Candidato No Más AFP a la Convención Constitucional por el Distrito 12:

Columna de Eduardo Gutiérrez: Hay que rechazar la nueva cocina entre el Gobierno y la oposición moderada enquistada en el Parlamento.

Columna de opinión del candidato a convencional constituyente por el distrito 12, Eduardo Gutiérrez. El cirujano dentista y vocero de la Coordinadora No + AFP reflexiona respecto a los esfuerzos de diálogo y acuerdo de la presidenta del Senado, Yasna Provoste, con Piñera: "La consigna de los llamados “mínimos comunes” levantada por la presidenta del Senado refleja dos cosas: una, la debilidad de la oposición parlamentaria, que no se atreve a plantear los máximos necesarios y dos, su esfuerzo por llegar a acuerdos con el fracasado gobierno"

Si algo identifica el nuevo cuadro político surgido a las puertas de las elecciones del próximo 15 y 16 de mayo es la pugna entre el gobierno y las dos oposiciones: Una que se representa en el Parlamento, dominado por las castas políticas, y otra que desde los territorios y las listas independientes se quiere articular y ganar fuerza en la futura Convención Constitucional.

La consigna de los llamados “mínimos comunes” levantada por la presidenta del Senado refleja dos cosas: una, la debilidad de la oposición parlamentaria, que no se atreve a plantear los “máximos necesarios” y dos, su esfuerzo por llegar a acuerdos con el fracasado gobierno de Piñera para mostrar su capacidad de gobernabilidad que le permita acceder al botín mayor que es la presidencia de la República. Todo esto a tono con los llamados desesperados de un gobierno al borde del abismo.

                      Así las cosas. La Convención Constitucional se podrá convertir en el invitado de piedra levantándose como una tercera alternativa frente a este nuevo “duopolio” negociador, o en una instancia irrelevante, si es que la “cocina” se traslada a su interior que es el objetivo de la derecha y de sectores de la oposición moderada. Desde ese punto de vista es relevante la cantidad de constitucionalistas que elijan las listas independientes a nivel nacional. Para así buscar, con otros delegados anti neoliberales, los objetivos de generar una verdadera nueva constitución, siempre en el entendido que esos convencionales rompan sus amarras con las direcciones de las castas políticas.

La más seria amenaza a estos objetivos sería la elaboración de una constitución gemela de la de Pinochet-Lagos. La oposición moderada no obstante cuenta como aliado el peso de la “noche” neoliberal, y su incidencia en las conciencias de quienes aspiran a la tranquilidad y comodidad de quienes se han aprovechado del modelo durante casi cincuenta años.

                      Con todo, debemos considerar que un nuevo parlamento y presidenta o presidente se elegirá en noviembre, bajo el amparo de esa constitución absolutamente anacrónica que la mayoría repudió con el triunfo del 80/20 en octubre del año pasado. Si en la Convención Constitucional se logra articular ese tercio o más de carácter antineoliberal, las batallas futuras en los territorios contra el poder de los ricos adquirirá otra dimensión estratégica. El nivel de la crisis económica, el empobrecimiento de las capas medias y el hambre y desamparo de las y los millones de precarizados, unido a las futuras movilizaciones, serán obstáculos insalvables para los cocineros de siempre. 

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