Los escándalos de la exfamilia presidencial y sus vínculos con distintos crímenes

Divorcio post corrupción ¿Terminó el negocio entre Peña Nieto y Rivera?

Desde febrero pasado ya era público y notorio el rompimiento de la expareja presidencial, pero sus vínculos relacionados a distintos casos de corrupción aún los mantienen unidos en la complicidad de los hechos

Por Ronald Ángel

03/05/2019

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Corrupción y divorcio

Desde febrero pasado ya era público y notorio el rompimiento de la ex pareja presidencial, pero sus vínculos relacionados a distintos casos de corrupción aún los mantienen unidos en la complicidad de los hechos


La noticia se hizo viral la tarde de este jueves 2 de mayo, cuando el expresidente mexicano Enrique Peña Nieto (2012-2018) publicó la información a través de sus redes sociales: oficialmente estaba divorciado de la ex primera dama, Angélica Rivera.

Quiero agradecer a Angélica por haber sido mi compañera, esposa y amiga a lo largo de más de diez años, y por haber entregado su amor, tiempo y dedicación a nuestra familia. Hoy ha concluido legalmente nuestro matrimonio, deseo que le vaya bien siempre y que tenga éxito en todo lo que emprenda. Angélica, muchas gracias por todo”, fueron las palabras del expresidente a su exesposa.

Sin embargo, para la gran mayoría de los mexicanos algo que no ha concluido son los nexos que tienen Peña Nieto y la actriz de telenovelas mexicanas como “La Dueña” (1995) y “Destilando amor” (2007) con distintos casos de presunta corrupción, sobornos, narcotráfico y sicariato, durante los seis años que estuvieron en la presidencia e, incluso, el negocio que pudo haber sido su matrimonio para conseguir entrar en el Poder Ejecutivo.

Más corrupción, el presunto soborno al Chapo Guzmán y sus nexos con los carteles

El más reciente escándalo en el que se han visto implicado Peña Nieto y su exesposa guarda relación con el narcotraficante Joaquín Archivaldo Guzmán Loera, mejor conocido como “El Chapo” Guzmán.

La relación entre el expresidente mexicano y el narco fue evidenciada por el abogado de Guzmán en México, José Luis González Meza, quien informó que su defendido le confesó que Peña Nieto le había pedido que asesinara al actual presidente, Andrés Manuel López Obrador.

A esta acusación de intención de sicariato, Alex Cifuentes, un testigo cooperante que intervino en el juicio de «El Chapo» en Nueva York, Estados Unidos, y que trabajó junto a Guzmán en México entre 2007 y 2013, declaró que el expresidente extorsionó al jefe del Cartel de Sinaloa por al menos 100 millones de dólares para dejarlo cometer sus crímenes sin ningún tipo de inconvenientes.

Cifuentes hizo la afirmación al ser interrogado por Jeffrey Lichtman, uno de los abogados de «El Chapo: «¿Guzmán pagó un soborno de US$ 100 millones al presidente Peña Nieto?», preguntó Lichtman; «Así es», contestó Cifuentes en la corte federal de Brooklyn, donde se desarrolló el juicio, y seguidamente agregó que la solicitud de soborno de Peña Nieto había sido de 250 millones de dólares.

Estas acusaciones fueron rechazadas por el entonces presidente y alegó que fue su Gobierno el que detuvo y extraditó a Guzmán.

La falsa boda y la complicidad de la iglesia católica

Los escándalos en la expareja presidencial comenzaron incluso antes de que llegaran al poder. A inicios de 2016, una investigación periodística cuestionó cómo Peña Nieto logró casarse con Angélica Rivera y la forma en que la cúpula de la Iglesia Católica mexicana agilizó la anulación del matrimonio previo de la primera dama.

El 6 de febrero 2016, el equipo de la reconocida y galardonada periodista mexicana Carmen Aristegui, junto al equipo de la revista de temática política Proceso, ofrecieron detalles sobre una investigación llamada “El expediente secreto de la boda Peña Nieto-Rivera”.

De acuerdo con ese expediente, la boda entre el entonces candidateable presidente y la actriz de Televisa solo era “un circo mediático” para influir en la población de México al ganar la simpatía de los admiradores de Angélica Rivera y así lograr la mayoría de votos en las elecciones. Es decir, se trataba de un empresario joven y apuesto con una de las mujeres más populares y hermosas del país.

Aristegui y Proceso añaden en el documento que esta estrategia fue metódicamente planeada para el Partido Revolucionario Institucional (PRI) regresara al poder que le fue arrebatado por el Partido Acción Nacional (PAN) por dos sexenios -del 2000 al 2012- cuando gobernaron los también involucrados en distintos casos de corrupción, sicariato y narcotráfico: Vicente Fox Quesada y Felipe de Jesús Calderon Hinojosa.

Según la investigación, la falsa boda entre Peña Nieto y Rivera se habría gestionado con la complicidad del entonces máximo representante de la iglesia católica en México, el cardenal y arzobispo Norberto Rivera Carrera, quien le facilitó a la expareja la boda religiosa, eso a pesar que la actriz ya había contraído matrimonio litúrgico el 2 de diciembre de 2004 con su anterior esposo, el productor de telenovelas, José Alberto El Güero Castro, hermano de la famosa actriz mexicana Verónica Castro.

Para lograr que la pareja candidata a la presidencia pudieran casarse y ser reseñados por todos los medios de comunicación mexicanos e incluso los dedicados exclusivamente a la farándula televisiva, la cúpula de la iglesia católica armó todo un expediente en contra del sacerdote José Luis Salinas Aranda, quien auspició la boda entre Rivera y Castro.

En ese expediente, las autoridades eclesiásticas destruyeron la imagen del sacerdote Salinas con base en calumnias que incluían -por ejemplo- que no tenía permiso para oficiar matrimonios y utilizando pretextos como que la boda se llevó a cabo en una playa.

Lo que no reflejó la Iglesia católica para desarmar la boda entre Rivera y Castro, y favorecer la falsa unión nupcial entre Peña Nieto y la actriz, es que el acto en la playa fue sólo un oficio representativo, pues la pareja ya había contraído matrimonio de manera formal nueve días antes en un acto que se celebró en la iglesia de Fátima y que fue dirigido por el sacerdote Ramón García López.

La falsa boda entre Peña y Rivera destruyó la carrera eclesiástica del cura Salinas, quien para ese momento se encontraba en un tratamiento para intentar curarse de un cáncer de hígado.

De acuerdo con el cardenal Norberto Rivera, acusado por Salinas de hacer un montaje en su contra para beneficiar a Peña Nieto, el padre Salinas fue responsable de haber «simulado la administración del sacramento y del matrimonio» y lo cuestionaban por «no tener licencias» de la Arquiócesis y de «haber actuado durante varios años públicamente como si las tuviera», hecho que ocasionó que no pudiera ejercer más el sacerdocio.

El 1 de junio de 2010, José Andrés Corral, obispo de Parral, Chihuahua, respaldó al padre Salinas Aranda y envió por fax una carta a la Signatura Apostólica, en la que denunció que el Tribunal de la Arquidiócesis cerró el caso impidiendo al sacerdote su defensa.

Angélica Rivera junto a su primer esposo, José Alberto Castro. Foto: Web

Creo, Excelencia, se lo digo a título personal, que con tal de sacar a como diera lugar la NULIDAD solicitada, no dudaron en pisotear la dignidad de un buen sacerdote”, aseveró Corral en su misiva a Frans Dancels, secretario de la Signatura Apostólica.

En esa misma carta, el obispo explicaba que el padre Salinas requería vivir en la Ciudad de México por dos motivos: su tarea en la formación de seminaristas y un tratamiento especializado por “un problema muy serio de salud”.

El Tribunal Eclesiástico de la Arquidiócesis Primada de México le había prohibido residir en el Distrito Federal. Salinas murió de cáncer el 7 de octubre de 2015. Por su parte el obispo José Andrés Corral falleció el 24 de diciembre de 2011.

Corrupción vinculada a viviendas y bienes en Estados Unidos

Otro escándalo de Rivera y Peña nieto se registró en noviembre de 2016, cuando Angélica Rivera fue protagonista de un artículo publicado por el diario británico The Guardian, en el que se asegura que la actriz utilizaba una propiedad de lujo en Florida, Estados Unidos, comprada por Pierdant, una empresa que buscaba concretar contratos millonarios con el Gobierno mexicano.

Según el medio inglés, la propiedad ubicada en Miami Beach estaba valorizada en 2.05 millones de dólares.

A este señalamiento se une otro escándalo surgido en mayo de 2013 y que se refiere a la lujosa residencia familiar que tenía la pareja en las Lomas de Chapultepec, que de acuerdo con una investigación periodística estaba valorada en siete millones de dólares y fue comprada al Grupo Higa, uno de los principales contratistas del gobierno de Peña Nieto.

Para intentar salir de ese nuevo escándalo, la actriz aseguró que la compra la había realizado ella con sus ingresos como artista, pero eso no fue suficiente para los mexicanos y Peña Nieto tuvo que salir a ofrecer disculpas al país.

La «Casa Blanca» de Peña Nieto y Angélica Rivera. Foto: Web

Los medios también reseñan los grandes lujos que se dio Rivera junto a sus hijas y las de Peña Nieto al momento de hacer compras exclusivas en tiendas ubicadas en la famosa Beverly Hills, mientras la gran mayoría de los mexicanos exigían justicia por la masacre de Ayotzinapa, en la que terminaron asesinados y desaparecidos 43 normalistas de Iguala, Guerrero.

Además, la entonces Primera Dama fue acusada de despilfarrar dinero proveniente del país, mientras muchas familias mexicanas viven en la miseria. Esto se debe a los costosos trajes que exhibía Rivera junto a su hija Sofía Castro en actos oficiales, como al que asistieron en el Palacio de Buckingham, en Inglaterra, que estaban valorados por más de 10.000 dólares, entre ellas dos.

Rivera llevó puesto un traje Valentino rojo valorado en 3.300 dólares, mientras que su hija lució un vestido Dolce & Gabbana que costó 7.274 dólares.

Los rumores de la separación

La ex primera dama mexicana dio luces sobre su rompimiento con el expresidente en febrero de 2019, luego de que Peña Nieto fue fotografiado con Tania Ruiz Eichelmann, una modelo mexicana de 31 años, en las calles de Madrid, España.

«Hoy toda mi energía, fuerza y amor está enfocada en seguir siendo una buena madre, en recuperar mi vida y mi carrera profesional. Lamento esta situación tan dolorosa para mí y para nuestros hijos«, dijo Rivero cuando se publicó aquella foto.

De acuerdo con la prensa mexicana, la separación de la pareja presidencial era un secreto a voces desde inicios de 2019. La última vez que ambos se habían visto juntos fue en enero de 2019, durante el velorio de Alfredo del Mazo González, un exgobernador del Estado de México que sirvió de mentor a Peña Nieto, también mandatario de la entidad antes de convertirse en candidato del PRI a la presidencia.

Desde entonces, varias publicaciones en medios mexicanos narraban el proceso de negociaciones para finiquitar el divorcio de la pareja, un proceso que como el matrimonio planificado, que produjo tantas trampas dentro de la Iglesia católica para concretarlo, debía también ser negociado de manera clara.

En marzo, un columnista del diario El Universal explicó que Rivera le había exigido a Peña Nieto la entrega de 35 coches de último modelo y viajes en primera clase por los próximos 12 años como requisito para firmar los papeles del divorcio.

El despacho periodístico también asegura que los papeles de la separación estaban listos desde antes del 1 de diciembre de 2018, fecha en la que Peña Nieto entregó la banda presidencial a Andrés Manuel López Obrador, quien arrasó en las elecciones y dejó al PRI relegado al tercer puesto de los resultados.

Pero los rumores de separación ya venían desde julio de 2015, cuando protagonizaron un escándalo en las redes sociales, por unas imágenes de rechazo entre ambos que fueron compartidas en las redes sociales y que se registraron durante una ceremonia en Francia.

En ese incidente, el entonces Mandatario y la Primera Dama estaban en el país europeo para participar de los eventos por el Día Nacional de Francia. En un video subido a YouTube se ve que Peña Nieto le hizo un desaire a la primera dama mexicana cuando Rivera intentaba tocarle el brazo. Horas más tarde, otro video subido a la plataforma dejó ver que el berrinche del expresidente vino como venganza por un desaire que le había hecho su esposa cuando él intentó caminar y tomarla de la mano.

Por ahora, los vínculos nupciales entre Peña Nieto y Rivera están cortados del todo, pero sus nexos a los presuntos casos de corrupción en los que tendrían responsabilidades compartidas, al menos hasta ahora no están esclarecidos.

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