Mientras el mundo se concentra en la pandemia, Bolsonaro y sus amigos saquean la Amazonía

Días atrás, una red de empresarios pudo extraer en menos de un año más de 9.000 árboles centenarios del bosque brasileño para la venta ilegal de su madera

“La Amazonía pronto arderá de nuevo” alertó The New York Times en un artículo reciente. El rotativo alertó que cuando vuelva la temporada de sequía ese vasto territorio será atacado por las llamas debido al incremento de la deforestación.

El 65 % de la selva amazónica está en Brasil y el diario estadounidense denunció que esta región sufre una devastación a escala industrial, bajo la complicidad del Gobierno de Jair Bolsonaro.

“Algunos grupos criminales han puesto la mira en terrenos de propiedad pública para realizar actividades ganaderas y mineras de baja productividad. Existen esquemas ilícitos de apropiación de tierras que, aunque destruyen la biodiversidad y el potencial de las bioeconomías, generan riqueza para personas bien relacionadas. El presidente Bolsonaro y su gobierno alientan este tipo de actividades”, indicó el Times.

Bolsonaro y sus aliados respaldan un proyecto de ley que incentiva todavía más la deforestación en la Amazonía. Foto: Sostebibilidad. Semana.

Permiso para saquear la Amazonía

El artículo de opinión escrito por el historiador brasileño Bruno Carvalho advierte que justo cuando el planeta entero está concentrado en las crisis provocadas por la pandemia del COVID-19, «los delincuentes actúan como si tuvieran permiso para saquear» la Amazonía.

Carvalho señaló que en abril pasado, el ministro del Medioambiente, Ricardo Salles, despidió al director de una división de la Policía después de que dirigió un plan para desmantelar una operación minera ilícita. 

Recordó que Salles tiene una larga trayectoria de alianzas con infractores, ignora a los especialistas y trolea a los defensores del medioambiente.

El historiador añadió que el Gobierno Federal ha evitado hacer designaciones para cargos clave y propuso recortes masivos al presupuesto de las agencias ambientales, anuncio que socavó las medidas de prevención, monitoreo y control de incendios.

Bolsonaro se ha hecho la vista gorda frente a las prácticas de deforestación que ocasionan los incendios. Foto: Getty Images

La supervisión es escasa y, en consecuencia, hay menos multas por infracciones”, afirmó el también profesor de la Universidad de Harvard, donde forma parte del Centro para el Medioambiente.

También destacó que el Mandatario ultraderechista y sus aliados respaldan un proyecto de ley que incentiva aún más la deforestación, pues permite a los acaparadores de tierra obtener la propiedad de terrenos públicos, incluso territorios indígenas.

Este mismo año, Bolsonaro anunció la formación de un Consejo de la Amazonía coordinado por el vicepresidente Hamilton Mourão, un general retirado, e integrado por miembros de su Gabinete y del Ejército.

Esta instancia no incluye representantes de la comunidad científica de Brasil reconocida internacionalmente y tampoco de organizaciones indígenas y de la sociedad civil dedicadas a la protección del bosque tropical.

“El Vicepresidente se apega a las reglas del partido y apoya la propuesta legislativa conocida como ‘Proyecto de apropiación de tierras’, en contra de las recomendaciones de especialistas e, incluso, del Ministerio Público Federal”, denunció Carvalho.

La cuestionada política medioambiental del Gobierno de Bolsonaro quedó en evidencia una vez más gracias a un video de una reunión ministerial, celebrada en abril pasado, que fue revelado por la Corte Suprema, dentro una investigación contra el Mandatario por supuestas injerencias ilegales en la Policía Federal.

En el video de la reunión, se puede observar cómo el ministro Salles propone reducir las protecciones ambientales aprovechando que la prensa está distraída con la pandemia.

La deforestación aumenta a un ritmo alarmante. Desde agosto de 2019 ha aumentado un 94 por ciento con respecto al año anterior. Foto  WWF.

Deforestación alarmante

The New York Times alertó que la deforestación en la Amazonía aumenta a un ritmo alarmante, y las cifras así lo sustentan.

Entre agosto de 2019 y abril de 2020, la deforestación en la Amazonía brasileña alcanzó los 5.666 km², casi la suma de la extensión deforestada entre 2018 y 2019 en el mismo período, según datos del Sistema de Detección de Deforestación en Tiempo Real (Deter-B), con el que cuenta el Instituto Nacional de Investigación Espacial (INPE).

En términos porcentuales, la deforestación acumulada en los últimos ocho meses aumentó 94 %, en comparación con el mismo período del año anterior.

Las cifras de deforestación en abril de 2020 también son aterradoras, ya que experimentó un incremento de 64 % en comparación con el mismo mes de 2019.

“En abril se emitieron alertas de deforestación por 405,6 km², mientras que en el mismo período de 2019 ese número fue de 247,7 km². Estos datos hacen parte de un seguimiento al récord histórico del primer trimestre de 2020, en comparación con el mismo período en los últimos 10 años”, reseñó el diario Nuevo Siglo.

Las alertas en abril muestran registros de deforestación en áreas protegidas por la ley, como los Parques Nacionales Mapinguari, Campos Amazónicos, Juruena y Acari y se han concentrado en una zona ubicada en el estado de Pará y el noroeste de Rondônia.

“Hay una trayectoria innegable de aumento de la deforestación nuevamente en 2020, a un ritmo aún más rápido que en 2019. Es probable que la nueva tasa oficial de los datos supere, por mucho, los 10.000 km² observados el año pasado”, dijo Mauricio Voivodic, director ejecutivo de WWF-Brasil.

“A diferencia de los datos de 2019, que consideraban un período aún bajo la administración del presidente (Michel) Temer, el nuevo e impresionante historial que nos espera es responsabilidad exclusiva del gobierno actual de Bolsonaro”, destacó.

Voivodic también alertó que la deforestación podría empeorar con el proyecto de ley ejecutivo que pretende legalizar el acaparamiento de tierras, que incluiría tierras que han sido deforestadas en años anteriores.

“El Gobierno da una clara señal de clemencia a los deforestadores actuales. Si se aprueba (el proyecto de ley), será el gran motor detrás de los futuros registros de deforestación”, agregó.

Esta semana cayó una red empresarial acusada de talar 9.000 árboles centenarios en la Amazonía. Imagen: PSN.

Red criminal

Gracias a la falta de controles por parte del Gobierno de Bolsonaro, las tierras de la Amazonía brasileña están siendo saqueadas por grupos criminales organizados.

Esta semana, fue noticia que una red de empresarios pudo extraer en menos de un año más de 9.000 árboles centenarios de la Amazonía para la venta ilegal de su madera.

De acuerdo con la Policía Civil, la banda extrajo en apenas 10 meses «en torno a 9.000 árboles centenarios» de especies como castaño, cupiuba, seringueira, angelim, sumaúma, cedro y muiratingas.

La Policía de Brasil detuvo a 30 personas sospechosas de integrar esta organización criminal que actuaba en Manaos, capital del estado de Amazonas, y en Manacapurú, en la región metropolitana de la ciudad.

La trama era liderada por un grupo de empresarios locales que «fomentaba la práctica de crímenes ambientales y planeaba represalias» contra los comisarios que investigan los hechos, indicó la Policía de Amazonas.

De acuerdo con la investigación, el 95 % de la madera extraída a pedido de los empresarios investigados era de origen criminal y vendida después a los comerciantes de la región.

En la organización también participaban aserraderos, taladores que se encargaban de cortar los árboles en regiones de bosque nativo, conductores de vehículos y agentes públicos.

Los científicos concuerdan en que nos aproximamos a un momento crítico que podría conducir a la “sabanización” de la Amazonía. Foto: Kaos en la red.

Sabanización de la Amazonía

En su artículo para The New York Times, el historiador Bruno Carvalho, alertó que los científicos concuerdan en que nos aproximamos a un momento crítico en el que la deforestación podría conducir a la “sabanización” de la Amazonía.

Este fenómeno tendría consecuencias desastrosas, no solo para la selva, sino para actividades como la agricultura y el abastecimiento de energía y agua a las ciudades, además de incrementar las temperaturas globales.

Las consecuencias ecológicas y socioeconómicas serían inconmensurables, entre ellas, la amenaza de enfermedades zoonóticas

Por tal motivo, Carvalho hizo un llamado a los políticos, a organizaciones internacionales y a la sociedad civil para ejercer presión sobre el Gobierno de Brasil.

“El proyecto de ley que busca permitir que se asigne a los acaparadores de tierra la propiedad legal de la misma y contribuye a la deforestación podría someterse a votación en cualquier momento”, advirtió.

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