Procuraduría dictaminó que Ecopetrol debe indemnizar a habitantes de Santander por desastre ecológico

Colombia pide a ONU ayuda para hacer frente a derrame petrolero

Se calcula que unos 20 kilómetros de fuentes de agua fueron contaminadas, entre ellas las quebradas La Lisama y Caño Muerto, mientras que corren el riesgo de serlo también los ríos Sogamoso y Magdalena

Por Manuel Lopez

04/04/2018

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La Procuraduría General de la Nación presentó una acción de grupo ante el Tribunal Administrativo de Santander para que Ecopetrol responda por los daños y perjuicios ocasionados por la emanación de hidrocarburos del pozo 158 del campo La Lizama, en zona rural de Barrancabermeja.

Según el ministerio público se debe declarar “administrativa y extracontractualmente responsable a la Empresa Colombiana de Petróleos para que repare a los ciudadanos, residentes y trabajadores en las áreas de influencia del pozo La Lisama, en el corregimiento La Fortuna”.

La Procuraduría solicita que la indemnización también sea para los habitantes de las inmediaciones de las quebradas Lizama y Caño Muerto, y el río Sogamoso, ubicados en jurisdicción rural de los municipios de Barrancabermeja, San Vicente de Chucurí y Puerto Wilches, en Santander.

Según el ente de control, Ecopetrol habría ocultado, presuntamente, información relevante para evitar el derrame de crudo y subdimensionó la magnitud real del desastre, “la altísima emanación de petróleo crudo (hidrocarburos) y gases del pozo 158, del campo Lisama, operado por Ecopetrol. … causó la gravísima lesión a intereses legítimos, patrimoniales y extrapatrimoniales; incluso irreversibles, susceptibles de ser indemnizados y reparados judicialmente”, asegura el ministerio público.

El informe sostiene que esta es una “incidencia colectiva tanto a los ecosistemas, como a las personas, que condujo a la afectación de una gran variedad de elementos necesarios para la producción de alimentos, fundamentales para la población de esa región del país, haciéndose intuitiva la necesidad que se imponga una reparación incluso mayor, pues razonablemente se prevé que a futuro aumenten los daños, dada la posibilidad que los efectos causados con la contaminación trasciendan a largo plazo y que aparezcan posteriormente nuevas afectaciones, pues una de las características de los daños ambientales, justamente se encuentra relacionada con la alta probabilidad de aparición de nuevos efectos luego de largos periodos de tiempo, especialmente, sobre la salud humana y sobre el medio ambiente”.

Primera vez
El ministro de Ambiente de Colombia, Luis Gilberto Murillo informó que pidió ayuda al director ejecutivo de Medio Ambiente de la ONU, Erik Solheim, para hacer frente a la contaminación causada por el derrame de unos 24.000 barriles de crudo que un pozo de la petrolera Ecopetrol lanzó a fuentes de agua en el nordeste de Colombia.

«El impacto ambiental negativo es alarmante y preocupante», señaló Murillo en una carta difundida el 3 de abril. A través de esa misiva, y «en el orden de atender este daño», Murillo solicitó «la asistencia de expertos de la ONU» que puedan dar «recomendaciones para la recuperación de las áreas afectadas».
De igual modo, destacó que «la experticia de Naciones Unidas en medio ambiente es clave para solucionar esta emergencia», por lo que su despacho espera «contar con su participación» y que expertos del organismo viajen a Colombia para conocer la dimensión de la emergencia.
El derrame de crudo se dio desde el pasado 2 marzo por espacio de 25 días, tiempo durante el cual se vertieron a las fuentes de agua vecinas al municipio de Barrancabermeja (Santander, noroeste) alrededor de 24.000 barriles de crudo, según indicó la estatal Autoridad Nacional de Licencias Ambiental (ANLA), que investiga el caso.
Se calcula que unos 20 kilómetros de fuentes de agua fueron contaminadas, entre ellas las quebradas La Lisama y Caño Muerto, mientras que corrieron riesgo de serlo también los ríos Sogamoso y Magdalena, este último, uno de los más importantes y caudalosos de Colombia.
Ecopetrol informó que para sellar permanentemente el pozo deberá reducir la presión en él y detener el flujo desde su cabeza, para lo cual buscará ahogarlo a más de 1.200 metros de profundidad con la perforación de un pozo de alivio que intercepte el pozo original mediante dos máquinas que llegaron provenientes de Estados Unidos.
Según Ecopetrol, es la primera vez que en el país ocurre el afloramiento de un pozo sellado.

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