Hoy se cumplen 27 años de su fallecimiento

¿Quién fue Timothy Leary?

Desafió las convenciones de uso de enteógenos en experimentación psicologica y predijo el advenimiento del transhumanismo

Por Daniel Carpinteyro

31/05/2023

Publicado en

Actualidad

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Advertencia: El artículo que a continuación se presenta obedece a la lógica de la efeméride. No es una recomendación ni invitación a consumir algún tipo de estimulantes, enteógenos, disociativos o como se guste denominarle.

Se trata de repasar la vida de un científico, filósofo performático y escritor cuya impronta ha marcado aspectos relevantes de la contracultura occidental. Sea el mejor discernimiento axiológico de nuestra lectoría quien formule la última palabra.

Un 31 de mayo como hoy, pero de 1996, cesaron las funciones orgánicas de la entidad que durante 75 periodos orbitales de la Tierra había sido conocido entre otros homo sapiens como Timothy Leary.

El juego de la energía perdura

Más allá del esfuerzo

El juego de la energía perdura

Más allá del cuerpo

El juego de la energía perdura

Más allá de la vida

Aquí afuera

Flota intemporal

Más allá del esfuerzo
(De «Plegarias Psicodélicas», Timothy Leary. Traducción propia).

Durante su estancia en el tercer planeta en proximidad con la Estrella Central del Sistema Solar, la entidad que nos ocupa remontó una evolución intelectual y espiritual reservada a una minúscula porción de los Sapiens.

«Prospecto-fallido-de-soldado<Psicometrista/Psicoterapeuta-Robotizado<Investigador-Psicodélico<Transhumanista-Pagano» : un recorte tentativo.

Tras la mengua del resplandor psicodélico de las revoluciones culturales de los tardíos sesenta y tempranos sesenta del siglo pasado, tras el ascenso del Tecnofeudalismo y el Neo-obscurantismo, las ideas que Leary contribuyó a desarrollar han pasado a formar parte de un nuevo Corpus hermeticum, accesible a quien posea los rudimentos más elementales de las tecnologías informáticas y telemáticas, pero hasta cierto punto estigmatizado dentro de una esfera de saberes que la «gente decente», «las buenas conciencias» no tendrían por qué buscar.

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En muchos ámbitos -que no excluyen los cuerpos académicos convencionales-, el empapamiento en Leary y su órbita intelectual suele invitar a funcimientos de ceño y juicios de valor menos favorecedores que el empapamiento en Skinner, Watson y similares visionarios de la automatización humana. Quien sepa de Leary se arriesga a verse señalado como sedicioso, fascineroso y adjetivos aún más graves, con las correspondientes repercusiones profesionales que la repetición de ciertos adjetivos suele acarrear.

A continuación, glosamos tres momentos legendarios de Timothy Leary.

I. Festín de hongos psicodélicos en Cuernavaca: cuna de un modelo de la conciencia

En agosto de 1960, Leary viajó a Cuernavaca, Morelos, en la República Mexicana, invitado por su amigo, el bon vivant y bohemio Anthony Russo. Se cuenta que un antropólogo les consiguió en el mercado de San Pedro un considerable alijo de hongos Psilocybe mexicana. En la finca de Russo, seis adultos, ante la presencia de menores de edad, se entregaron a la ingesta ritual de los hongos. A Leary el trance le duró 5 horas, en las que declaró haber aprendido más sobre la mente que en 15 años de estudiarla como académico.

Aproximación infografica al modelo de ocho circuitos de la conciencia.

Fue durante este episodio que se gestó el Modelo de Ocho Circuitos de la Conciencia, que consolidaría entre 1973 y 1977. El modelo gradúa la evolución neurológica humana en 8 periodos y 24 circuitos, la mitad de los cuales posibilitan la supervivencia en la Tierra y la otra mitad se activarán cuando la especie consiga migrar al espacio exterior. (Enrico Fermi se permite una risa sarcástica).

**II. Convertir a presidiarios en gente buena onda: el experimento de la Prisión de Concord**

Entre 1961 y 1963, un equipo coordinado por Timothy Leary condujo sesiones de psicoterapia grupal con 32 internos de la Prisión de Concord, un centro penitenciario de seguridad media perteneciente al sistema penitenciario de Massachussets, estado ubicado en el país con mayor proporción a nivel mundial de ciudadanos encarcelados; a cuyo presidente suele denominarse convencionalmente «Líder del mundo libre».

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Los internos participantes en el experimento estaban próximos a ser liberados, y la hipótesis de trabajo es que un tratamiento híbrido entre terapia grupal… e ingesta de psilocibina (el agente activo de los hongos psicodélicos), provocaría una disminución en la reincidencia delictiva.

De acuerdo a las cifras presentadas por Leary, la reincidencia de la población que trabajó fue del 20%, muy por debajo de la media nacional de 60% de esa época. Estudios subsecuentes (bajo patrocinio gubernamental) de seguimiento a 34 años refutan las conclusiones de Leary.

Por cierto, que 12 años antes del experimento, fue interno en Concord el escritor y activista por los Derechos Civiles Malcolm X. ¿Se imagina usted la lucidez de este pensador radical pasado por el filtro fúngico?

III. Experimento del Buen Viernes: Ascensión divina en un campus universitario

El 20 de abril de 1962, en la Capilla Marsh, de la Universidad de Boston, el teólogo, médico y psiquiatra Walter Pahnke implementó la fase experimental de su tesis doctoral sobre Religión y Sociedad.

Asesorado por Timothy Leary y Richard Alpert, (el dúo dinámico detrás del Proyecto de Psilocibina de Harvard), Pahnke condujo un servicio religioso con veinte estudiantes de Teología. A la mitad de ellos les administraron previamente psilocibina y a la otra mitad un placebo llamado niacina.

Todo el grupo describió haber ascendido a la experiencia mística más significativa de sus vidas, profundizando en sus nociones de comunión y afecto. Se cuenta que uno de los participantes abandonó la capilla anunciando a todo pulmón la segunda venida del Mesías, por lo que tuvo que ser capturado y bajado al mundo terreno con clorpromazina.

Este fue uno de los motivos por los que expulsaron a Leary de Harvard.

¡Vade retro, Satanas!