Polémico informe sobre Haití: Violaciones, SIDA y cientos de hijos en la miseria es el saldo que dejan los Cascos Azules

Los niños nacidos de esas relaciones, consentidas, pagadas o abusivas, son conocidos como los "petit minustah” o "bébés casques bleus” (bebés cascos azules)

Más de 2.000 mujeres en Haití, muchas de ellas menores de edad, han sufrido abusos sexuales por parte de los denominados «cascos azules» de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), desde 2004 hasta 2017.

Así lo reveló un estudio realizado por la revista International Peacekeeping, basado en los datos suministrados por Sabina Lee, del Departamento de Historia de la Universidad de Birmingham (Reino Unido), y Susan Bartels, del Departamento de Medicina de la Universidad de Queen (Canadá).

De acuerdo con los testimonios, los militares y otros funcionarios de las delegaciones de Naciones Unidos encargados de “restablecer la paz” en este país habrían mantenido encuentros sexuales con mujeres y niñas, aprovechándose de la pobreza y miseria que varios años de guerra civil y catástrofes meteorológicas han provocado entre la población.

Está bastante claro que se aprovecharon de niñas menores de edad”, denunció Lee, cuyo estudio pudo recoger unas 2.000 entrevistas a la población local que residía cerca de las bases militares que Naciones Unidos asentó en la isla desde 2004.

«Ponían unas monedas en tus manos y te metían un bebé”, aseveró una de las víctimas. Imagen: Milenio.

Sexo a cambio de comida

El trabajo sostiene que durante las misiones de paz fueron concebidos alrededor de 265 niños entre soldados y mujeres haitianas, y que muchos de esos embarazos fueron consecuencia de violaciones.

Incluso, reveló que niñas de apenas 11 años habrían sido abusadas por los militares enviados por la ONU, en algunos casos a cambio de monedas o de un plato de comida. De hecho, el estudio se llama «Ponían unas monedas en tus manos y te metían un bebé”, tal y como aseveró una de las víctimas.

Las denuncias involucran directamente a soldados de distintos países, pero los más mencionados son efectivos de Uruguay, Brasil, Chile y Argentina, en ese mismo orden. Ellos, junto a uniformados de Asia, África, Canadá y Francia, participaron en la fuerza de la Misión de la ONU para la Estabilización en Haití (Minustah) entre 2004 y 2017.

Esta misión buscaba estabilizar el país, desarmar a los grupos armados e intentar poner de pie la economía del que se conoce como el Estado más pobre de América.

La pobreza se convierte en un factor que facilita el abuso por parte de los cascos azules. Imagen: Telecinco.

Niñas abusadas, embarazadas y abandonadas

«Niñas de 11 años fueron abusadas sexualmente y embarazadas por los Cascos Azules y dejadas en la miseria, donde tuvieron que criar solas a sus hijos”, denuncia el informe realizado con base en entrevistas a hombres y mujeres que vivían en torno a las bases militares.

La investigación remarca que hay tres elementos a considerar: que la pobreza se convierte en un factor que facilita el abuso, que los soldados que dejaron mujeres embarazadas solían ser repatriados sin ser castigados y que en muchos casos algunas chicas veían con buenos ojos la posibilidad de tener hijos con hombres de piel más clara.

«Vi a varias niñas de 12 y 13 años allí. Los soldados de Minustah las embarazaban y las abandonaban. Estas chicas han tenido desde entonces vidas miserables”, relató una de las mujeres entrevistadas, tal y como reseña el portal alemán DW.

Varios testimonios dejan en evidencia que no se trató de sexo consentido. Un hombre de Cité Soleil declaró que «siempre escuchaba a las mujeres que se quejaban de la violencia sexual que ejercía la Minustah contra ellas. A través de los abusos las contagiaron de sida y varias de ellas quedaron embarazadas”.

Otros entrevistados relataron cómo uno que otro soldado entregaba dinero a la madre de su hijo, pero que dejaba de hacerlo una vez que era enviado de vuelta a su país. Sin embargo, estas muestras de «generosidad”, fueron sumamente escasas.

«Los soldados destruyeron el futuro de estas niñas al embarazarlas. Esto ha tenido un impacto negativo en la sociedad, porque esas chicas pudieron ser abogadas, doctoras o cualquier cosa que pudiera ayudar a Haití. Ahora, en cambio, vagan por las calles o por los mercadillos cargando frutas para mantener a los hijos que tuvieron con los soldados de Minustah”,  aseveró otro de los entrevistados por Lee y Bartels.

Se calculan al menos 265 niños engendrados por miembros de la Minustah en Haití. Foto: AFP

Los «petit Minustah«

Las autoras de la investigación no tienen una cifra exacta de la cantidad de mujeres que resultaron embarazadas o de niños abandonados,  pero describen un fenómeno generalizado de abusos y explotación sexual, ya que al menos pudieron registrar 265 niños engendrados por miembros de la Minustah.

Los niños nacidos de esas relaciones, consentidas, pagadas o abusivas, son conocidos en Haití como los «petit minustah” o «bébés casques bleus” (bebés cascos azules), lo que demuestra, según las expertas, que no se trata de un hecho aislado.

Según el estudio, las víctimas dijeron en 80 casos que el padre de su bebé era uruguayo, en  60 que era de Brasil, en 20 de Chile, y un poco menos, de Argentina.

La misión Minustah se puso en marcha en 2004 con el fin de apoyar a Haití, pero derivó en abusos y violaciones. Foto: Web.

Misión polémica

En abril de 2017, los 15 miembros del Consejo de Seguridad de la ONU aprobaron por unanimidad, una resolución que ponía punto final, en un período de 6 meses, a la operación Minustah en Haití, tal y como había recomendado el entonces secretario general, António Guterres.

Con esta decisión se debieron retirar, antes de octubre de 2017 unos 2.370 «cascos azules» y unos 2.600 policías.

La misión Minustah se puso en marcha en 2004 con el fin de apoyar a Haití, después de que un movimiento armado derrocara al entonces presidente, Jean-Bertrand Aristide, y se reforzó para ayudar al país a recuperarse tras el terremoto de 2010.

Sin embargo, la presencia de la ONU en esta nación estuvo marcada en buena medida por la polémica, con numerosas denuncias de abusos sexuales por parte de «cascos azules».

En 2012, la cantidad de denuncias era tan numerosa que la ONU adoptó algunas medidas y en 2013 cuatro soldados uruguayos fueron condenados por haber abusado de un joven haitiano.

Incluso, un borrador de un informe de la ONU en 2015 mostró que los Cascos Azules tenían como práctica el intercambio de ayuda humanitaria a cambio de sexo en Haití y Liberia.

«La evidencia sobre misiones de paz en dos países demuestra que el sexo transaccional es muy común, pero pocas veces reportado«, indicó la agencia de noticias Reuters, citando el documento.

Otra de las polémicas se relacionó con un brote de cólera que se desató en 2010 y dejó más de 9.000 muertos, y que posteriormente se descubrió que había sido llevado a Haití por las propias fuerzas de la Minustah.

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por su sigla en inglés) presentaron un informe en 2011 en el que se reveló que los soldados de Nepal contagiados de cólera pudieron haber llevado la enfermedad al país.

Historial de abusos

Las fuerzas de paz de la ONU acumulan miles de denuncias por abusos sexuales a adolescentes desde hace dos décadas, pero ni la institución, ni los Estados miembros han priorizado y solucionado esta grave situación.

Más de 2.000 adolescentes de 12 a 17 años han denunciado a miembros militares y civiles de los Cascos Azules por agresión sexual en las misiones de paz repartidas por el mundo, desde Camboya a Mozambique, pasando por Bosnia, Congo o Centroáfrica, entre otras.

El resultado de estas denuncias ha sido medio centenar de militares y un solo civil, encarcelados por abusos sexuales.

Desde hace 15 años la ONU abrió investigaciones e intentó poner fin a la explotación sexual de niños por parte de su personal, el problema sigue existiendo y el número de casos aumentando

Por lo pronto, el Gobierno de Haití anunció que exigirá a la ONU que tome acciones para apoyar a las mujeres víctimas de los Cascos Azules.

Al respecto, el ministro de Exteriores, Bocchit Edmond, recordó que «el papel de un miembro de la fuerza de pacificación es proteger a las comunidades, no explotarlas y abusar de ellas”.

Sin embargo, hasta el momento, la ONU solo ha reconocido a 29 de las  más de 2.000 víctimas de abusos sexuales registradas, y apenas 32 niños nacidos como consecuencia de estos actos, aunque dice que está “activamente involucrada” y que garantiza la manutención de estos pequeños y las madres afectadas. 

Por tal motivo, el estudio realizado por Sabiba Lee y Susan Bartels denuncia la «ineficaz» actuación de las «fuerzas de paz» de las Naciones Unidas en Haití y exige justicia para las víctimas.

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