Pongámonos Serios no hubiese durado dos semanas hace 10 años atrás. El Pongámonos Serios ha sido una bofetada a la estructura convencional.

A mi me gustaría mucho que en las universidades en donde se forman a comunicadores, pongan el Pongámonos Serios como un ejemplo pa’ determinar en qué lo encasillas, porque no es un podcast, es un programa en vivo con alcance nacional. Seguro que saldría la pregunta ¿Qué es esto versus todo eso que nos enseñan acerca de la radio? No huevear a los auspiciadores, por ejemplo. Nosotros muchas veces nos hemos pasado por la raja a los auspicios lo que nos ha traído más de algún problema porque hay temas comerciales de por medio.

Claro. Es justo en ese momento en donde tienes que hacer una especie de ecualización

Justamente. Ahí hay que hacer la ecualizá. Yo sé que a mi me trae un costo el plantear abiertamente que soy marihuanero o un costo para mi familia -en la eventualidad de que mi familia fuese conocida-. Uno de los costos es que esta posición se utiliza como argumento para invalidar un discurso, entonces eso yo lo asumo, yo sé que eso va a ser así. Pero también sé con quién me voy a enfrentar y muchos de esos enfrentamientos sé que están llenos de ignorancia y por eso los tomo como insustanciales. Porque sé que ese hueón ignorante que me trata de drogadicto se tapa en omeprazol para salir a carretear y confirma en ese juicio toda su ignorancia, así que  finalmente decido no enfrascarme en una discusión idiota con él.

Comunicar en tiempos de crisis

¿Cómo observas este escenario de las comunicaciones pero apuntado a las instituciones educativas, a las universidades, a los institutos que están formando a las y los nuevos profesionales?

La verdad es que yo tengo un divorcio con las escuelas de periodismo y finalmente con las personas que forman a los comunicadores. No me cabe en la cabeza que hoy un comunicador no tenga una postura, una postura política, una postura de vida, un comunicador que no sea opinante. A mi me carga cuando la gente dice “Oye, tú deberías ser imparcial para tus comentarios”, porque si los medios de comunicación no son imparciales -pensando en quienes lideran sus estructuras más altas, es decir, en sus dueños-, porqué tengo que serlo yo. Finalmente tú sabes dónde estás parado, yo no le voy a pedir a Checho Hirane que sea imparcial porque sé donde trabaja, sé cuál va a ser su discurso, sé lo que va a basurear o lo que va a tratar de ridiculizar. Entonces un comunicador sin contenido termina siendo simple continuidad.Pienso en las prácticas de algunos medios de prensa oficiales que en un tiempo omitían los nombres de quienes escribían sus notas, como silenciando la autoría, la voz de quien escribe. ¿Crees que ha cambiado en algo ese escenario actualmente?

Es terrible ese panorama que comentas y creo que este tiempo lo hace aún más grave, porque te vas dando cuenta que quedan pocos medios independientes. Puedes tener a un cabro muy talentoso que salió de cualquier universidad, pero si lo tienes trabajando en La Tercera o en El Mercurio, por ejemplo, evidentemente vai a cachar que no va a poder desarrollar lo que él quiere realmente -en el caso de que tenga otras inquietudes-. Y lo otro es que los medios independientes en Chile no subsisten porque es súper complejo. Hay una relación que está muy viciada entre el medio de comunicación, el dinero y el poder. Es súper complicado el escenario.

Me declaro un hueón muy crítico de los comunicadores actuales, de los noticieros actuales. Los noticieros en Chile me dan vergüenza ajena, porque creo que hay ensañamiento y son completamente tendenciosos. Como que tratan de insertar una idea en la gente que solamente lo había visto en esas típicas películas conspirativas.

Yo de El Mercurio no espero nada. Piensa, por ejemplo, en el tema del paco que baleó al Uber, si lo planteas como “¿Estás de acuerdo con la reacción tomada por Carabineros al ver que corre peligro su vida?”, el medio te está diciendo claramente que la vida del paco estaba en absoluto riesgo y ahí la objetividad se perdió. Y eso pasa con todos.

Para qué hablar del vocabulario de los periodistas, como que cada día amanecen con menos palabras y no me refiero solo a los que están haciendo el trabajo en la calle, me refiero a algunos que son rostros ancla y que tienen participación activa en los medios de comunicación. Escuchar a Iván Valenzuela saborearse cuando habla es una hueá insoportable.

O es cosa de ver los propios contenidos que proponen. Ver todas esas notas playera y del arribo de los argentinos en verano parecen el peor relleno.

Claaaaro. Es como un deja vu todos los años. Y lo peor es que los temas importantes se tocan muy superficialmente. También me molesta el chovinismo que hay en los medios de comunicación.

¿Y cómo ves la figura de la radio, particularmente, como medio masivo de comunicación en comparación con la oferta que propone el otro medio de gran alcance que es la televisión?

La tele lo que hace finalmente es servir al empresariado, cosa que no me parece mal, siempre y cuando tú como tele tengas tu línea editorial definida y la respetes. No tengo problema con que entre Samsung, por ejemplo, a hacer un microespacio en algún medio, me da lo mismo, siempre y cuando ese medio no transgreda lo que realmente defiende o quiera plantear.

Como los medios de comunicación hoy por hoy quieren plantear lo que el sistema pretende -pensando particularmente en la televisión-, la verdad es que no hay muchas diferencias. Entonces, desde el punto de vista de la radio, yo la defino como una insolencia en este tiempo, insolencia que le hace bastante falta a este país. Hay una insolencia en la postura, hay una insolencia en el discurso. No puede ser que en Chile haya publicidad de cerveza -y no porque no me guste, me encanta de hecho- pero que todavía se discuta el consumo de cannabis medicinal o sea condenada a la hora de ponerla en una lista de drogas. Teníh la Ley Emilia y al mismo tiempo en Plaza Italia ves una mega publicidad de cerveza Heineken en uno de esos edificios, entonces hay contradicciones que desde el Estado se siguen manteniendo, porque si de verdad quieres disminuir el consumo de alcohol es lógico que debes ser estricto a la hora de regular la publicidad de eso que crees que le hace tan mal a la población.

¿Y campañas como Elige Vivir Sano?

Creo que pueden existir si es que efectivamente la sociedad las entendiera. Yo estoy a favor de los sellos en las comidas pero también estoy en contra de ellos. Creo que debería existir la libertad de que la gente consuma azúcar, siempre y cuando sea una VERDADERA ELECCIÓN de esa persona. Siempre desde la decisión, porque es muy distinto que una persona no tenga más alternativa que consumir fideos con vienesa porque su presupuesto mensual no le alcance a que pueda optar por otras posibilidades de alimentación más saludables.

Claro. Ahí se desdibuja la idea de libertad.

¡Exacto! Por eso cuando a mi me dicen que Chile es un país libre, yo me cago de risa porque está muy lejos de serlo. Porque esa persona que gana el sueldo mínimo no tiene la libertad de elegir si quiere o no alimentarse con fideos con vienesa.

El poder y la ira

¿Cómo miras a quienes detentan el poder por estos días? ¿Con qué ojos miras lo que el futuro nos depara como país? Lo pregunto porque tengo amigas y amigos que aún creen que hay que incendiar varias cosas en Chile.

Jajajajaja. Personalmente, la Revolución Francesa me parece un tremendo ejemplo. Es el real ejemplo del pueblo rebelándose, pero como sé que estamos en el 2018 y que vivo en este espacio, no me puedo relegar a ser un outsider porque sé que estoy dentro del sistema, participo dentro del sistema, mis zapatillas son ejemplo de este sistema, pero soy un convencido de que existen formas de cómo estar dentro de él.

Ahora bien, mi diagnóstico no es muy auspicioso porque siento que se está alcanzando un nivel de polarización muy violento. Siento que la sociedad como resultado de políticas de Estado, toma una actitud cada vez más individualista – sino no hubiese salido Piñera-, toma una postura cada vez más violenta. Mira lo que mucha gente dice acerca del tema que está pasando acerca de los ecuatorianos que torturaron en la cana y que “es porque la justicia no funciona”, pero pasa que esos hueones están finalmente presos. Hay una investigación en curso y después de eso tiene que actuar la justicia. Entonces, ¿por qué estai justificando que le estén poniendo corriente antes del veredicto de la justicia? Frente a eso creo que hay una especie de desborde de violencia súper heavy.

Las detenciones ciudadanas -y por mucho que me den ganas de pegarle una patá en la raja al hueón que me robó el teléfono, por ejemplo- son un claro abuso. Yo no puedo amarrar a un poste en pelota a un hueón que delinquió, no puedo. Y lo cuático es que porqué a la gente le está pareciendo normal esa hueá, porqué parece normal que la Tonka Tomicic defienda en Bienvenidos -que a todo esto eso es un caso aparte dentro de los medios de comunicación y los programas de la tele- ese acto de tortura y que la gente le encuentre razón a sus dichos, más aún si la autoridad se compara permanentemente con los países desarrollados. ¡Parece que a la hora de compararse no lo hacen en todas sus dimensiones! ¿Y qué pasa con sus sistemas económicos, previsionales, educacionales, en sus cuotas de género? Está lleno de evidencias desde todas partes del mundo que avalar la tortura desde un medio de comunicación masivo es una hueá completamente descabellada. Es más, te lo está diciendo Hernán Larraín, ministro de Justicia, creámosle o no. El asunto es que está estallando una hueá muy violenta que me preocupa.

¿Y cómo ves ese componente de ira en movimientos políticos de reivindicación como el de los mapuche o el feminismo?

Nosotros como sociedad somos cómplices activos de esa rabia, y me pasa por ejemplo con el tema de los mapuche, que siento que hay poco entendimiento, hay cero entendimiento y una ignorancia completa de lo que es su cultura, su cosmovisión. Que una persona me diga “lo que pasa es que esa familia mapuche no aprovecha sus tierras”. Bueno, hueá de ellos nomás. Y cuando cachai que ese hueón que desde la mirada del libre mercado tiene el poder para sacar a esas comunidades y hacerse de esos terrenos para darles la productividad que él determina, es evidente que se siga y se siga alimentando toda esa rabia en el mapuche.

Justifico absolutamente toda esa rabia que contiene el feminismo o la lucha del pueblo mapuche, porque hay una desventaja histórica y hay una pasada por la raja histórica de parte de todos los administradores que ha tenido este país y esto se reduce a algo súper simple: a los mapuche hay que devolverles las tierras que les fueron usurpadas y que fueron vendidas a precio de huevo en Dictadura. Punto. Esa es la solución, no hay otra.

Somos cómplices diariamente al ver que los medios de comunicación no se hacen parte de aquello, porque para ellos es más importante ver el camión quemándose y centrar la atención en eso pero no en el tema de fondo, en cómo se desarrolla el conflicto, en la violencia ejercida en contra de niños y familias completas o en todos los recursos que está ha disponiendo el Estado en militarizar esa zona.

Otras miradas, otros medios

¿Cómo ves la oferta actual de los medios? ¿Qué opinas, por ejemplo, de las radios online o de los proyectos comunicacionales que se erigen desde la web?

La verdad es que no las consumo mucho porque trabajo en una radio y siento que una de las cosas entretenidas de trabajar en cualquier cosa es que eso no te agote, pero claro que no estoy ajeno a lo que pasa.

Me pasa con las radios digitales que siento que hay una secreta trampa entre la lucha por subsistir, existir, mantenerse y poder entregar el mensaje y eso siempre va a depender de un ingreso económico. Por lo tanto, creo que los medios independientes, cualquiera de ellos, se enfrentan a un escenario súper difícil cuando están los intereses económicos de por medio, es complicado que tengas una radio online que tenga un auspiciador y porque dijiste algo que no le gusta, se vaya y te quedes sin su apoyo. Se vive tristemente una fragilidad a diferencia de lo que pasa en una FM en que se te puede ir un auspiciador pero sigue existiendo y en esta realidad tan adversa, valoro caleta el que se siga generando material, se sigan creando contenidos.

Creo que en este espacio que habitamos, todo es válido siempre y cuando no nos olvidemos dónde estamos parados. Yo no me olvido que estoy trabajando en una radio FM, quizás podría ser mucho más incendiario en mis discursos pero sé el lugar en donde estoy y una de las cosas que he aprendido es que cualquier tribuna, la más farandulera o la más artesa, es siempre una oportunidad. Y esa oportunidad para las personas que quieran jugársela por entregar algún tipo de mensaje que aporte a esta sociedad es completamente válido. Por eso me gusta que la Pamela Jiles esté en Primer Plano, porque son oportunidades que no te las podíh farrear. No puedes perder la tremenda oportunidad de decir que algo está mal cuando realmente está mal.

 

por Carlos Montes Arévalo

Instagram: @montes.arévalo

Twitter: @carlos_montes_a

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