Frente a elecciones de noviembre

¿Por qué el PS prefiere no tener candidato presidencial propio?

El militante y académico Ernesto Águila aventura una hipótesis: la conducción del ex ministro Elizalde apostaría a que la debilidad partidaria de Guillier favorece la irrupción socialista para sostener la campaña y un eventual Gobierno. Insulza y Atria también representaban obstáculos para los laguistas.

Por Javier Paredes

04/04/2017

Publicado en

Chile / Política / Portada

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Los partidos de la Concertación atraviesan momentos de dificultades y definiciones. Y es que se cruzan dos obstáculos difíciles de sortear. Mientras las burocracias partidarias deben abocarse a juntar las firmas necesarias para poder reinscribir un número mínimo de militantes para poder mantener su condición de partido político y así inscribir candidaturas de cualquier tipo y recibir dinero público, en la cúpula se resuelve qué hacer en materia presidencial. El Comité Central realizado el pasado sábado por el Partido Socialista -único que ha reunido las firmas necesarias- resolvió no tener candidato presidencial de sus filas, echando pie atrás a los acuerdos ya tomados. Y dejando dos presidenciables en el camino.

El Partido Socialista tenía, hasta ese primero de abril, dos precandidatos presidenciales, entre los que se resolvería el abanderado de la casa de París en una consulta a realizarse el día 23. Tal acuerdo fue roto por el último Comité Central presidido por la senadora Isabel Allende y que pasaba la posta al nuevo guaripola socialista, Álvaro Elizalde, electo en un amplio acuerdo entre terceristas, renovados y el grupo de las Grandes Alamedas.

Esta misma alianza, que mantiene el consenso de que los candidatos PS carecían de viabilidad, construyó una acuerdo de no realizar la consulta. La razón, a entender del miembro de la tendencia de la Izquierda Socialista (IS) y renombrado académico Ernesto Águila, es que la consulta se había vuelto un obstáculo que sortear para “abrir el escenario a los candidatos Lagos y Guillier”, según señala en conversación con El Ciudadano. Habría pesado en esta disposición “la presencia fáctica del laguismo, que ha impedido que se produzca una consulta en reiteradas ocasiones”, pues “no mantiene apoyo mayoritario en el PS, sobre todo en sus bases, por ello se habrían opuesto”, apunta.

Entonces, la definición quedaría en manos del nuevo Comité Central Socialista, a realizarse el 22 de abril. Las opciones son dos: el PPD Ricargo Lagos o el independiente-Partido Radical, Alejandro Guillier. Insulza y Atria bajaron sus aspiraciones manifestándose indispuestos a una resolución de tales características

Libertad de acción, sin salirse del PS

Sin embargo, la ruta socialista no estará libre de turbulencias. Águila señala que al haberse violado los acuerdos alcanzados por las instancias soberanas “ya no hay disciplina a la que apelar en el sentido de ‘este es el candidato del PS’. Lagos es PPD, Guillier es un independiente-PR, es decir, es menos vinculante la decisión del PS sobre el tema presidencial y quedan abiertas las opciones”. En específico, apunta que como el Partido “se salta los mecanismos acordados, ello genera también mayor libertad de acción para ver otras opciones políticas que sean más coherentes con un proyecto antineoliberal”, subraya.

Ernesto Águila

Así se entiende que Fernando Atria, el académico y precandidato de la Izquierda Socialista de la que Águila participa, señalara que se declaraba “en libertad de acción”. Ello le resulta interesante, pues “significa que un sector del PS podría apoyar no necesariamente al candidato que apoye el Partido, sino a otro candidato, sea de la Nueva Mayoría o incluso uno que pudiese venir de fuera, como del Frente Amplio. Significa abrirse a la posibilidad”.

Sin embargo, descarta para esta porción de izquierda del PS una salida del partido. Indica que la Izquierda Socialista “es un intento de mediano plazo hacer virar al PS hacia una política de izquierda”, motivo por el cual, “la tarea y el desafío es construir una mayoría que opte por un camino antineoliberal y de unidad de la izquierda”, declara.

De este modo, “Atria y la Izquierda Socialista tienen la visión clara de continuar dentro del PS”, claridad que viene tanto por el lado de que “el camino que se ha verificado fracasado es irse pues, al final, ha terminado debilitando los liderazgos que han emigrado”, mientras que “es muy difícil construir un frente de avanzada en Chile sin los partidos socialista y comunista”.

Ganadores: ¿aparatismo presidencial?

Esa es la posición actualmente derrotada en el PS. La vencedora, en su opinión se monta sobre la compleja situación que atraviesan otras colectividades de la Nueva Mayoría (también de la Derecha). Pero lo que para el resto es debilidad, es fortaleza para el PS. Águila al respecto indica que “el PS tiene capacidad de inscribir un candidato. Esto es crítico para ambos presidenciables, pero especialmente para Guillier. No está tan claro que el Partido Radical  llegue a la meta que pone el Servel”. Se refiere a los alrededor de 18 mil inscritos que deben tener los partidos en 3 regiones contiguas u 8 discontinuas, o bien 33 mil para inscribir un candidato presidencial.

izquierda_socialistaPor tanto, explica que el sector que apuesta por Guillier tiene la lectura del partido chasis. Esto es, a sabiendas de que “tiene un equipo de campaña débil y tiene una estructura de potencial gobierno débil”, el posicionamiento del PS en favor de Guillier “podría hacer de nuestro partido el factor político principal de su eventual candidatura”. En otras palabras, “hay una apuesta de que la debilidad de Guillier favorece al ingreso de una partido que tiene más masa crítica para sostener una campaña y luego un gobierno”.

Y concluye con un dardo: “creo que esta reflexión está detrás de los más guillieristas dentro del PS, dentro de los que cuento al presidente, Álvaro Elizalde. Se conoce que estaría promoviendo la candidatura de Guillier y no la de Lagos”, remata.

 

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