¿Por qué no hay justicia para Gabriela Marín?

Gabriela volvió a pedir que la internarán al hospital, le dijeron que no había camas, dos días después se ahorco con una sábana en el segundo piso de su casa.

Por Jose Robredo

22/07/2015

Publicado en

Actualidad / Chile / Policial

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Gabriela Marín de 23 años- profesora- nunca se imaginó que ir a revisar su mail al ciber café- a eso de las 21:30pm- cerca de su casa cambiaría su vida entera. Un sujeto en el camino la llevo amenazada hacia las vías donde pasa el ferrocarril interurbano, hizo un gesto con el cual atrajo a dos hombres que se ocultaban en las sombras. La violaron, torturaron y dejaron semi inconsciente después de golpearle en repetidas ocasiones en la cabeza con unas piedras.

Ella logró llamar a carabineros e identificar a dos de los sujetos que la agredieron esa noche del siete de agosto del 2012. Quedaron libres, comenzó el calvario de Gabriela, el escarnio público de toparse con sus violadores a diario.

JUSTICIA CIEGA

Antonio, pareja de Gabriela se apersono para comenzar la denuncia e investigación por delito de agresión sexual. El fiscal Jefe de San Fernando, Néstor Gómez – en ese entonces- no se constituyó , ese día ni en ningún otro, en el lugar de los hechos la noche de la agresión (a pesar de la denuncia en Carabineros y el aviso a dicho funcionario) tampoco ordenó las pericias y elementos policiales de investigación en lugar donde todo ocurrió, se perdieron evidencias fundamentales del hecho. Fue Antonio y Gabriela con la ayuda de carabineros que durante esa misma noche pudieron dar con dos de los tres agresores. Al realizarse la rueda de reconocimiento con los detenidos tampoco el Fiscal estuvo presente, por lo cual, dicho proceso fue imputado por la defensoría de los dos acusados que permitieron que se declarase Ilegal.

Se preparó entonces Gabriel junto a su familia para revivir nuevamente los hechos para la audiencia. No llegó el Fiscal en jefe, sino que se envió al Fiscal Carlos López, quién tomo conocimiento de la carpeta y antecedentes de la investigación tres minutos antes de entrar a dicha audiencia y sala. Resultado, los acusados identificados por Gabriela quedaron en libertad hasta el dia de hoy.

BUSCANDO AYUDA

La vida la profesora Gabriela Marín, madre de dos pequeños dio un vuelco hacia la depresión más profunda después de lo ocurrido, dicha condición se acentúo por la falta de justicia, atención y soporte de los medios del estado dispuestos para estas situaciones.

Gabriela no solo fue violada, sino que se torturó su cuerpo introduciéndoles elementos como piedras en su vagina por parte de sus agresores, sufrió golpes en la cabeza también con rocas, la idea era dejarla moribunda y semidesnuda al costado de los rieles del tren. Al pasar los días le comenzó un miedo que la perseguía, los recuerdos, las heridas y los golpes vivían en su memoria. Comenzaron las pesadillas y las ideas de atentar contra su vida. Su pareja Antonio acudió al Hospital regional donde la dejaron internada amarrada a una cama, tras tomarse un frasco de pastillas para la diabetes. Según reporte del Siquiatra Guillermo Gálvez la consideró estabilizada y le recetó antidepresivos enviándola directo a su casa. Gabriela volvió a pedir que la internarán al Hospital, le dijeron que no había camas, dos días después se ahorco con una sábana en el segundo piso de su casa.

“Sé que estarás enojado conmigo, pero te juro amor que no me quedaron fuerzas para seguir con esto que me hicieron. Por nuestros hijos, deje alcohol y constrúyales una casita” le dejo en una carta a Antonio.

EN BUSCA DE JUSTICIA

Juan, hermano de Gabriela ha tomado la iniciativa en poder encontrar justicia en un caso que se ha llenado de fallas y negligencias. Primero fue por las cámaras públicas donde debería estar registrado el ataque ocurrido a su hermana. Dichas grabaciones en documento oficial se dan por perdidas, si bien se confirmó su existencia, “no se sabe el paradero de estas”. Fue tan desprolijo el actuar de las unidades especializadas para encontrar evidencias que ayudarán para afirmar más el caso, que familiares de Gabriela siguieron encontrando por varios días más restos de pelo pertenecientes a ella en lugar de la agresión. Nunca se tomaron esas muestras o recogieron elementos de prueba a tiempo. La ropa de los sindicados por Gabriela solo se analizó un mes después ocurrido el hecho, no se encontraron pruebas de adn que los pudieran vincular al caso.

Juan no se cansó, fue al SERNAM, donde reclamo la asistencia en el juicio- si bien dicha institución  solo ve casos de violencia intrafamiliar- un abogado de dicha organización les ayudo de forma excepcional a presentar un querella criminal contra quien resulte responsable. Finalmente dicho legista no patrocinó la causa de la familia. Juan una vez más debía seguir derribando muros.

UNA CUALIDAD DE LA JUSTICIA ES HACERLA PRONTO Y SIN DILACIONES; HACERLA ESPERAR ES INJUSTICIA.”

Cuatro años han pasado de los hechos que llevaron a Gabriela a tomar la decisión de terminar con su vida en su propia casa. Un camino cuesta arriba para su familia, campañas, afiches una vida en torno a la conquista de la justicia. Los sindicados por Gabriela siguen libres y sufren la “justicia por propia mano” de la población que los tiene amenazados de por vida. De alguna forma también sonvíctimas de los imperfectos procedimientos de la fiscalía y policías civiles.

Dos fiscales sancionados por sus deficientes labores, procedimientos inclusos o ilegales, pruebas que no se tomaron o se votaron al tacho de la basura, una familia destruida y dos acusados que viven bajo la intimidación constante de los vecinos. Hospitales, peritos, sicologos, carabineros, la PDI, el Sernam, el Poder Judicial, todos le deben a Gabriela, están en deuda con ella y con los cientos de mujeres que año a año no encuentran consuelo o justicia frente a las agresiones –  64% de las mujeres no realiza la denuncia de violencia o asalto sexual, y el 24,5% reconoce que es por miedo a las represalias del agresor- las instituciones pierden legitimidad cuando no protejen y amparan al ciudadano afectado , dejando de ser los medios legales y conductos oficiales para que las personas ejerzan en plenitud sus derechos.

“QUISIERA PESCAR UNA PISTOLA Y MATARLOS PARA ESTAR MÁS TRANQUILO”

A veces me da tanta rabia que quisiera pescar una pistola y matarlos para estar más tranquilo, pero no lo hago por los niños, decía Antonio, pareja de Gabriela y padre de dos niños que quedaron a su cargo (declaraciones hechas a Revista Paula el año 2011). Sin duda los trágicos hechos ocurridos ese 7 de Agosto tomaron fuerza por la repentina y trágica muerte de Gabriela Marín, sino probablemente hubiera sido uno de los ya muchos casos archivados y guardados que quedan en el archivo judicial invisibilizados.

Fiscales sobrepasados en sus tareas, hospitales sin camas para sus pacientes, doctores sin horas suficientes para atender, policías abrumados por el exceso de trabajo que se omiten procedimientos, perdidas de pruebas y una suma de factores donde una familia debe movilizar una ciudad entera en virtud de ellos hacer su propia Justicia, de gritar que los vean, de visibilizar el terror, la angustia, la impotencia.

¿Qué hubiera pasado si Juan en vez de bodeguero hubiera sido gerente de una importante organización financiera? ¿Si Gabriela no estuviera en San Fernando sino en alguna comuna acomodada de la Capital?. La justicia es como las serpientes, solo muerde a los descalzos, decía Galeano.

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