Juicio

Piloto y compadre de «El Chapo Guzmán»: «En busca de una vida mejor empezó a cultivar marihuana»

Martínez sobrevivió tres intentos de asesinato: en la cárcel lo atacaron dos veces a puñaladas y una vez en su celda le arrojaron dos granadas de mano

Por El Ciudadano

27/11/2018

Publicado en

Latinoamérica

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Este lunes el expiloto Miguel Ángel Martínez, una de las personas más cercanas a ‘El Chapo’, describió ante el tribunal federal de Brooklyn (Nueva York, EE. UU.) los primeros pasos de ‘El Chapo’ en el mundo del narcotráfico y también habló sobre los detalles de su vida cuando ya se aseguró un papel en el negocio.

Estas declaraciones han sido tomadas en calidad de testigo gubernamental en el juicio contra el capo mexicano. Martínez, también conocido como ‘El Gordo’, ‘Tololoche’ y ‘Compadre’, vive en Estados Unidos bajo una identidad secreta.

Cuando servía la condena en México tras ser arrestado en 1998, Martínez sobrevivió tres intentos de asesinato: en la cárcel lo atacaron dos veces a puñaladas y una vez en su celda le arrojaron dos granadas de mano. Aquel último ataque lo sobrevivió escondiéndose detrás del retrete, según testificó en 2006.

Para evitar que los aliados de su exjefe lo identifiquen y localicen para hacerle rendir cuentas, el juez prohibió a los dibujantes de la corte bosquejar sus rasgos faciales y peinado.

Martínez contó que Guzmán vivía en la pobreza y «no tenía nada que comer«, y en busca de una vida mejor empezó a cultivar marihuana cerca de su casa en el estado mexicano de Sinaloa, y también a hacer heroína extrayendo la savia lechosa de las amapolas, recoge The New York Times.

Los dos empezaron a trabajar juntos en 1987. En aquella época Guzmán tenía a su disposición unas 25 personas, entre ellas sus primos Héctor y Arturo Beltrán Leyva que transportaban las drogas a través de la frontera con Los Ángeles, y se dedicaba a facilitar tratos de los proveedores colombianos con el Cártel de Guadalajara.

Al principio Martínez fue el piloto de «El Chapo», pero, según reseña la BBC, un día Guzmán ordenó aterrizar en un pueblito con «una pista de tierra, corta. Cuando empecé a aterrizar el avión, la hélice pegó con el suelo», Guzmán permaneció «calmado», según Martínez, pero su guardaespaldas se enfureció por el peligro que acababan de pasar y «me quería matar» indicó en su testimonio.

Sostuvo que el Chapo tranquilizó a su guardaespaldas e indicó a Martínez que no quería que volara más aviones para él: «Me dijo que yo era un piloto muy malo».

Martínez pensaba que su carrera con el capo se había terminado, sin embargo, no fue así, ya que había salvado el cargamento de droga valorado en un millón de dólares.

Con esto ascendió y se dedicó a programar y dirigir los vuelos con droga desde Colombia a lugares clandestinos en México. Para evitar la persecución policial.

Contó que usaba un lenguaje secreto con los pilotos: para referirse al combustible, por ejemplo, empleaban la palabra ‘vino’, mientras los aviones eran ‘chicas’.

El acercamiento entre ‘El Chapo’ y Martínez se consolidó, y Guzmán incluso se convirtió en el padrino de su hijo . Ambos viajaron juntos a Los Ángeles y Las Vegas, donde jugaron en los casinos. Según recordó Martínez, Guzmán gastó 6 millones de dólares en aviones cuando fueron a Los Ángeles.

Sobornos a la Policía Federal de México

Guillermo González Calderoni, excomandante de la Policía Judicial Federal de México (bajo el Gobierno de Carlos Salinas de Gortari) asesinado en Texas en 2003, recibió de «El Chapo» dos o tres veces en los años 90, el pago de 10 millones de dólares.

El pago se hacía con el objetivo que el entonces comandante compartiera con el capo la información sobre las investigaciones de narcotráfico, ayudándole a permanecer fuera del alcance de las autoridades, y también proporcionaba datos sobre los paraderos de sus rivales y enemigos.

‘El Chapo’ fue extraditado a Estados Unidos el año pasado y afronta cargos de narcotráfico. Para demostrar que Martínez de verdad conocía a Guzmán (la defensa del capo insistió en que al expiloto «se le cayó la nariz» por consumir hasta cuatro gramos de cocaína al día), los fiscales adjuntaron una foto en la que ambos aparecen juntos en un evento a principios de los 90. La cara del testigo fue difuminada por temores de que de lo contrario, su vida podría estar en peligro tras la difusión de la imagen, indica AP.