El cambio climático incide concretamente en la pobreza de los suelos áridos
Las bacterias y hongos del suelo enriquecen y fertilizan las tierras, favorecen la producción de alimentos, el ciclo de nutrición de la tierra y actúan como un procesador del CO2 que emitimos a la atmósfera cuando quemamos combustibles fósiles (petróleo, gasolina, etc)