La Economía Social y Solidaria responde a la crisis

En todo el mundo se implantaron medidas que pretenden privatizar al Estado a la vez que se desmantela la protección social, ahondándose la pobreza y la polarización social

Por Director

02/07/2007

Publicado en

Columnas

0 0


En todo el mundo se implantaron medidas que pretenden privatizar al Estado a la vez que se desmantela la protección social, ahondándose la pobreza y la polarización social. Se impuso además la pretensión neoliberal de validar exclusivamente al mercado como sostén y razón de todas las actividades económicas. De manera general los diferentes gobiernos que se han sucedido en estos años aplicaron recomendaciones del FMI, que se tradujo en un devastador efecto en la economía con un creciente incremento del desempleo y la pobreza.


Con este telón de fondo y como reacción a esa situación de injusticia, es que a partir sobre todo de la economía informal, emergen diversas éticas, estrategias y acciones económicas y productivas, bajo la forma de empresas ciudadanas, redes y proyectos sociales, como soluciones inéditas a los diversos problemas sociales, como el acceso a una canasta segura de alimentos por medio de sistemas de intermediación solidaria, la asociación para el ahorro o el apoyo a la producción y comercialización; o el ensayo de estrategias locales de desarrollo económico, entre otras muchas otras experiencias.

Estas soluciones inéditas que poco a poco van consolidándose y gestando un nuevo campo de imaginarios, contestación y movilización, se colocan en un espacio de intersección entre «lo social» y «lo económico» y también entre «lo local» y «lo global», abriendo un territorio nuevo a la imaginación y a la organización de los grupos sociales excluidos.

La Economía Social y Solidaria se convierte así en una de las más serias respuestas a esta grave y universal situación. Responde a la exclusión laboral y a la pobreza; actúa contra el desempleo y la devaluación económica de la fuerza del trabajo; potencia las economías informales y les ofrece mejores condiciones de acceso al mercado; inserta la eficiencia de la solidaridad en las prácticas económicas «inviables»; integra con fuerza el trabajo y la enorme capacidad creativa de las mujeres; reconstituye los lazos familiares al contrarrestar las estrategias migratorias de los pobres; da nuevo impulso a las tradiciones familiares de cooperación; y da un marco teórico y práctico a la economía, donde la naturaleza, su protección y su uso sustentable y sostenible, son factores esenciales.

Para apoyar las unidades de la economía social y solidaria el Gobierno está poniendo en funcionamiento el Programa Sistema Nacional de Microfinanzas, para dotar con fondos a las cooperativas de ahorro y crédito, a las cajas y bancos comunales que hacen finanzas solidarias, apoyando las iniciativas económicas de los pequeños productores. Se han destinando 70 millones de dólares para este programa que estará plenamente operativo en las próximas semanas.

Así la Economía Solidaria se convierte en un campo de entusiasta convergencia de muchos y diversos actores sociales:

* Las agrupaciones de base y los movimientos autogestionarios que quieren rescatar la energía económica y social de la solidaridad, como las “canastas solidarias” que promueve, entre otras, la Fundación Utopía de Riobamba y “mi taleguita solidaria” de las organizaciones de mujeres de El Oro.

* Los movimientos ecologistas que denuncian a la macro economía globalizada como causante de los graves desequilibrios ambientales que amenazan al planeta

* Los movimientos campesinos y los grupos étnicos que ven en la Economía Social y Solidaria una práctica eficiente y a la vez acorde con sus tradiciones étnicas y comunitarias y con sus comportamientos sociales por lo que en este proceso invitamos a que nos acompañen la FENOCIN, el ECUARUNARI, entre muchas otras organizaciones.

* Los poderes locales que optan por la Economía Solidaria para reactivar las energías productivas de sus regiones y pueblos

* Los movimientos políticos de base que construyen poderes nuevos y buscan modificar las culturas de representación y participación ciudadanas

* Las ONG’s que ven en el paradigma de la solidaridad, inserto en la economía, la clave para ofrecer estrategias alternativas de desarrollo

* Los intelectuales, iglesias y comunidades religiosas que ven la urgencia de construir un mundo más solidario y fraterno. Reconocemos el aporte de Graziano Mason, Maquita Cushunchi Comercializando como Hermanos, la Red Latinoamericana de Comercialización Comunitaria, el Grupo Social FEPP, la Red Agroecológica del Austro, y tantas otras experiencias en este proceso de constitución de este espacio para la nueva economía que es la Subsecretaria que hoy se presenta.

Con la fortaleza moral del paradigma de la Economía Social y Solidaria, convertida en eje de un amplio programa político de transformación estructural de la sociedad, podemos superar la fragmentación de la población en identidades aisladas y proponer una amplia movilización, a la par que potencie y enriquezca, en el imaginario social y en la cultura, lo que ya se viene haciendo en la economía: redes locales, nacionales y globales de productores y consumidores; lucha por implementar formas asociativas y comunitarias de producción conjunta, de consumo, de banca ética, de organizaciones de crédito solidario, de intermediación solidaria y que, a pesar de su éxito práctico, el mercado capitalista no los ha considerado «viables».

Tras la Economía Social y Solidaria se acumula, hoy por hoy, todo el poder de las tradiciones de reciprocidad de nuestros pueblos; la cultura de la redistribución de nuestras sociedades ancestrales; la experiencia asociativa y corporativa del trabajo manual; las tradiciones populares de ayuda mutua; todas estas coexistiendo a la par que el mercado.

En esta coyuntura en la que los valores tienen un rol preponderante, se vuelve central el retorno de la solidaridad como eje de un cambio social y económico que impulsa el gobierno de la Revolución Ciudadana. Tenemos que colaborar en la construcción de actores sociales colectivos y morales con identidad solidaria. Debemos construir un vasto arco de alianzas de base, plural en su constitución que, a la par que reivindique la representación y «viabilidad» de la Economía Social y Solidaria, se constituya también en movimiento ciudadano, que confronte los retos de la macro economía globalizada, vinculando economía y trabajo, economía y reproducción, economía y salud, economía y género… Sumando «conciencia económica» a «conciencia ciudadana», lo que sólo puede ocurrir con actores sociales organizados, lucha política, poder político y construcción de un nuevo imaginario social.

(Discurso ceremonia de lanzamiento Subsecretaría de Economía Solidaria del Gobierno de Ecuador – Diego Landazuri Subsecretario – 8 Junio 2007)

Síguenos y suscríbete a nuestras publicaciones