No ha expuesto un plan de gobierno claro durante su campaña

¿Quién es Nayib Bukele? El candidato sin programa que podría quedarse con la presidencia de El Salvador

Nayib Bukele podría obtener el triunfo electoral en febrero y llegar a la presidencia. Su popularidad proviene de su actividad pública en redes sociales, plataforma en la que ha montado su campaña. Bukele es un extraño personaje mediático que despliega un relato sin profundidad, con propuestas generales y populistas, mientras se mueve de un partido a otro en busca de votos. Lo que llama la atención es la facilidad de Bukele de pasar de un bando a otro a conveniencia, sin importar la ideología o los preceptos políticos.

Por Leonardo Buitrago

08/01/2019

Publicado en

Latinoamérica / Política

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Ambicioso, irascible, amante de las redes sociales, un mesías sin programa de gobierno. Así describen Nayib Bukele, el candidato a la presidencia y líder del movimiento Nuevas Ideas, que postula por el partido derechista, Gran Alianza por la Unidad Nacional (GANA) tras pactar una alianza pragmática. A menos de un mes de los comicios, Nayib se perfila como  favorito a obtener el triunfo en las elecciones.

Según los estudios de opinión, Bukele de 37 años y exalcalde de San Salvador, lograría entre el 40 y 50% de los votos necesarios para ganar los comicios y ejercer la  presidencia que en los últimos 30 años estuvo se ha repartido entre el partido conservador, Alianza Republicana Nacionalista (ARENA), en el período comprendido entre 1989 y 2009, y el izquierdista Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), desde 2009.

El último sondeo divulgado en 2018 sobre las preferencias electorales de los salvadoreños, realizado por la Universidad Centroamericana (UCA), otorga  el 44,1% de las intenciones de voto a Bukele. En segundo lugar ubica con un 19,7% al empresario de supermercados  y candidato de ARENA, Carlos Calleja y en tercer puesto al representante del FMLN y ex canciller, Hugo Martínez, con el 10,6% en las intenciones de voto.

Sin ninguno de los candidatos obtiene el 51% de los votos válidos se celebrará una segunda vuelta el 10 de marzo en la que participarán los dos aspirantes más votados.

Ambición y mentiras

El heredero,  empresario, propietario de una agencia de publicidad y una distribuidora de motocicletas y sin estudios universitarios concluidos se presenta a la carrera presidencial luego de haber sido alcalde de Nuevo Cuscatlán (2012) y de San Salvador (2015) con el respaldo del FMLN.

Sin embargo, en octubre de 2017 fue expulsado del Frente,luego de ser acusado de violar los principios del partido y sus estatutos internos.

La sanción fue decretada por el Tribunal de Ética del FMLN, quien aseguró que Bukele realizó “actos difamatorios” en contra del partido, “irrespeto al derecho de las mujeres” e “irrespeto a los principios del partido”, así como también “comentarios descalificadores” contra dirigentes del partido de izquierda.

La acusación más grave fue la de agresión verbal y física en contra la síndica de la comuna capitalina, Xochilt Marchelli, durante una sesión del concejo municipal de San Salvador.

 

Para poder participar en la contienda electoral decidió  unirse a GANA, tras la cancelación de la formación de centro izquierda Cambio Democrático (CD) y el bloqueo en la inscripción como partido político de su movimiento Nuevas Ideas.

GANA fue fundado en 2010 como resultado de un cisma al interior de ARENA y que concluyó con la expulsión del expresidente Elías Antonio Saca (2004-2009), condenado a 10 años de prisión por una millonaria malversación de fondos estatales.

“Este partido se ha caracterizado por apoyar el endurecimiento de la seguridad carcelaria, así como respaldar la pena de muerte, el paramilitarismo para combatir a las pandillas y oponerse a la despenalización del aborto”, refiere la agencia EFE.

Lo que llama la atención es la facilidad de Bukele de pasar de un bando a otro a conveniencia, sin importar la ideología o los preceptos políticos.

“No han pasado ni 24 horas de la cancelación del CD cuando ya Bukele ha coqueteado y superado el “dolor” de su pérdida, ahora el que se ha revestido incansablemente con la bandera de izquierda pretende participar en las elecciones internas de un partido de derecha, un partido formado con los que un día fueron parte del instituto político que Bukele ha criticado a diario, obviamente me refiero a GANA; el partido naranja siempre ha sabido aprovechar las oportunidades políticas astutamente, pero Bukele ,al fin se está quitando el disfraz “puritano” y muestra públicamente sus ambiciones de poder, Bukele ha dejado al descubierto que no importando los valores ni los ideales e intentará llegar al poder cueste lo que cueste”, condenó en julio pasado el periodista salvadoreño Carlos Mario Recinos, justo antes de que el empresario fuera nombrado abanderado de Gana.

Lo cierto es que Bukele parece haber olvidado cuando en una entrevista realizada en 2016 rechazó la idea de ser candidato presidencial por un partido de derecha en el futuro.

“A mí nunca me verán en las filas de Gana o Arena… Mi corazoncito está a lado izquierdo; eso no es posible”, aseguró en esa oportunidad.

Historial de escándalos

La mentira y los escándalos no han sido ajenos a la carrera política del empresario y candidato presidencial.

Bajo su gestión como alcalde de San Salvador fue vinculado con casos de corrupción, donde el más sonado fue el del  mercado Cuscatlán y la deuda de medio millón de dólares que dejó por el pago del alquiler de ese recinto.

Los datos revelados por la empresa inmobiliaria “Desarrollo Universal”, confirmaron  que Bukele no pagó el arrendamiento del mercado desde diciembre de 2017 hasta mayo de 2018, dejando una deuda de 480.250 dólares, por lo que fue investigado por la Corte de Cuentas de la República (CCR).

También estuvo envuelto en un caso de ciberataque a un medio de comunicación.

En noviembre de 2015, tras la clonación del sitio web de La Prensa Gráfica, este medio responsabilizó a Bukele de haber ordenado la maniobra y dirigir junto a sus asesores un “troll center” dedicado a desprestigiar a los oponentes del alcalde y apoyar sus proyectos.

Aunque su respuesta fue negar los hechos, las investigaciones de la Fiscalía General de la República (FGR) señalaron que la clonación del portal sí había sido ordenada por Bukele. Esto se habría comprobado tras el decomiso de equipo electrónico a un programador web, empleado de una agencia de publicidad ligada a la Alcaldía de San Salvador.

Luego de las detenciones, el entonces alcalde convocó a una movilización de apoyo en la que retó al fiscal general a dar la cara e informarle de qué se le acusaba y afirmó:  “Si fui yo, aunque no lo he hecho, a quién le importa”.

Posteriormente, la FGR retiró las pruebas sin haber acusado formalmente a Bukele de delito alguno, mientras que el programador web implicado sigue guardando prisión.

A favor del nepotismo

En su andar político, Nayib Bukele también incurrió en actos de nepotismo, cuando como alcalde de San Salvador nombró a su hermano, Yamil Armando Bukele, presidente del Instituto Municipal de Deportes (Imder).

Aunque alegó que el cargo que le había dado a su hermano era ad honorem, el nombramiento fue declarado ilegal y Bukele fue multado a 10 salarios mínimos por Tribunal de Ética Gubernamental (TEG).

Lo curioso del caso es que en días recientes, el candidato presidencial manifestó su rechazo a una Ley que condena esta práctica.

Musulmán de medio tiempo

A lo largo de la  campaña presidencial de Nayib Bukele, sectores católicos y cristianos han levantado dudas sobre el vinculo del candidato con la comunidad musulmana en El Salvador, de la cual su padre, Armando Bukele fue presidente de la Asociación Islámica Árabe que aglutina a unos 1,500 fieles.

Bukele ha utilizado como parte de su estrategia de campaña la exhibición de fotografías suyas con figuras de las diferentes religiones con presencia en El Salvador.

Entre las imágenes que se han exhibido para ganar el voto de los salvadoreños destacan algunas con el Pastor argentino Dante Gebel, con el Papa Francisco, así como  una en la que posa frente al Muro de los Lamentos, lo que contrasta con la falta de una postura oficial sobre la religión que profesa, lo cual se entiende como parte de su estrategia para captar votos entre los cristianos y católicos.

Sin embargo, el periódico El Heraldo de México publicó este lunes una serie de fotografías del candidato orando junto a otros miembros de su familia en una mezquita, lo que generó dudas en un país en donde el 90% de la población son católicos-cristianos y más cuando Bukele ha manifestado que él cree en Dios y es cristiano.

El showman de las redes

Para calar en el electorado, y en especial de los más jóvenes, Bukele ha construido un personaje que publicita a través de las redes sociales.

Bukele no se presenta como un político con fachada común. Usa gorras, ropa deportiva y pocas veces viste con saco y corbata.

Tiene  una barba característica  y usa calcetines de colores y para crear empatía con la población llena sus redes con fotos con los más marginados.

De este modo, el publicista que  se encargó por años de crear las campañas electorales del FMLN, logró captar la atención de los votantes por medio de sus publicaciones en Twitter y Facebook para ganar las alcaldías.

La periodista Virginia Lemus en su artículo “Nayib Bukele, El Mesías de Twitter” recuerda que durante 2013, el año previo a su postulación a la alcaldía de San Salvador, el empresario “se hizo de un séquito de groupies digitales, el #TeamNayib, cuya estrategia de apoyo era saturar Twitter con menciones a Bukele y usando ese hashtag”.

“ Decenas de miles de perfiles, falsos y verdaderos, se vistieron con los tonos cian de la campaña municipal de Nayib Bukele, hablaban de sus crípticas fotos de calcetines, de sus gorras hacia atrás y de su valor como alcalde joven, moderno y transparente. Un medio digital publicó en 2014 una foto que encerraba en sí todo lo que Bukele como candidato y como fenómeno representaba: un muchacho de 18 años, quien votaría por primera vez, afirmaba que votaría por Bukele “porque él escucha música indie, como yo”, reseñó Lemus.

Esta estrategia continúa siendo la misma en su campaña presidencial, a la que ha sumado críticas e incluso insultos contra sus oponentes y las organizaciones políticas que los respaldan.

Durante diciembre de 2018, a través de sus redes alertó sobre un supuesto fraude gestado en el Tribunal Supremo Electoral (TSE) para, según él, alterar la impresión de las papeletas de las próximas comicios.

La denuncia ocasionó que sus seguidores en llegaran por decenas a la sede del TSE para gritar “fraude”.

No obstante, Andrés Rovira, secretario general de GANA aseguró que  “no hay nada que denunciar. No hay nada irregular. No hay fraude”, lo que dejó en ridículo a Bukele.

Adicionalmente, el partido ARENA le pidió evitar insultos durante la campaña, a raíz de la divulgación de un audio y una serie de tuits, donde el aspirante a presidente, utilizó un lenguaje soez.

En el audio compartido por Bukele, los llama “cabrones”, misma palabra que utilizó en Twitter, donde se refirió a los miembros del partido con la misma expresión.

Sin densidad política ni propuestas claras

Un punto que ha sido objeto de críticas es la ausencia de propuestas o de un plan de gobierno por parte del abanderado de Gana, quien no ha dejado claro cuál será el rumbo que tomará El Salvador si efectivamente resulta vencedor en las elecciones del 3 de febrero.

El candidato no tiene un proyecto político definido o, por lo menos, uno del que se quiera hablar públicamente. ¿Cuál es la postura de Bukele en materia económica, sobre todo en lo referente a la política fiscal?, ¿Cuál será su estrategia frente a la crisis de inseguridad y violencia?, ¿Qué piensa hacer en materia de corrupción e impunidad?, ¿Cómo enfrentará la crisis ambiental que afecta a El Salvador?, son interrogantes que están en el aire.

Entre las acciones que ha informado que podría tomar figuran impulsar el crecimiento de la clase media y la incorporación del 70% de la población a esa clase media.

Asimismo, indicó que prevé duplicar paulatinamente la inversión en educación, seguridad y salud, reducir  impuestos a las clases medias y bajas, controlar la evasión fiscal y combatir la corrupción sin explicar los detalles.

En materia de infraestructura propone construir un aeropuerto en oriente, un hospital en la zona norte, un nuevo campus para la Universidad de El Salvador (UES) , limpiar los ríos Acelhuate y Lempa, trabajar el puerto Cutuco y en un tren y metro para el área metropolitana de San Salvador.

Otro de los puntos es explotar el surf como atracción turística, llevar agua potable y electricidad a zonas remotas, además de  remodelar escuelas y hospitales y emprender un proyecto de edificación de viviendas, reseña El Salvador Times.

Estas posibles acciones han sido catalogadas por muchos analistas y el pueblo salvadoreño como una muestra de populismo y falta de metas concisas y lo tildan como  un  político mesiánico y caudillista.

“En el afán de captar la mayor cantidad posible de electores hastiados de la política tradicional, parece que Bukele quiere quedar bien con todos, sin comprometerse con nada en concreto. No se ve claro cuál es el horizonte hacia el que pretende caminar”, alerta la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas en un editorial “Bukele, un caso incierto«, publicado en su portal web.

Se define el tablero

Si Nayib Bukele obtiene el triunfo electoral y llega a la presidencia de la mano de un partido de ultra derecha como Gana, esta victoria se sumaría al ala conservadora que está cobrando cobrando fuerza en América Latina.

Con Jair Bolsonaro en Brasil, Mauricio Macri en Argentina, Sebastián Piñera en Chile, Iván Duque en Colombia, Juan Carlos Varela en Panamá y Lenin Moreno en Ecuador, la aplicación de políticas neoliberales, recortes y medidas de protección a las oligarquías son la orden del día.

Los compromisos adquiridos por Bukele con Gana para ser el abanderado de este partido y poder participar en las elecciones dictan en buena parte el rumbo que puede tomar de llegar a la presidencia salvadoreña, el cual se vislumbra con un giro notable a la derecha.

Las elecciones del 3 de febrero revisten importancia en un año marcado por el ciclo eleccionario en América Latina donde la izquierda buscará mantenerse en el poder en Bolivia y Uruguay, mientras que los conservadores harán lo posible para afianzarse en Argentina, Panamá y Guatemala, lo que contribuirá a definir la reconfiguración  política de la región.


Viento a favor para Bukele

La popularidad de Bukele no habría crecido si los partidos que han ocupado el Gobierno y en especial el FMLN hubieran respondido a las demandas más apremiantes de la población.

Muchos analistas hablan de un hartazgo del pueblo sobre los actores de Arena y FMLN, generado por casos de corrupción, lo que beneficia la candidatura del empresario.

Otro punto a favor es que casi el 50% de la población salvadoreña se encuentran en el rango de los 14 a los 24 años de edad, un sector al que Bukele llega directamente con su imagen de político joven que vende un mejor futuro.

“Ellos conforman la primera generación netamente de posguerra habilitada para votar en los próximos comicios presidenciales, en 2019. Muchachas y muchachos educados en un sistema educativo que no habla de los motivos de la guerra civil, criados en una sociedad que adoptó el olvido como dogma. Una generación que ha visto a la eterna oposición, antes armada y hoy política, llegar al poder ejecutivo y ser igual de corrupta y cínica que la derecha que le antecedió. Ante sus ojos, Nayib Bukele es El Mesías”, plantea Virginia Lemus.

 

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