En 1835, Charles Darwin registró la presencia de una gran cantidad de 'Conolophus subcristatus' de diferentes edades en la isla Santiago, pero expediciones realizadas 70 años después no encontraron ningún ejemplar vivo, por lo que se dio a la especie por extinta a nivel local
Sindicatos y la administración acordaron un plan para ofrecer una transición laboral justa, con opciones como la reubicación, la reconversión o egreso especial voluntario, como parte de la preparación del cese de la fundición.