Dividido en varias fases

Todo sobre la guerra molecular contra Venezuela

Inicia con las declaraciones del vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence

Por Charilin Romero

23/01/2019

Publicado en

Latinoamérica / Venezuela

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Venezuela transitará en el futuro próximo un escenario de guerra molecular que inicia con las declaraciones del vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, cuya fase serán acciones parecidas a las Guarimbas del 2017, pero con el agregado del deterioro acelerado del bienestar material de la población.

Así lo advirtió José Manuel Negrón, en un artículo publicado en el portal web Sputnik, donde explica que las acciones violentas «comenzarían con una butaca rota, un grafiti  vagón o un aire acondicionado que no funciona. Una solitaria voz de queja de algún usuario desperdigada entre la marea masiva de gente. Sí, al principio no parece gran cosa. Nadie las atiende, nadie se ocupa».

En el texto Negrón cita la teoría de falsa normalidad (fase uno) del autor Enzensberger, que denomina a esta etapa «Comandante Cero» y hace mención, a su vez de Tepedino, quien define esta situación como la acumulación de problemas que nunca fueron solucionados y que están determinados a favorecer la instauración de una crisis que se extenderá en el tiempo y permitirá avanzar al caos.

Para Negrón en este nivel «eminentemente cultural» se pierde el respeto a las reglas y a la fe en las instituciones, derivando a que se desarrolle una «cultura antijurídica progresiva basada en la transgresión y el remedio excepcional», publicó Sputnik.

Detalla el analista, que la vida de los ciudadanos continúa en una «falsa normalidad», apalancada por el deseo aún latente de que los problemas se solucionen. No obstante, el retardo de los gobiernos locales y regionales, generan desconfianza en las capacidades del Estado. Esta fase es la más peligrosa por la falta de cohesión social que se va resquebrajando y resurgiendo los intereses personales sobre el colectivo.

Fase dos de la guerra molecular

En la segunda fase de la guerra molecular contra Venezuela, aparece un factor llamado «Comandante invisible», según Enzensberger que esta vinculada a la incapacidad del Estado de generar la protección y justicia para los ciudadanos que esperan de él.

De esta táctica se desprende varias subfases identificadas como la indolencia del funcionario estatal, el desinterés para servir al bien común y por supuesto, la omisión, en esta última es la pasividad de proceder y de ella las mafias , así como bandas criminales sacan ventajas para posicionar su poder en la burocracia venezolana. Un ejemplo de ello, expedición de pasaportes o documentos legales.

A estas se le suma la subfase de la «comisión» en la que funcionarios estatales actúan directamente en la ejecución de delitos (Cobro de vacunas, secuestros, etc), lo que «favorece la conformación de sistemas reticulares de crimen organizado», señala Tepedino.

Fase tres de la preguerra Civil Molecular

Desde tiempos atrás se ha ido preparando el terreno para que se vayan multiplicando los grupos violentos y las bandas criminales que accionarían en la toma de localidades tras manifestaciones, con la intención de que la población ponga entre dicho el accionar de los cuerpos para protegerlos.
En ese sentido, saldrán las «fortalezas urbanas», especie de guetos donde la población ha corporativizado su seguridad entregándosela a empresas privadas y contratistas. Lo peligroso de este fenómeno es que, además de deslegitimar al Estado, se crean grupos de autodefensas que disputan al Estado su monopolio de la violencia. En la frontera sur de Venezuela, esta fase está cobrando una intensidad que conviene atender. También las Guarimbas del 2017 en Venezuela permitieron atestiguar el funcionamiento de territorios tomados por la violencia, donde grupos armados se mantuvieron durante semanas azotando miles de ciudadanos dentro de sus hogares y urbanizaciones amenazando que serían asesinados.

Fase cuatro propia guerra molecular 

Negrón asegura que Tepedino hace hincapie en esta fase no en la extensión del territorio o las armas empleadas para la violencia, sino «la voluntad de avasallar al otro, ignorando completamente a las instituciones, las normas establecidas y lo que hace al Estado de Derecho» y que son dirigidas por el «Comandante invisible» que no responden a «un mando centralizado o una conducción centralizada y ni lógica militar, son anárquicas, nihilistas».

Anarquía o Guerra Civil Macroscópica

Esta denominada como fase final es la estocada para la desintegración social como producto de la Guerra Civil Molecular y su estrategia poderosa es el colapso de un Estado.
Dice Negrón parafraseando a Tepedino  que la anarquía que no resultaría permanente, daría paso a un estadio transitorio en el que se abren dos opciones a juicio: retrocede hacia la regeneración del viejo Estado o avanzar hacia una guerra civil macroscópica con miras a las constitución de una o varias unidades geopolíticas nuevas (nuevos Estados)» y esta se apreciaría cuando las Fuerzas Armadas de un país se dividan, abriendo la puerta a la balcanización, la partición o escisión territorial.

Recomendaciones a altos funcionarios

Según Negrón,  existen varias sugerencias a los funcionarios de alto nivel gubernamental que ofrece Tepedino para enfrentar la amenaza que representa la Guerra Civil Molecular:

«No hay una receta sencilla (…) Cuando las sociedades dejan de adherirse a los principios rectores sobre los cuales se fundaron sobrevienen estas crisis. Intuyo que la clave fundamental es contar con un Estado fuerte y sano basado en los principios fundamentales y democráticos, que haga cultura del orden y el respeto a las leyes. La ley y el orden son la mejor barrera de contención», concluye.

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https://www.elciudadano.cl/venezuela/fotografica-en-caracas-23-de-enero-fecha-de-movilizaciones-politicas-en-venezuela/01/23/

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