Calentamiento Global

En medio de una nueva ola y cruzando otra centuria todo se ha vuelto mercado, en el que las naciones más poderosas del mundo desconocen las reglas de que cuando se contamina, se mata, se violan derechos humanos, se paga

Por Wari

17/01/2010

Publicado en

Actualidad / Editorial

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En medio de una nueva ola y cruzando otra centuria todo se ha vuelto mercado, en el que las naciones más poderosas del mundo desconocen las reglas de que cuando se contamina, se mata, se violan derechos humanos, se paga.

Los espacios de justicia y de toma de decisiones, tan trascendentales, que permitan poner atajo al indiferente actuar del capitalismo desregulado y contaminante, parecen estar corrompidos. Observándose a los verdaderos justicieros, la sociedad civil, desvinculados de la capacidad material de poner atajo a los calentólogos -quienes se protegen tras inmensas murallas que resguardan el capital, el saber, la información-, la temperatura parece subir.

Y cuando la ciudadanía en su esfuerzo por rearticulación les sale al camino, sus policías buscan reprimir el intento de liberación, los perros del capital salen a morder al pueblo que lucha por sus derechos, pues mantenernos encadenados y atados a su huevo huero les resulta de lo más cómodo.

En Copenhague, la última cumbre climática mundial, los grupos que resisten y los que buscan acción directa, respuestas en la era de globalización, con carteles en alto dijeron: “¡Cambiemos el sistema, no el clima!”, “¡Fuera los políticos de turno!”, “¡No queremos más bla bla!”, ”¡Queremos acción ahora!” Pero en estos espacios decide finalmente el G8, las naciones más poderosas del mundo, las que más contaminan.

Consciente de ello, Evo Morales –quien sí podría merecer el Premio Nobel de la Paz- dijo ¡Alto! tenemos derecho a reunirnos en otro lugar para ver qué acordamos esta vez los pueblos, e invitó al mundo a reunirse en Bolivia el 22 de abril de 2010, el mismo Día Internacional de la Madre Tierra.

Y es que la tesis para el terror, de ligar las emisiones de carbono al calentamiento global no es del todo cierta; influye, pero son otros los factores de acción antrópica los que más hacen daño a nuestra Tierra; como la tala indiscriminada de nuestra Amazonía y de los bosques nativos sustituidos por monocultivos forestales o convertidos en desiertos.

De eso nos habla el científico Claes Linden, ingeniero forestal sueco residente en España, quien a su avanzada edad ha sido guardado debajo de la alfombra por la comunidad “científica internacional”. Él les replica “que los remedios propuestos a la fecha tienen poca probabilidad de resolver el problema”, agregando que la verdadera causa del calentamiento global del mundo es la destrucción de las selvas tropicales, que provoca cambios climáticos en los sistemas de vientos de nuestro planeta, atribuyendo también responsabilidad a la radiación UV y a que la temperatura sube en las partes que no hay bosque, donde la tierra actúa casi como un espejo.

Otro punto a considerar, es que el 92% de las emisiones de CO2 ocurren en el hemisferio Norte, y sólo un 7% ocurre en el Sur, siendo el intercambio de vientos entre hemisferios muy leve, asegura el científico. Y agrega que “si la verdadera causa del cambio climático no se reconoce ahora, no importa lo inconveniente que pueda ser, y si no se toman las medidas inmediatas y totalmente eficaces, poca esperanza hay para la humanidad, excepto tal vez para unos pocos que puedan intentar huir hacia el espacio”.

¿Visión apocalíptica o es que debiesen transparentar los detonadores endógenos y exógenos del calentamiento global, como también las soluciones? La desinformación que existe respecto al devenir de nuestro planeta por la acción humana es de un grado alarmante. Un ejemplo del caso es el informe Carbono Azul (Blue Carbon) del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente –muy poco difundido a nuestro parecer-, que explora las posibilidades de manipular los océanos contra el cambio climático por su alto potencial para absorber dióxido de carbono (CO2). Sin embargo, el problema es que al meter dióxido de carbono extra en el mar se altera el ph del agua marina y esta acidificación impide el crecimiento normal de los microorganismos responsables de la mayor parte de la fijación de carbono, según el biólogo Martin Lago, quien participa como observador acreditado en las rondas de negociación del Tratado de Copenhague.

Algo huele mal, el deseo de un grupo de hombres por querer manipular todo, parece llevarnos a la catástrofe, por lo que hace falta observancia ciudadana del actuar de los gobiernos, de los partidos y de las grandes corporaciones, al parecer, más que nunca. Pues no puede ser posible queridos(as) lectores(as) que, dado el avance de la ciencia, no se pueda, al estudiar nuestra posición en el espacio, analizando el estado en que vive el astro Rey, junto al análisis de otras variables, tomar decisiones certeras y eficaces para un futuro terrícola próspero para éstas y las futuras generaciones.

El Ciudadano

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