Caval: nuestra insuperable novela negra (una historia de codicia y avaricia)
Ni Michael Conelly, ni Jo Nesbo, ni menos Lee Child han sido capaces de crear personajes como los que se entremezclan y cobran vida en el caso Caval. Tampoco las letras de Joaquín Sabina llenas de ángeles caídos –“yo era un huele-braguetas sin licencia, quemado en la secreta por tenencia, extorsión y líos de faldas. Estaba, como buen ex policía a sueldo de un pez gordo que sabía cubrirse las espaldas” -, han podido generar personajes como los que encarnan en vida Victorino Arrepol y Sergio Bustos. Hete aquí su historia.