Región del Bío-Bío

Concepción: Rechazo a instalación de parque eólico en Santuario de la Naturaleza

La instalación del parque, a cargo de una empresa española, se concretaría en los terrenos donados en 1917 por Pedro del Río Zañartu, que en su testamento fue explícito en referirse a la prohibición de cualquier tipo de intervención atentatoria contra las actividades de esparcimiento, recreación y protección ambiental para las cuales fue legado.

Por CVN

03/03/2015

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En pie de guerra mantiene a organizaciones ambientales y autoridades comunales la instalación del «Parque Eólico Altos de Hualpén», calificado favorablemente en 2008 por la entonces Corema del Bío Bío y cuya titularidad corre a cargo de la empresa española Enerbío, que el pasado mes de enero inició las diligencias para evitar que el permiso fuese declarado caduco por el Servicio de Evaluación Ambiental (SEA).

El problema central que engendra el proyecto es su ubicación, emplazada dentro del Santuario de la Naturaleza de la Península de Hualpén, en concreto al interior del Parque Museo Pedro del Río Zañartu, donde según lo establecido en el plan de manejo sólo se permiten actividades de monitoreo e investigación, protección y educación ambiental, contemplando mínima infraestructura y prohibiendo la construcción de este tipo de proyectos.

Además, las voces disonantes apuntan a que la legislación era mucho más flexible en el momento de la aprobación que ahora, por lo que el proyecto debiera someterse a las nuevas leyes ambientales,

Otro punto a atender es el testamento dejado por Pedro del Río Zañartu, quien en 1917 legó las tierras al Parque Nacional de Concepción,  con una claúsula  donde se explicitaba que el sector estaba destinado para el «uso y goce de la población».

En este sentido el consejero regional Luis Santibañez recordó que «el testamento de Don Pedro del Río Zañartu y el reglamento del denominado santuario, prohíben cualquier tipo de intervención que atente contra los fines propios de esparcimiento, recreación y protección ambiental para los cuáles fue heredado a la comunidad de Concepción en aquella época, por lo cual perfectamente por la vía civil los herederos podrían pedir la restitución del mismo ante la amenaza de destrucción que se cierne sobre él. Por ello, no deja de sorprender el reciente anuncio hecho por la Gobernación de Concepción respecto a la inminente firma del contrato que daría lugar a este proyecto energético”.

Además, entre los opositores se encuentra el alcalde de la Concepción, Álvaro Ortiz, que ha votado dos veces en contra del proyecto, apoyado por otras autoridades como el seremi de Medio Ambiente, Richard Vargas y el ex alcalde Claudio Arteaga.

La más tajante de las voces favorables corresponde al administrador del parque, Martín Dominguez, que se muestra receptivo al proyecto entre otros factores por el ingreso de 2.500 dólares mensuales que la empresa pagará por el arriendo de los terrenos durante 20 años, donde se pretenden instalar diez generadores de 80 metros de altura, que generarán una potencia de 20 MW para ser ingresada al Sistema Interconectado Central (SIC).

Instalación de las

Instalación de las

Agrupaciones vecinales y organizaciones ambientales también han levantado la voz en contra del proyecto, alegando que supondrá la destrucción de gran parte del predio afectando a la flora y fauna del sector y perjudicando el desarrollo turístico de la región.

Birdlife cuestionó el proyecto

La entidad por la defensa de las aves, representada en Chile por el Comité Pro Defensa de la Fauna y Flora (CODEFF), envió una carta al ministro del Medio Ambiente, Pablo Badenier; al intendente Rodrigo Díaz Worner; y al seremi Richard Vargas, exponiendo los daños que el proyecto podría acarrear para la comunidad de aves de la zona, reconocida por la organización como sitio IBA (Área Importante para la Conservación de Aves, por sus siglas en inglés).

Según el organismo, el parque eólico podría suponer para las aves “mortandad directa por colisión”, “alejamiento obligado por las molestias de las turbinas”,  y “obstáculos a los desplazamientos, deteriorando o rompiendo los vínculos ecológicos entre zonas de alimentación, invernada, reproducción y muda, y cambios de pérdida del hábitat”, entre otros.

Además, el texto sostiene que  “como mínimo, los proyectos de energía eólica deben evitar áreas de biodiversidad excepcional, tales como las Áreas Clave para la Biodiversidad (incluidas las IBAs). Debe prestarse especial atención a los parques eólicos marinos, y aquellos ubicados en rutas migratorias».

 

 

 

 

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