El consumo en occidente se asocia con más de 100 mil muertes prematuras globales por contaminación

Este trabajo apoya la idea de que las emisiones de contaminantes realmente no se reducen a las fronteras nacionales. Las emisiones provocadas por un país no son asunto de ese país solo, sino un problema de todos.

Imagen vía Thomson Reuters


Aunque la globalización puede tener sus beneficios, cada vez se vuelve más evidente que sus costos son altísimos para millones de personas.

Un nuevo estudio de la Universidad de Anglia del Este (UEA) se hace cargo de este tema, calculando el nivel de muertes prematuras a escala global, relacionadas con la contaminación resultante del comercio internacional. El estudio fue publicado en la revista Nature.

Los investigadores observaron las muertes prematuras causadas por enfermedades al corazón, ataques, cáncer pulmonar y enfermedad pulmonar obstructiva crónica, las que están ligadas al material particulado fino (PM2.5), un contaminante del aire que es dañino para la salud en niveles altos, informa IFLScience.

El estudio encontró que 3,45 millones de muertes prematuras a nivel global estaban directamente relacionadas con la contaminación por PM2.5 en 2007. Alrededor del 22% (762.400) de las muertes se relacionaban con los productos y servicios generados en una región para el consumo, y otro 12% (411.100) de ellas se asoció con contaminantes aéreos emitidos en una región diferente del mundo.

El consumo de bienes en Europa occidental y EEUU está ligado a más de 108.600 muertes prematuras en China. Por su parte, la contaminación producida por PM2.5 en China se asocia con 3.100 muertes en Europa occidental y EEUU.

«Esto indica que la mortalidad prematura relacionada con la contaminación aérea, es más que un asunto local, y nuestros hallazgos cuantifican hasta qué nivel la la contaminación del aire es un problema global», señala el coautor del estudio, Dabo Guan, profesor en economía del cambio climático en la UEA.

Este trabajo también apoya la idea de que las emisiones de contaminantes realmente no se reducen a las fronteras nacionales. En primer lugar, la contaminación del aire flota libremente sin importar los límites, por lo que las emisiones provocadas por un país no son asunto de ese país solo, sino un problema de todos. En segundo lugar, y más importante, es que el estudio muestra que apuntar a ciertas naciones en particular, por la contaminación, suele ser inconducente, puesto que la producción y el consumo están profundamente entrelazados en el mundo globalizado.

«En nuestra economía global, los bienes y servicios consumidos en una región pueden conllevar una producción de grandes cantidades de contaminación aérea y tasas de mortalidad relacionadas con ella en otras regiones», concluye Guan.

EC

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