Fiscales de Lava Jato confabularon para censurar entrevista a Lula que podía anular triunfo de Bolsonaro

Reveló The Intercept

Por Leonardo Buitrago

12/06/2019

Publicado en

Brasil / Latinoamérica / Política

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Diez días antes de la primera vuelta de las elecciones brasileñas, el juez de la Corte Suprema de Justicia, Ricardo Lewandowski, concedió una petición de Folha de São Paulo para entrevistar a Lula en prisión


Los fiscales que participaron en la operación Lava Jato conspiraron para evitar que el diario Folha de Sao Paulo entrevistara al expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2011) antes de las elecciones generales de octubre de 2018, porque podía influir en que el Partido de los Trabajadores (PT) obtuviera la victoria en los comicios.

Así lo reveló el medio de investigación The Intercept Brasil en un artículo publicado este domingo, con base en una serie de conversaciones privadas entre los agentes públicos, que ponen en tela de juicio la  imparcialidad de la investigación que condujo a la detención y condena de Lula y le impidió presentarse a las presidenciales de 2018, cuando lideraba todas las encuestas

El texto firmado por el periodista estadounidense y director de The Intercept, Glenn Greenwald, dejó al descubierto los abusos de poder y la agenda política e ideológica que mantuvieron los fiscales del caso Lava Jato y que durante años se encargaron de negar afirmando que eran apolíticos y actuaban en cumplimiento de la Ley.

Los fiscales del caso Lava Jato trataron de impedir que el diario Folha entrevistara a Lula en prisión. Foto: Web

Entrevista a Lula

Greenwald, a quien Edward Snowden reveló los programas de espionaje de la Agencia de Seguridad Nacional estadounidense (NSA, por su sigla en inglés), relató que 10 días antes de la primera vuelta de las elecciones brasileñas, el juez de la Corte Suprema de Justicia, Ricardo Lewandowski, concedió una petición del periódico más grande de Brasil, Folha de São Paulo, para entrevistar a Lula.

La entrevista sería realizada por la reconocida periodista Mónica Bergamo y tenía lugar en la Superintendencia de la Policía Federal de Curitiba (sur), donde el exmandatario se encontraba recluido desde el 7 abril de 2018, por supuestos delitos de corrupción y lavado de dinero que hasta la fecha no han podido ser demostrados.

La decisión de Lewandowski se basó expresamente en la libertad de prensa, y reconoció el derecho del periódico a hablar con Lula e informar sobre sus perspectivas como líder de opinión.

En su decisión, Lewandowski también explicó que los argumentos que se habían utilizado durante todo el año para evitar que el  exmandatario fuera entrevistado en prisión se basaban en «temores sobre la seguridad» y la necesidad de mantener a los prisioneros en silencio.

El juez Ricardo Lewandowski autorizó la entrevista a Lula con base en la libertad de expresión. Foto: Web.

Indicó que estos argumentos eran descaradamente inválidos, debido a las numerosas entrevistas en la prisión que habían sido «permitidas para presos condenados por delitos como narcotráfico, asesinatos y crimen organizado internacional ”.

Asimismo, dejó claro que Lula no estaba en una prisión de máxima seguridad ni en un régimen penitenciario especialmente restrictivo.

Greenwald recordó que hasta ese momento, Lula, considerado como uno de los comunicadores políticos más efectivos y carismáticos del mundo, había permanecido incomunicado y se le había impedido hablar al público sobre la elección presidencial.

Por tal motivo, cualquier entrevista previa a los comicios en la que hubiera ofrecido su punto de vista sobre el derechista Jair Bolsonaro y los demás candidatos, incluido Fernando Haddad (del PT), habría captado la atención de todos los medios de comunicación e influido en un gran número de votantes que, hasta el día de hoy, siguen siendo leales al expresidente.

Un chat de Telegram revela el complot de los fiscales para evitar que Lula fuera entrevistado y su temor de que el PT ganara las elecciones. Foto: Web.

Complot de los fiscales

El artículo de The Intercept se basa en la filtración de conversaciones que mantuvieron los fiscales de Lava Jato dentro de un grupo de la aplicación de mensajería instantánea Telegram. Según Greenwald, una vez que conocieron la noticia de que se había autorizado la entrevista “el pánico entre ellos fue inmediato”.

“En repetidas ocasiones manifestaron su preocupación por el hecho de que la entrevista se realizara tan cerca de la primera ronda de votación, ya que ayudaría a Haddad a ganar. Los fiscales pasaron el día trabajando arduamente para desarrollar estrategias que permitieran anular el fallo, demorar la entrevista de Lula hasta después de la elección o asegurarse de minimizar su impacto político y su posibilidad de ayudar a PT a ganar”, reveló el periodista.

«¡Qué broma! ¡¡¡Repugnante!!! Allí va a celebrar un mitin en la cárcel. Un verdadero circo. Después de Mónica Bergamo, y basado en el principio de igualdad de trato, estoy seguro de que también vendrán muchos otros periodistas (…) y nos quedamos aquí, listos para actuar como payasos con una corte suprema como esa”, afirmó Laura Tessler, una de las fiscales.

Tessler planteó la urgencia de bloquear la decisión de la Corte Suprema de Justicia, ya que «una conferencia de prensa antes de la segunda vuelta podría ayudar a elección de  Haddad», afirmó.

Otra fiscal, Athayde Ribeiro Costa, se refirió a la decisión del juez Lewandowski con una sola palabra y numerosos signos de exclamación: «¡¡Mafiosos !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!».

El fiscal Deltan Dallagnol lideró la investigación del caso Lava Jato. Foto: Web.

Por su parte, el fiscal que lideró la investigación de Lava Jato, Deltan Dallagnol, mantuvo una conversación con otra  fiscal, “Carol” y confidente de larga data, en la que acordaron que «rezarían» juntos para que la entrevista no contribuyera al regreso al poder del PT.

De acuerdo con el chat, los fiscales pasaron casi un día inventando estrategias para evitar que la entrevista de Lula se realizara antes de la elección, o que por lo menos se pudiera diluir su impacto. Especularon si una conferencia de prensa sería menos efectiva que una entrevista personal, o si deberían solicitar una petición para permitir que todos los demás prisioneros fueran entrevistados para distraer la atención sobre el caso de Lula.

El fiscal Athayde Ribeiro Costa, sugirió que la omisión de cualquier fecha en la decisión de Lewandowski podría permitir que la Policía Federal programara deliberadamente la entrevista después de la elección, mientras fingía cumplir con la orden:

«No hay fecha. Así que la Policía Federal podría simplemente programar esto para después de las elecciones, y seguiremos cumpliendo con la decisión», dijo en un mensaje publicado en el grupo.

Otro fiscal, Januario Paludo, propuso una serie de acciones diseñadas para prevenir o reducir el impacto mediático de la entrevista: “Plan A: podríamos presentar una apelación en la Corte Suprema, sin probabilidad [de éxito]. Plan B: Se abre la posibilidad de que todos (los medios)  lo entrevisten el mismo día. Será caótico, pero reduce la probabilidad de que la entrevista sea dirigida».

En ningún momento, Dallagnol, quien participó activamente en la discusión a lo largo del día, ni ningún otro fiscal del caso Lava Jato, plantearon que no era apropiado que las consideraciones políticas impulsaran sus acciones.

De hecho, este grupo de chat, que fue utilizado por sus participantes durante muchos meses, «sugería que las consideraciones políticas se incorporaron rutinariamente en el proceso de toma de decisiones del grupo de trabajo de los fiscales”, subrayó Greenwald en su artículo.

De la pena a la alegría

Durante horas, los fiscales se lamentaron entre ellos por no poder apelar la decisión, ya que una apelación en nombre del grupo de trabajo los haría parecer demasiado políticos y crearía la percepción pública de que su intención era silenciar a Lula e impedir que el PT ganará las elecciones.

Al final del día, esa pena se convirtió en alegría, al enterarse que una agrupación de derecha llamada Novo había apelado la decisión y el tribunal había suspendido la autorización al diario para que entrevistara a Lula.

Celebraron la noticia, se burlaron de los conflictos que probablemente surgirían dentro de la Corte Suprema y elogiaron a los responsables de detener la entrevista.

El partido de derecha Novo logró apelar la decisión del juez e impedir la entrevista. Foto: Web.

El fiscal Januario Paludo expresó: «Deberíamos agradecer a nuestra Fiscalía: ¡el Partido Novo!.

Al final, este grupo de derecha logró lo que anhelaban los fiscales, la entrevistas no se realizó, ni se supo de ellas antes de las elecciones.

Bolsonaro ganó la presidencia y luego de llegar al poder la Corte Suprema comenzó a autorizar a los medios de comunicación entrevistas de Lula en la cárcel.

En mayo pasado, el diario Folha logró entrevistar al líder sindical junto con El País Brasil.  Poco después, el juez Lewandowski autorizó a The Intercept Brasil a mantener una conversación a solas con el exmandatario, cuyo video y transcripción fueron publicados por ese medio.

Ya no hay dudas sino evidencias

Desde el inicio de la investigación, los fiscales de Lava Jato, así como al juez que estuvo a cargo de la trama de corrupción, Sergio Moro, fueron señalados de actuar impulsados por motivos ideológicos y políticos.

Moro y los fiscales se encargaron de negar repetidamente estas acusaciones, insistiendo en que su único interés era exponer y castigar la corrupción política, independientemente del partido o facción política. Sin embargo, esta revelación demuestra que actuaron como fichas políticas de la derecha para impedir el retorno al poder de Lula y el Partido de los Trabajadores.

El juez de caso Lava Gato por el que fue encarcelado Lula es el actual ministro de Justicia de Jair Bolsonaro. Foto web.

Mientras, los fiscales han sido reconocidos en el mundo con honores, premios y elogios de los medios por su lucha anticorrupción. Si bien, llevaron a la cárcel a una amplia gama de poderosos políticos y multimillonarios, su logro más significativo fue -por mucho- el caso del expresidente brasileño.

El caso de Moro, quien estaba legalmente obligado a juzgar el caso como un árbitro neutral, supera el descaro. Por lograr encarcelar a Lula sin pruebas obtuvo una recompensa: ser nombrado Ministro de Justicia por Jair Bolsonaro.

Más allá de las conversaciones en un chat de Telegram, las revelaciones de The Intercept siembran considerables dudas sobre las actuaciones de la justicia en Brasil, y cómo trabaja al servicio de la derecha para evitar que las fuerzas progresistas vuelvan al poder.

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