Récord de Trump: su larga lista de funcionarios despedidos por contradecirlo

Un estudio de rotación de personal de Kathryn Dunn Tenpas, académica de la Brookings Institution, reveló que Trump tiene el récord de rotación del gabinete en el primer mandato de un presidente, así como también el récord de abandono de funcionarios adscritos a la Casa Blanca El presidente Estados Unidos, Donald Trump, despidió a su […]

Un estudio de rotación de personal de Kathryn Dunn Tenpas, académica de la Brookings Institution, reveló que Trump tiene el récord de rotación del gabinete en el primer mandato de un presidente, así como también el récord de abandono de funcionarios adscritos a la Casa Blanca


El presidente Estados Unidos, Donald Trump, despidió a su asesor de Seguridad nacional, John Bolton, este martes, el tercero que ocupaba ese cargo en menos de tres años. Así lo informó a través de un mensaje publicado en su cuenta Twitter.

Tan solo minutos después, el mismo Bolton también tuiteó, y aseguró que Trump no lo despidió, que él renunció la noche anterior pero el Presidente no le aceptó la renuncia. La situación parece un juego entre perros y gatos en el que cada quien quiere tener la razón.

Lo cierto es que la “salida” de Bolton del Gobierno se da en medio de desacuerdos fundamentales sobre cómo manejar los principales desafíos de la política exterior estadounidense, tales como Irán, Corea del Norte, Afganistán y, por supuesto, Venezuela.

Su salida fue bastante abrupta, puesto que apenas una hora antes la Casa Blanca había confirmado una sesión informativa sobre terrorismo en la que se suponía que Bolton debía aparecer junto a los secretarios de Estado, Mike Pompeo, y del Tesoro, Steven Mnuchin.

Respecto a un posible reemplazo, Trump dijo que lo designaría «la próxima semana». Sin embargo, The New York Times reseñó que un portavoz de la Casa Blanca dijo que Charles M. Kupperman, el asesor adjunto de seguridad nacional, sería su principal elección.

Algunos de los desacuerdos

En mayo, ya en El Ciudadano advertíamos que Trump estaba cuestionando las acciones que había tomado su administración con respecto a temas como Venezuela, al punto de considerarlas erradas y contraproducentes. Esto, según versiones ofrecidas por The Washington Post.

Para Trump, su equipo de asesores de seguridad más cercano, especialmente Bolton, lo estaba engañando con respecto a la situación de Venezuela y la supuesta facilidad que iban a tener para derrocar al gobierno legítimo y constitucional de Nicolás Maduro.

A ello se suman las discrepancias en torno a las relaciones con Irán y Corea del Norte, Por un lado, según The New York Times, Trump busca aperturas diplomáticas con algunos de sus “enemigos más intratables”, mientras que Bolton considera que esos dos países son “profundamente poco confiables”.

De igual manera, Bolton pasó los últimos días “librando una batalla de último minuto para evitar que Trump firmara un acuerdo de paz con la organización militante talibán, pacto que el presidente preparaba para finalmente invitar a los líderes talibanes a Camp David.

Incluso, después de planificar el encuentro, el Mandatario terminó diciendo que las conversaciones con los talibanes ahora estaban «muertas».

Tras ello, funcionarios cercanos al Presidente “estaban furiosos por los informes de prensa que decían que Bolton se opuso a la reunión”, asegura el rotativo neoyorquino.

Prueba de ello es que Pompeo, quien se ha peleado con Bolton durante meses, no derramó lágrimas por la decisión. «(Trump) Debería tener personas en las que confíe y valore», dijo Pompeo a los periodistas. Y agregó: «Definitivamente hubo temas en los que el embajador Bolton y yo teníamos diferentes puntos de vista sobre cómo debíamos proceder».

Asimismo, el equipo del vicepresidente Mike Pence se enojó por reportes de prensa que aseguran que él también se opuso a la invitación en Camp David, haciendo creer que está del lado de Bolton y no con Trump. Inmediatamente, tanto Trump como Pence negaron públicamente los informes, pero algunos funcionarios de la Casa Blanca consideran que ese sería “el colmo de los males” para el Jefe de Estado.

El último de una lista interminable

Trump se ha caracterizado por mantener una postura “patotera”. Se pelea con todos, insulta, sanciona, ataca sin clemencia, a estadounidenses y extranjeros por igual. Un segundo después, abre los brazos y dice que todo está bien y que no ha pasado nada.

Su aparente bipolaridad lo lleva a gerenciar tomando siempre decisiones viscerales y argumentando siempre con base en mentiras, un promedio de 23 al día, según algunos reportes de prensa.

El despido, o renuncia, de Bolton se suma así a una larga e interminable lista de funcionarios que han sido destituidos o que han “dimitido” desde que Trump llegó la presidencia, en 2016.

La razón de todas y cada una de estas salida es siempre la misma: atreverse a llevarle la contrario al magnate que sentado en la oficina oval de la Casa Blanca se cree dueño del mundo y -por tanto- todos deben arrodillarse ante él, cuando emperador romano.

La lista incluye prestigiosos cargos y nombres, como los secretarios de Defensa, James Mattis; y de Estado, Rex Tillerson; y el Jefe de Gabinete, John Kelly; quienes fueron destituidos por ignorar u obstaculizar lo que consideraban ‘solicitudes peligrosas’ de Trump.

Donald Trump ha sido un asiduo contrincante para funcionarios de su propio Gabinete Ejecutivo. Foto: AP

Un estudio de rotación de personal de Kathryn Dunn Tenpas, académica de la Brookings Institution, y publicado por The New York Times, reveló que Trump tiene el récord de rotación del gabinete en el primer mandato de un presidente, así como también el récord de abandono de funcionarios adscritos a la Casa Blanca.

En total, contabiliza siete jefes de Comunicaciones, tres jefes de Gabinete, cuatro secretarios de Seguridad Nacional, tres secretarios de Prensa, cuatro secretarios de Asuntos de Veteranos, cuatro asesores de Seguridad Nacional, dos directores de Presupuesto, cuatro secretarios de Salud y Servicios Humanos, dos secretarios del Interior, dos secretarios de Trabajo, tres directores de Inteligencia Nacional y dos secretarios de Estado.

También registra tres fiscales Generales, dos directores de la CIA, tres secretarios de Defensa, dos asesores Principales de Economía y dos encargados de la Administración de Pequeñas Empresas.

Cuáles han sido las destituciones más polémicas

John Bolton, tercer asesor de Seguridad Nacional, despedido el 9 de septiembre de 2019. Trump aseguró que estaba «muy en desacuerdo con muchas de sus sugerencias». Fue asesor de guerra de George W. Bush y siempre ha sido una figura polémica y criticada. Era el mayor promotor de la línea dura contra Venezuela y Cuba.

Foto: Getty Images

Alexander Acosta, secretario de Trabajo, presentó su “renuncia” el 12 de julio de 2019, dos días después de haber defendido su participación en 2008 como fiscal federal de Florida, cuando negoció un acuerdo que permitió al millonario Jeffrey Epstein evitar cargos federales por abuso sexual y tráfico de menores.

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Rod Rosenstein, número dos del Departamento de Justicia, “renunció” el 11 de mayo de 2019, tras dos años en el cargo y luego de nombrar y supervisar la fiscalía especial de Robert Mueller y la “trama rusa”, algo que lo puso en confrontación con la Casa Blanca.

Foto: Getty Images

Kirstjen Nielsen, secretaria del Departamento de Seguridad Nacional, “renunció” el 7 de abril de 2019. Era el brazo ejecutor de las políticas migratorias de Trump, muy criticadas por ser violatorias de los derechos humanos y acciones carentes de humanidad.

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Brett McGurk, enviado especial para la coalición contra el Estado Islámico, renunció el 22 de diciembre de 2018, en protesta por el retiro de las tropas militares en Siria.

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Jim Mattis, secretario de Defensa, renunció el 20 de diciembre de 2018, también en rechazo al retiro de las tropas estadounidenses de Siria.

Foto: AP

Ryan Zinke, secretario del Interior, “renunció” el 15 de diciembre, tras enfrentar múltiples investigaciones por posibles conflictos de interés.

Foto: AP

John F. Kelly, jefe de Gabinete, el 8 de diciembre de 2018. Trump se limitó a declarar la prensa que el general retirado “dejaría” el cargo al que llegó en julio de 2017.

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Helen Aguirre Ferré, portavoz hispana de la Casa Blanca, renunció el 8 de agosto de 2018. Es una de las caras más conocidas en la comunidad hispana y su salida sembró dudas sobre el compromiso de Trump de tener comunicación fluída con los medios hispanos.

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Tom Bossert, consejero de Seguridad Interna, “renunció” el 10 de abril de 2018. Presuntamente, la razón fue una solicitud del recién llegado asesor de Seguridad Nacional, John Bolton.

H.R. McMaster, asesor de Seguridad Nacional, despedido por Trump el 22 de marzo de 2018. Trump lo reprendió por no haber planificado las opciones militares contra Venezuela que él solicitó.

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Rex Tillerson, secretario de Estado, despedido el 13 de marzo de 2018, presuntamente por haber colaborado para ignorar u obstaculizar lo que consideraba ‘solicitudes peligrosas’ de Trump.

Foto: AP

Hope Hicks, directora de Comunicación de la Casa Blanca, fue la cuarta persona despedida en ese cargo en poco más de un año. La decisión se conoció un día después de que declarara ante el Comité de Inteligencia de la Cámara Baja que su trabajo para Trump de vez en cuando requería decir «mentiras blancas».

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John Feeley, embajador en Panamá, renunció a finales de diciembre de 2017, después de que Trump emitió unas declaraciones sobre los “países de mierda” que mandan inmigrantes a Estados Unidos.

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Reince Priebus, jefe de Gabinete, despedido el 28 de julio de 2017. Posteriormente contó a CNN en una entrevista televisiva que presentó su renuncia un día antes porque Trump “quería hacer las cosas de un modo diferente”.

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Sean Spicer, secretario de Prensa de la Casa Blanca, renunció el 21 de julio de 2017, argumentando su desacuerdo con la designación del banquero Anthony Scaramucci como nuevo Director de Comunicaciones.

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Michael Flynn, exconsejero en temas de Seguridad, obligado a renunciar tras haber mentido sobre el contenido de una conversación con el embajador ruso antes de ser nombrado asesor.

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Tom Shannon, el principal diplomático de carrera y especialista en América Latina, renunció el 1 de febrero de 2017, supuestamente por motivos personales y no políticos.

James Comey , director del FBI, despedido cuando investigaba los posibles contactos entre la campaña de Trump y la inteligencia rusa para interferir en las elecciones.

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Sally Yates, fiscal general interina, considerada una «traidora» por Trump, despedida por ordenar a su departamento no defender en cortes la orden ejecutiva que prohibía temporalmente los viajes a EE. UU. de ciudadanos de siete países de mayoría musulmana.

Visceral y malcriado

En esencia, la situación alrededor de Trump refleja una profunda diferencia “filosófica” que ha caracterizado su mandato. A ello hay que sumarle visceralidad, sus berrinches y posturas adelantadas, muchas de ellas fundamentadas en engaños y trampas, las cuales siguen dañando la imagen del mandatario estadounidense.

Recientemente, en una reunión con funcionarios de seguridad nacional, Trump sugirió que EE. UU. debería anclar buques de la Armada a lo largo de las costas venezolanas, para evitar que embarcaciones con bienes entren y salgan de ese país.

Aunque públicamente no ha ofrecido detalles de la idea, funcionarios anónimos citados por el portal Axios aseguran que el Pentágono no se ha tomado en serio esta idea extrema, porque creen que “no es práctica, no tiene base legal y absorbería los recursos de una Armada que ya está extendida para contrarrestar a China e Irán”.

Así, ejemplos como estos se espera que se sigan presentando en los próximos meses, cuando el Mandatario estadounidense entre nuevamente en carrera electoral, de cara a los comicios presidenciales en los cuales aspira ser reelecto para un segundo mandato.

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