Hijo ilustre

Alirio Díaz, el guitarrista venezolano que enalteció la música popular latinoamericana

Este 5 de julio se cumplen dos años de la partida física de uno de los guitarristas venezolanos más insignes, que llevó la música popular latinoamericana a los rincones más distantes del mundo

La Candelaria, apartado caserío de Venezuela, caracterizado por el talante humilde, trabajador y campesino de su gente, algunas casas de bloques y otras de bahareque, tierra de sol, viento y sudor, sus hombres y mujeres lamentan aún la partida física de su hijo más ilustre, el guitarrista Alirio Díaz, que inmortalizó con sus maravillosos acordes las composiciones de los autores más célebres de la guitarra venezolana, latinoamericana y europea.

El sol sofocante, el viento quieto, el sudor copioso y el balar de las cabras sobresalen en esa aldea del centro-occidente venezolano, de no más de 20 familias, que evocan los múltiples encuentros con uno de los más importantes intérpretes de la guitarra clásica contemporánea, que nació el 12 de noviembre de 1923 en esa localidad y murió el 5 de julio de 2016, a los 94 años de edad, en Italia, país que el guitarrista consideró siempre su segunda patria.

Wílmer Meléndez es integrante de una de las familias que residen en esa apartada localidad del estado Lara, situada a más de 500 kilómetros de Caracas, la capital venezolana, caserío al que se accede por un interminable y empedrado camino de tierra.

La Candelaria, apartado caserío del estado Lara, que el guitarrista venezolano nunca abandonó. Siempre lo llevó en su alma de trovador. Foto: Web.

Meléndez, hijo de Juan José Meléndez, casi contemporáneo con Alirio Díaz, recordó que cuando el maestro iba a La Candelaria visitaba y saludaba a todas las familias. Rememoró con nostalgia las noches en la casa de Alirio Díaz, en la que el maestro de la guitarra clásica daba unos memorables recitales, la misma casa que dejó a los 16 años cuando se fue a estudiar a la ciudad, pero a donde siempre regresaba a recordar su infancia y adolescencia.

«Siempre lo veíamos cuando venía y lo saludábamos con el aprecio y el respeto que le teníamos, a un hombre que le dio tantas glorias a nuestro país» y al continente latinoamericano, aseveró Meléndez.

De La Candelaria para el mundo

Alirio Díaz nació en el seno de una familia campesina de ocho hermanos. Desde niño mostró aptitudes por la música y curiosidad por la cultura. A los 16 años salió de su pueblo a perseguir su sueño de músico.

Luego de algunos años de trabajo para mantener sus estudios en algunos pueblos y ciudades del interior de Venezuela, a los 22 años de edad se fue a Caracas. Ingresó a la Escuela Superior de Música José Ángel Lamas, en la que tuvo como tutores a Vicente Emilio Sojo, así como otros destacados músicos y autores de la época.

También estudió con Pedro Elías Gutiérrez, el autor del Alma Llanera, canción considerada como el segundo himno venezolano.

Foto: Web.

En esa época Alirio Díaz se dio a conocer en Venezuela como un guitarrista de brillante futuro a través de recitales públicos, privados y en la radio, el medio de comunicación del momento del país suramericano.

En 1950 viajó a Europa, inició estudios de post-grado en España con una beca del Estado venezolano. A la par de su preparación en el Conservatorio de Música y Declamación de Madrid, realizó exitosas presentaciones en el ateneo de esa ciudad, así como en el Palacio de la Música de Barcelona, la Alhambra de Granada y el teatro principal de Valencia.

Hizo presentaciones en varios países de Europa. A todos llevó los acordes de compositores latinoamericanos, también europeos.

Exaltó la música latinoamericana

Viajó por varios países del mundo como solista o acompañado de grupos sinfónicos bajo la dirección de reconocidos directores, como Celibidache, Stokowsky, Estévez, Kostelanez y Frubek.

Vivió largo tiempo en Italia. Allí se casó y tuvo hijos. Siempre consideró a Italia como su segunda patria. Alirio Díaz construyó un gran repertorio guitarrístico que incluye piezas del folclor venezolano y latinoamericano, armonizadas y transcritas para ser llevadas a los escenarios internacionales.

El guitarrista venezolano siempre «tuvo conciencia del alto valor de las manifestaciones musicales populares venezolanas y latinoamericanas», consideró su hija, Isabel Díaz, que preside la fundación que lleva el nombre de su padre.

Foto Web

Agregó que el maestro Antonio Lauro (1917-1986) y otros autores venezolanos y latinoamericanos «se dieron a conocer por todo el mundo, en buena parte por esa labor de mi padre y de muchos otros guitarristas».

Dijo que «gracias a estos (guitarristas, especialmente su padre), las piezas de (Antonio) Lauro han sido incorporadas a la enseñanza en los conservatorios de música de diversos países».

De la obra de Alirio Díaz quedan decenas de grabaciones discográficas e investigaciones críticas, analíticas y musicológicas recogidas en el libro «La música en la vida y la lucha del pueblo venezolano», así como en otras publicaciones especializadas.

Este miércoles 5 de julio se cumplen dos años de la partida física del afamado guitarrista venezolano, que supo siempre dejar el nombre de Venezuela y América Latina en lo más alto del firmamento artístico mundial, tocando, amando y enalteciendo la música venezolana y latinoamericana.

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