Bolivia: el MAS tiene el reto de sumar rostros jóvenes en próximas elecciones

El partido de Evo Morales tiene una oportunidad histórica para transformar -por siempre- la participación política juvenil, en contraparte a un Gobierno de facto cooptado por fuerzas conservadoras

El Movimiento Al Socialismo (MAS) está prácticamente vetado en Bolivia. El gobierno de facto que preside Jeanine Áñez, desde su autoproclamación impuesta desde Washington, se ha encargado de perseguir, amedrentar, amenazar, encarcelar y hasta asesinar a la militancia del partido con mayor representación política y sindical.

La razón es muy sencilla: sed de venganza por los 14 años de victorias electorales abrumadoras y sin precedentes en la historia moderna de Bolivia. Y se dice así en presente porque, incluso, en los pasados comicios presidenciales, Evo Morales alcanzó la victoria en primera vuelta, pero la derecha, en complicidad con las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional, se encargaron de derrocarlo en cuestión de días. Un golpe de manual, incluso desde dentro, veamos el caso del ministro Romero, pero no, no estamos para hablar de traidores.

Adicionalmente, es aún más resaltante que, a pesar del golpe, el MAS actualmente encabeza la intención de voto de cara a las presidenciales del 3 de mayo próximo.

Luis Arce (izquierda) y David Choquehuanca integran la formula presidencial del MAS de cara a los venideros comicios. Foto: Web

La más reciente encuesta divulgada por el diario derechista Página Siete, reveló que el partido de Morales tiene 26 % de apoyo. Muy atrás le siguen el ultraderechista Luis Fernando Camacho y el expresidente Carlos Mesa, ambos con 17 %; y más allá la autoproclamada Jeanine Añez, quien recientemente anunció su candidatura, con apenas 12 %, pero eso son números, lo que importa es la gente.

El estudio lo realizó la firma Mercados y Muestras, entre los días 9 y 13 de enero, por lo cual el cuestionario no incluía el nombre del candidato del MAS, el exministro de Economía, Luis Arce, quien fue anunciado hace apenas unos días atrás.

El mismo partido sostiene que su filosofía se funda “en la autodeterminación de los pueblos, la plurinacionalidad, descolonización, antiimperialismo y la conjunción de las vertientes ideológicas del indianismo, indigenismo, katarismo, marxismo, socialismo y comunismo heterodoxo.

El MAS necesita la aparición de muchos cuadro políticos jóvenes en tiempos de dictadura. Foto: Web

Juventud divino tesoro

No obstante, existe otro factor que quizás pasa desapercibido por el liderazgo que ha tenido Evo Morales en los últimos 15 años, y es la formación de cuadros políticos jóvenes que den la cara en momentos como éste, cuando los líderes tradicionales sufren los embates e injusticias de un gobierno de facto y urge aun más que nunca que aparezcan caras nuevas.

Aunque no son jóvenes, los actuales candidatos a la presidencia, Luis Arce Catacora, y a la vicepresidencia, David Choquehuanca, surgieron de las bases hace muchos años.

En el caso de Choquehuanca, de las luchas sociales por la reivindicación de los pueblos indígenas del altiplano y del movimiento político que se conoció en Bolivia como “500 años de Resistencia”.

En tanto, el ex ministro de Economía, Arce, deviene de una formación política vinculada al Partido Socialista de Marcelo Quiroga Santa Cruz (PS1).

Los rostros del futuro

Ciertamente el MAS – IPSP en ejercicio del poder más allá de los enormes logros sociales y económicos reconocidos mundialmente también ha cometido muchos desaciertos que llevaron por divorciar el contacto directo con los sectores populares que el partido demostró durante los primeros años del siglo XXI en la historia política boliviana. La burocracia y la falta de formación política llegó a carcomer un proyecto político que nunca planteo una real revolución cultural. Una de sus grandes falencias fue la falta de promoción a los nuevos liderazgos que se gestaban dentro del MAS – IPSP.     

Por eso más allá de Arce y Choquehuanca, hay muchas caras jóvenes, entre las que destacan tres llamados a promover una nueva revolución cultural en los próximos años.    

La primera figura es Adriana Salvatierra (30 años) que asumió por una casualidad involuntaria la primera senaturía del departamento de Santa Cruz, ya que en mayo del 2015 se nombra como Ministro de Gobierno a su senador titular, Carlos Romero, tras una crisis en esa Cartera de Estado. Por lo tanto, nunca se consideró a Salvatierra para asumir esa importante posición a pesar de toda su capacidad, formación política y de ya tener 26 años de edad para entonces.

Posteriormente, en enero de 2019, con valentía asumió la titularidad de la Cámara de Senadores, cargo en el que se mantuvo hasta que la dictadura de Áñez disolvió prácticamente el Parlamento. Ahora quizás injustamente la dirigencia del MAS la mandó a «descansar».

El segundo personaje es Andrónico Rodríguez (30 años), quien por años estuvo relegado única y exclusivamente a la dirigencia sindical de las seis Federaciones del trópico de Cochabamba. Activo combatiente durante los días terribles cuando las hordas paramilitares salieron a hacer de las suyas. Todos lo respetan y lo siguen.

Paulatinamente adquirió preponderancia en medio de la crisis de liderazgos, al punto de haber sido considerado su nombre para integrar la fórmula presidencial del MAS, específicamente a la vicepresidencia, junto a Choquehuanca. Muchos analistas lo ven incluso como el reemplazo natural de Evo Morales, quizás el Evo 2.0 mejorado que todos necesitan en Bolivia. Actualmente se perfila como el candidato a senador con más opciones por su Departamento

El tercer joven es Gabriel Villalba Pérez (26), militante en el MAS desde 2013, abogado que se especializó en Geopolítica, Integración Regional y Comunicación Política en México. A nivel mediático, Villalba también es columnista y analista político en medios como TeleSUR, e Hispan Tv, desde el Centro de Estudios Nuestro Americano Chávez Kirchner, en su país, porque tampoco se fue, se quedó luchando.

Hoy, Villaba es considerado uno de los cuadros políticos jóvenes del MAS con basta producción intelectual y experto en desenvolverse en medios, con el perfil adecuado para encabezar una de las listas en los comicios legislativos a realizarse próximamente.

Es hora de los más jóvenes

En las elecciones de 2019, el MAS no apostó con fuerza a la participación de la juventud y tuvo muy pocos candidatos jóvenes inscritos en sus listas, una situación que indudablemente debe incrementarse en los futuros comicios.

En medio de la actual coyuntura, la decisión es seguir así o virar radicalmente y convertirse en la fuerza de la juventud boliviana.

Precisamente, el MAS se encuentra ante una oportunidad histórica por transformar -para siempre- la participación política juvenil en Bolivia, en contraparte a un Gobierno de facto cooptado por las fuerzas conservadoras de la clase política tradicional boliviana.

El politólogo Marcelo Silva afirmó a Página Siete que el MAS conserva un «voto duro» basado en reivindicaciones indígenas y campesinas, y radicado principalmente en las zonas rurales y suburbanas.

En una nota reseñada por Resumen Latinoamericano, Silva asegura que “en el ámbito de las ofertas políticas, ningún partido llena las expectativas de estos sectores y es difícil pensar que ese voto va a migrar a otra opción política” diferente al MAS, expresó Silva.

Asimismo, sostiene que las posibilidades del masismo se ven beneficiadas por la dispersión de sus adversarios de derecha, que por ahora están fragmentados en cinco candidaturas diferentes.

Es por ello que el MAS tiene la tarea de emplear caras nuevas que permitan asegurar el voto juvenil para dos pesos pesados de la política boliviana –uno en economía, Arce, y otro en relaciones internacionales, Choquehuanca, ambos reconocidos por convertir a Bolivia –bajo el mandato de Evo Morales- en la economía más estable del continente.

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