Algunos filósofos contemplan que no hay ni dulce ni amargo, solo existe la diferencia en su comparación

¿Se puede identificar el sabor del agua?

Como se conoce en el imaginario de la gran mayoría de las personas se contempla que el agua no posee sabor, ahora bien, vale preguntarse ¿realmente el agua no tiene sabor?

El cuerpo humano como resultado de los siglos de existencia y la dura evolución se ha adaptado a las condiciones naturales desarrollando lo necesario para sobrevivir en la tierra. Uno de sus órganos fundamentales para lograr esto es la lengua, este interviene en el gusto, en la masticación, deglución de los alimentos y en la articulación de los sonidos de la voz.

En este órgano supra sensorial brinda particularmente el gusto que es sumamente determinante, permite diagnosticar las sensaciones del sabor “lo salado, el dulce, el agrio y el amargo”, lo cual nos hace aprobar si los alimentos, necesarios para nuestra vida, son bueno o no para el cuerpo. Así podemos diferenciar si bebemos vaso de un dulce néctar o un trago de tóxica gasolina.

Como se conoce en el imaginario de la gran mayoría de las personas se contempla que el agua no posee sabor, ahora bien, vale preguntarse ¿realmente el agua no tiene sabor?

Sensores de Sabor

Algunos filósofos contemplan que no hay ni dulce ni amargo, solo existe la diferencia en su comparación. Aunque la ciencia plantea que hay una especie de aceptador de sabores en nuestra lengua (papilas gustativas) que permiten a las personas y animales, determinar el sabor del agua y diferenciarlos de otros líquidos.

Aun así, no conocemos un método certero para diferenciar el agua en nuestra boca, sobre todo si la comparamos con el sabor de nuestra propia saliva. Una de las interrogantes que más aqueja a la comunidad científica, es si ¿el agua tiene sabor? O si ¿solo se trata de un sistema de transporte para otros sabores?

Pruebas para identificar el sabor del agua

Un experimento realizado por un equipo del Instituto de Tecnología de California, podría aclararnos un poco acerca del tema. Los científicos colocaron en la lengua de unos ratones de laboratorio células receptoras del gusto (TRC) para descubrir el agua.

Luego hicieron que bebieran agua y un insípido aceite de silicona y descubrieron que TRCs que sienten el sabor amargo tenían la respuesta más fuerte. Asimismo, los roedores que no tenían los TRC que identifican lo “amargo” tuvieron la mayor dificultad para identificar el agua correctamente.

Identificar el sabor ha sido fundamental para nuestra existencia

Queda en evidencia de que los TRCs agrios ayudan a los animales a identificar el agua, eso sugiere que esas células juegan un papel crucial en el sabor del agua y dan muchas luces para interpretar si realmente el agua posee sabor o no.

Al poseer el sentido de percepción deja a la libre interpretación el sabor del agua, ya que unas personas son más sensibles que otras. Lo que si podemos afirmar es que la detección de sabores “agrios” o “dulce” juega un rol fundamental en el hecho de la supervivencia.

 

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