Sigue el ejemplo de otros congresistas procesados por la "parapolítica"

¿Qué trama Álvaro Uribe con su renuncia al Senado?

El debate es si, al perder su fuero parlamentario, deja de tener sentido que su proceso continúe en manos de la Corte Suprema, un ente más difícil de manipular que la Fiscalía, instancia a la que probablemente podría pasar

Por Chevige González Marcó

25/07/2018

Publicado en

Colombia / Política

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Álvaro Uribe e Iván Duque

Álvaro Uribe Vélez es todo menos un político ingenuo. Su reciente renuncia a la banca del Senado -para la que fue electo- generó una convulsión en Colombia. El argumento de su dimisión es hacer frente a un proceso de indagatoria para el que fue llamado por la Corte Suprema de Justicia por los delitos de soborno y fraude procesal.

Uribe aseguró que “se siente moralmente impedido para ser senador”. Una expresión poco creíble viniendo de parte de un muy poco humilde y transparente operador político. Algo hay detrás.

Los paramilitares siempre presentes

La Corte Suprema acusa a Uribe de manipular los testimonios de dos exparamilitares, Hernán Sierra García y Juan Monsalve Pineda, para evadir una acusación que precisamente lo vinculaba con estos grupos.

El organismo judicial encontró pruebas de que habría enviado personas para que Sierra y Monsalve se retractaran de las declaraciones contra él y su familia. Entre otras, una llamada entre Uribe y Juan Guillermo Villegas, el 22 de diciembre de 2013, en la que Uribe muestra que sabía de decisiones de la investigación judicial.

El paramilitarismo siempre ha estado asociado a la figura del expresidente. Foto: Web

¿Qué quiere evadir ahora Uribe Vélez?

La renuncia del expresidente (2002-2010) coloca en debate si, al perder su fuero parlamentario, deja de tener sentido que su proceso continúe en manos de la Corte Suprema de Justicia, un organismo más difícil de manipular que la Fiscalía, la instancia a la que probablemente podría pasar.

Precisamente, es la misma estrategia que utilizaron varios congresistas colombianos acusados de parapolítica para quitarse de encima a la Corte Suprema y ser investigados por la Fiscalía.

En principio, la Corte Suprema aceptó que perdía competencia, pero cuando se volvió una práctica regular, cambió el precedente y dijo que los indagados no podían escoger el juez renunciando a su curul después de iniciada la investigación, como en este caso.

Sin embargo, para el penalista Iván Cancino, la Corte solo pierde competencia respecto de las conductas que tienen relación con el hecho de ser senador, incluyendo haber hecho alianzas para elegirse como tal (parapolítica).

Entonces, ahora toca esperar y ver, en esta ocasión, con cuál de las dos jurisprudencias se va la Corte Suprema.

El mago de las «chuzadas»

Durante el gobierno de Uribe la relación con la Corte Suprema fue conflictiva, porque el DAS (policía política) bajo su cargo chuzó (interceptó llamadas) a magistrados a raíz del juicio contra el entonces senador Mario Uribe, primo muy cercano del entonces presidente.

Otra versión de la razón por la que Uribe renuncia, la cita el medio alternativo La Silla Vacía a partir del testimonio de la exsenadora Claudia López: “Así sale cómo una víctima de la justicia y le queda más fácil gobernar desde su finca. Hace rato circula el rumor de que quería renunciar”.

En el caso del ex candidato presidencial Gustavo Petro, éste deja muy claro que la treta de Uribe es para intentar evadir a la justicia. Así lo expresó vía Twitter:

La renuncia de Alvaro Uribe al senado es para evadir investigación. El hijo del mayordomo de la hacienda Guacharacas, Juan Monsalve, lo acusa de asesinato y, tratando de variar la declaración, Uribe manipuló criminalmente testigos.

— Gustavo Petro (@petrogustavo) 24 de julio de 2018

La encrucijada de Duque

La renuncia de Uribe al Senado pone al presidente electo, Iván Duque, en un inmediato dilema, si decide manifestarse respetuoso de la justicia, como se espera de un presidente que ha dicho que respetará las instituciones, pues seguramente será considerado un traidor por su partido, el Centro Democrático, y por el ala más radical de la derecha.

Si Duque pierde el apoyo de Uribe y de su partido, le esperan años muy difíciles, a juzgar por lo que le sucedió a Juan Manuel Santos desde el minuto en que fue considerado un traidor por su antecesor.

En el caso de Duque sería aún más difícil, dado que él no cuenta con casi nada propio: no tiene detrás un periódico propio ni los amigos que tenía Santos en los medios, ni tampoco a las Fuerzas Militares, entre otras variables.

Por otro lado, si Duque arremete contra la justicia, arrancaría su gobierno con una larga sombra y con un enfrentamiento de poderes que, como mínimo, lo distraerían de su agenda.

¿Se la aceptan o no?

El Centro Democrático, partido de Uribe, le pidió reconsiderar su decisión. Duque ni siquiera mencionó la renuncia. En la sesión del Senado de este miércoles, el tema de la renuncia no entró a debate y la plenaria fue aplazada para el próximo martes.

Aunque la indagatoria al exmandatario hasta ahora es una primera fase de un proceso judicial, y la Corte tiene que recaudar más pruebas para acusar o archivar el caso, le da a este grupo razones para creer que están en lo cierto, puesto que el llamado se lo hacen porque hay elementos suficientes para creer que pudo haber cometido un delito.

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