Samper monitorea situación en Brasil tras derrame tóxico

El representante de Unasur consideró la tragedia como una de las peores ocurridas en la historia del país suramericano.

Por Meritxell Freixas

09/11/2015

Publicado en

Latinoamérica

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El secretario general de la Unión de Naciones de Suramericanas (Unasur), Ernesto Samper, manifestó su preocupación por la situación que vive la localidad de Bentos Rodrigues, estado de Minas Geraís, suroeste de Brasil, tras la ruptura de un dique de desechos tóxicos que dejó dos muertos y más de 27 desaparecidos.

aludbrasil

A través de su cuenta en la red social Twitter, Samper consideró que se trata de una de las peores tragedias ocurridas en el país y aseguró que está en constante monitoreo de la situación.

Las autoridades brasileñas anunciaron este domingo que ven difícil encontrar al menos 13 de los más de 27 desaparecidos. Estiman que el lodo provocado por el alud tóxico llegue al estado de Espíritu Santo y afecte a una docena de municipios ribereños cercanos al río Doce.

Una de las víctimas mortales fue identificada como Claudio Fiúza, de 40 años, un trabajador de la mina de hierro que sufrió un ataque cardiaco cuando presenció la ruptura de los diques.

En los operativos de búsqueda participan unos 200 efectivos de los bomberos, la policía, la Defensa Civil y el Ejército.

En tanto, el gobernador de Minas Gerais, Fernando Pimentel, informó que las víctimas y los extraviados son trabajadores de la minera Samarco, estaban presentes cuando se rompieron los diques de dos embalses con desechos y emanó la avalancha de lodo con residuos químicos.

«Los cuerpos de rescate retomaron hoy las labores de búsqueda de supervivientes y de forma paralela se ha restablecido el acceso a los pueblos que habían quedado aislados por el vertido de lodo», según Pimentel.

El alcalde de Mariana, Duarte Júnior, se encuentra hospitalizado a causa del estrés y el cansancio; los médicos descartaron el riesgo de un infarto, por lo que no puede dirigir actividades para atender desastres.

Como consecuencia del derrame, el poblado de Bento Rodrigues quedó prácticamente borrado del mapa, pues la avalancha destruyó 158 de las 180 casas que lo componían y las 22 viviendas restantes, aunque quedaron en pie, sufrieron cuantiosos daños.

El lodo cubrió tierras de cultivos, pastos y alcanzó, con su contenido de metales pesados, el cauce del río Doce, uno de los mayores del sureste de Brasil, el cual ha elevado más de un metro.

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