Giro a la derecha en Argentina

Periodista mapuche denuncia que la policía lo retuvo «solo por ser indio»

Carlos Catrileo, periodista de la agencia Télam y perteneciente la Coordinadora de Comunicación Audiovisual Indígena de Argentina (CCAIA), fue interrogado en el andén del subte por un agente de la Policía Metropolitana que le pidió identificación "por averiguación de antecedentes". "Tuve ganas de explicarle todo el proceso por el que hemos pasado los pueblos originarios y la estigmatización que muchas veces sufrimos (...) y sobre todo tenía muchas ganas de putearlo a él y al Gobierno, por la instalación de un nuevo Estado Policial", denunció.

Por Estefanía González

13/02/2016

Publicado en

Argentina

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Carlos Catrileo estaba sentado en la estación de subte línea B esperando el tren que lo llevaría hasta su trabajo en la agencia estatal de noticias Télam. Afuera, el barrio Abasto hervía en el mediodía del enero porteño. Carlos, sentado en un banco en el andén, revisaba unas fotocopias que debía estudiar para rendir el examen de ingreso al ENERC, la pata académica del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales, porque Carlos es periodista, pero se fue a vivir a Buenos Aires porque quiere estudiar cine.

Un agente de la Policía Metropolitana se le acercó y le pidió identificación.

– ¿De dónde venís?
– De una pensión de acá a la vuelta,
– ¿A qué te dedicás?
– Soy comunicador mapuche y laburo en la agencia de noticias Télam, y ahora voy a trabajar.

Carlos nació en Trelew, provincia de Chubut. Tiene 43 años y se dedica a la comunicación desde hace mucho tiempo. Trabaja de redactor en Télam e integra la Coordinadora de Comunicación Audiovisual Indígena de Argentina (CCAIA).

Mientras el policía lo interrogaba, luego de que Carlos le acercara el DNI, pasó el tren que debía tomar para llegar a su trabajo a tiempo. El periodista se quiso levantar del asiento, pero el policía lo retuvo con un «quedate sentado ahí». Carlos no le hizo caso: se paró y le preguntó por qué, de toda la gente que había en la estación, le pedía identificación a él.

El policía contestó que no tenía por qué darle explicaciones y ante la insistencia de Carlos, replicó que estaba cumpliendo con su trabajo y que la averiguación de antecedentes era parte de sus atribuciones.

– ¿Desde cuándo? Porque esto no lo venían haciendo..
– Desde que tenemos nuevas directivas.

El agente de la Metropolitana no mentía; se refería a las “nuevas directivas” que se les designaron a partir del fallo del Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de Buenos Aires que estableció que la policía quede habilitada para pedir identificación en los espacios públicos como una facultad para prevenir delitos.

Sindicatos y organizaciones repudiaron este fallo por considerar que “habilita la facultad policial de demorar o detener personas discrecionalmente” y porque constituye “un grave precedente para el irrestricto respeto de los derechos y garantías de los trabajadores que día a día viven y trabajan en el territorio de esta Ciudad”.

Además del DNI, Carlos le acercó una tarjeta laboral de Télam, pero el agente continuaba desconfiado. Recién bajó el tono cuando habló por celular con el jefe del periodista, a quien éste último había llamado para explicarle la situación y la demora.

Una vez con los documentos en mano, Carlos insistió con conocer el motivo de la interrogación. “Para mí es por portación de rostro”, le dijo.

– Noooo… No es por la cara”
– ¿Y, entonces?
– Es por el morral. Por los pungas, viste. Además, no tenés pinta de periodista…

Carlos hizo el relato de lo sucedido vía Facebook y adjuntó un video que grabó con su celular. La difusión contó con más de 4 mil compartidos y varias repercusiones en los medios gráficos de comunicación, como el diario Página/12 y la Agencia Télam donde él trabaja.

En su denuncia, Carlos descargó: “Se me cruzaron muchas ideas por la cabeza, tuve ganas de explicarle todo el proceso por el que hemos pasado los pueblos originarios y la estigmatización que muchas veces sufrimos por no encuadrar en los cánones de bellezas o de la vestimenta de moda impuestos por los medios hegemónicos, que no necesariamente tenemos que vestir de una forma única para cumplir nuestras funciones laborales, y sobre todo tenía muchas ganas de putearlo a él y al Gobierno, por la instalación de un nuevo Estado Policial…. 

Pero solo atiné a decirle: ´Te entiendo. Me demorás, solo por ser indio´, y me subí al tren que en ese instante cerraba sus puertas y partía rumbo al centro”.

La denuncia completa aquí.

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