En centro religioso de Miami

Denuncian nuevo atentado con bomba «fabricada» por el mismo FBI

“El FBI explota casos ‘preparados’ de terrorismo para promover la idea fantástica de que el Estado Islámico se encuentra activo en EEUU planificando ataques. El gobierno cita estos casos para impulsar un estado policíaco más intrusivo”, escribe Kurt Nimmo.

Por Matías Rojas

05/05/2016

Publicado en

Mundo

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fbi-bomba

El lunes pasado, diversos medios de comunicación estadounidenses informaron la detención de un sujeto a manos del FBI, sospechoso de planificar un atentado contra un centro judío en Miami.

La parte importante de la historia es que según versiones dadas a conocer por un medio local, el mismo departamento de investigación habría sido el origen del artefacto defectuoso que el acusado James Gonzalo Medina pretendía instalar en el lugar.

Sun Sentinel publicó que una de las pruebas aportadas al tribunal de Florida por el persecutor Marc Anton fueron conversaciones que el acusado mantuvo entre marzo y abril de este año con alguien que “cooperaba con el FBI”.

Medina hablaba allí de “obtener una bomba que podría ser colocada bajo un vehículo o lanzada en una pared”, dijo Anton. Fue entonces cuando el propio informante le entregó un dispositivo falso para ser «detonado».

“El FBI es conocido por incitar a personas potencialmente violentas, perturbadas y mentalmente enfermas, a tener comportamiento terrorista, proveyéndoles dinero, armas y bombas falsas”, indica Kurt Nimmo.

En un caso similar ocurrido en 2010, la agencia entregó “bombas y misiles Stinger” inefectivos a cuatro hombres de Nueva York y los motivó a usar dichos elementos contra sinagogas en Bronx y aviones militares.

Los individuos eran guiados por el informante del FBI Shahed Hussain, quien fue descrito en tribunales como un “mentiroso y manipulador”.

En 2015, el FBI entregó una nueva bomba de juguete a Harlem Suárez cuando éste publicó comentarios favorables a ISIS en Facebook. Suárez fue manipulado por una “fuente que cooperaba con el FBI” e instado a plantar una bomba en las playas de Florida el cuatro de julio, día de la Independencia.

En el juicio, el imputado reconoció que no sabía cómo fabricar un explosivo y pagó a informantes un total de $100 dólares para que lo hicieran por él. Cuando el FBI entregó la bomba falsa que pagó, fue detenido.

“El FBI explota casos ‘preparados’ de terrorismo para promover la idea fantástica de que el Estado Islámico se encuentra activo en EEUU planificando ataques. El gobierno cita los casos para impulsar un estado policíaco más intrusivo”, agrega Nimmo.

En enero del año pasado, el entonces vocero de la Cámara de Representantes John Boehner, del Partido Republicano, se refirió al arresto del joven Christopher Cornell en Ohio, señalando que ello no habría sido posible sin la FISA (Ley de Vigilancia de Inteligencia Extranjera), aprobada en 1978, y cuestionada a raíz de las filtraciones del ex analista de la NSA Edward Snowden.

“Lo primero que me golpea es que nunca habríamos podido conocer esto si no hubiera sido por el programa de FISA y nuestra habilidad para recolectar información de personas que representan una amenaza”, dijo Boehner durante una conferencia de prensa en Hershey, Pensilvania.

Cornell apareció en el radar del FBI luego de asistir a una conmemoración de los atentados del 11-S con un letrero que vinculaba al gobierno de George Bush con los autores del ataque. Bajo supervisión del FBI, un informante se contactó con Cornell y le propuso realizar un ataque al Capitolio. Tras comprar municiones y armas de fuego, Cornell fue arrestado.

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