La Justicia brasileña da luz verde para la detención de Lula da Silva

El Supremo Tribunal Federal (STF) de Brasil decidió la madrugada de este jueves rechazar el recurso interpuesto por los abogados de Lula da Silva contra su ingreso en la cárcel. Por un estrecho margen de seis votos contra cinco, la instancia resolvió denegar el pedido de ‘habeas corpus’ preventivo en el caso que se le sigue por un departamento triplex.

Aunque los abogados del expresidente podrían apelar nuevamente contra la condena impuesta, según este dictamen, Lula podrá ser detenido en cualquier momento, lo que tendría enormes consecuencias políticas, ya que esto dejaría prácticamente fuera de la carrera presidencial al candidato, quien según todas las encuestas encabezaba la preferencias de voto de los brasileños para los comicios que se celebrarán en octubre.

Más de 10 horas de debate

El debate del Tribunal, que comenzó a las dos de la tarde del miércoles y acabó cerca de la una de la madrugada de este jueves, pudo ser seguido en televisión por los ciudadanos.

Tras casi 11 horas de debate, la votación llegó empatada al final y fue la presidenta del Tribunal, Cármen Lúcia, quien inclinó la balanza votando en contra de la solicitud del expresidente.

Los que votaron a favor del recurso interpuesto, entre ellos el magistrado Ricardo Lewandoski, apelaron al riesgo de estar rebajando «el sagrado derecho a la libertad» al encarcelar al candidato, puesto que, argumentaron, al no existir sentencia firme, se vulnera asimismo la presunción de inocencia.

Poco antes de conocerse la decisión final del Tribunal, el Partido de los Trabajadores (PT) emitía ya su primera declaración: «Es un día trágico para la democracia».

¿De qué se acusa al expresidente? 

La acusación contra Lula es parte del caso Lava Jato, que reveló una trama de corrupción alrededor de la empresa estatal Petrobrás en la cual varios dirigentes políticos habrían sido sobornados por parte de la constructora Odebrecht.

En concreto, al ahora nuevamente candidato presidencial lo acusan de haber aceptado un lujoso departamento frente a la playa en Guarujá a cambio de beneficiar a la constructora OAS con contratos con la petrolera estatal. No obstante, durante el juicio la acusación no pudo demostrar la propiedad del inmueble y tampoco se sabe a ciencia cierta cuál sería la motivación que habría dado lugar al soborno.

Es por ello que Lula está acusado de corrupción pasiva, es decir, de haber realizado u omitido un acto de su competencia para obtener algún tipo de beneficio a cambio.

Después de que en 2017 el exmandatario fuera condenado a 9 años de prisión por este delito, la pena fue confirmada en enero y elevada a 12 años por un tribunal de apelación, sentencia que sus abogados recurrieron solicitando un ‘habeas corpus’, figura que busca evitar su encarcelamiento antes de que sean agotadas todas las instancias judiciales, algunas de ellas pendientes de pronunciamiento, como la apelación realizada a la segunda sentencia.

Un pueblo dividido 

Luego de la extensa jornada, considerada histórica, fuera del Tribunal, en las calles de Brasilia, y en otras ciudades del país, miles de ciudadanos alzaban sus voces para expresarse a favor y en contra de Lula.

Mientras que los contrarios al expresidente, vestidos con ropa con los colores de la bandera brasileña, se apresuraban a danzar y tocar tambores, los partidarios del líder del PT, enfundados en camisetas rojas y portando efigies de su ídolo, criticaban la decisión tomada por el Tribunal.

Manifestantes em prol do Lula iniciam marcha em Brasília em direção ao STF. Julgamento do Habeas Corpus preventivo do ex-presidente acaba de iniciar https://t.co/PWqadkHPEr pic.twitter.com/7PuIJ1Xb2y

— Brasil de Fato (@brasildefato) April 4, 2018

https://twitter.com/Melloallmeida/status/981572447500689408?ref_src=twsrc%5Etfw&ref_url=https%3A%2F%2Factualidad.rt.com%2Factualidad%2F267532-justicia-brasilena-dictamen-lula-silva&tfw_site=ActualidadRT

Para evitar posibles enfrentamientos, ya que ambas manifestaciones se dirigieron hacia la sede del STF, la policía dividió la zona y más de 4 mil efectivos fueron desplegados en la zona central de la capital brasileña.