Prestigio «desafina» con bajos ingresos de mariachis en El Alto

Durante la temporada de fin de año aumentan 30% las contrataciones, debido a los convivios y las fiestas navideñas

Por Daniel Jiménez

23/12/2023

Publicado en

Artes / México / Portada secundaria / Puebla

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A pesar de que las fiestas de fin de año representan una temporada de alta demanda para los conjuntos de mariachis, quienes cobran por una hora de música entre 2 mil 500 a 3 mil 800 pesos, los ingresos individuales de cada elemento apenas rebasan los 3 mil pesos semanales.

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Ramiro Ortiz García, quien toca la trompeta en el conjunto Mariachi México, afirma que este oficio alcanza para vivir bien y solventar los gastos familiares, pero es necesario estar todo el día fuera de casa buscando clientes.

El músico, que desde hace más de 20 años ha formado parte de 15 conjuntos de mariachi diferentes, relató a El Ciudadano México que todos los días sale al mercado de El Alto a esperar que alguna persona se interese en los servicios de su agrupación integrada por cinco personas.

Cuenta que generalmente antes del mediodía hacen dos trabajos de música, en los cuales normalmente interpretan canciones para entierros y por la noche son contratados para tres o cuatro serenatas, en las que tocan temas como «Un motivo», «Gema», «Novia mía» y «Paloma Querida».

«Cuando uno sale en la mañana, desde las 9 a las 2, pues suelen salir las del panteón, las que acompañas al panteón, después comidas y en la noche son las serenatas»

Ramiro Ortiz García
Mariachi

La temporada de fin de año es la de mayor trabajo para ellos, pues sus contrataciones aumentan hasta 30 por ciento para amenizar convivios y fiestas navideñas por un costo de 2 mil 500 pesos la hora, aunque si sólo se trata de una serenata cobran mil 800 por seis temas.

El trabajo le genera ingresos de alrededor de 3 mil pesos semanales, no obstante, disfruta dedicarse a esto debido al reconocimiento que tiene la figura de este tipo de músico, pues «donde uno se pare el mariachi es una cultura para todo el mundo, donde quiera el mariachi es muy conocido».

Además de lo anterior, está la tradición familiar, pues su padre fue un músico reconocido como parte del conjunto Mariachi Oro y Plata, mientras que sus hermanos y uno de sus hijos también se dedican a este oficio en Ciudad de México.

Cuidando el legado familiar

Pedro Hernández Colula es otro trompetista que busca trabajo todos los días en el mercado de El Alto para Mariachi Juvenil, conjunto al que pertenece desde hace diez años, aunque este inició formalmente en 1998 a través de su padre y unos tíos.

«Hemos trabajado 25 años en este lugar y nosotros somos de la segunda generación», relató el trompetista, quien reconoce no tener una formación académica en música, pues todo lo que sabe lo aprendió estando cerca de su papá.

Él, a diferencia de Ramiro, no considera que la ocupación de mariachi sea respetada y todo esto tiene que ver con que se ignoran tradiciones de este oficio, lo cual también dificulta poder vivir de esto.

«Antes era respetado, pero ahorita ya no. Igual y nosotros mismos lo llevamos a eso, porque los mariachis deben ser conjuntos de 8 o 10 elementos, pero ahorita están trabajando hasta 4 o 5 elementos por costos que no convienen. Nosotros somos 8 y no podemos competir contra los que tienen 5»

Pedro Hernández Colula
Mariachi

Los 2 mil pesos que cobran por tocar seis temas en una serenata y los 3 mil 200 que reciben por una hora de música le dejan ganancias de alrededor de 3 mil 300 pesos semanales, que a veces no son suficientes para mantener a sus dos hijos.

Sin embargo, logra salir adelante debido a que esta no es su única ocupación, ya que también se dedica al trabajo en campo cultivando maíz, papa y manzana en el municipio de Lafragua, de donde es originario.

«El oficio de mariachi a veces no alcanza para mantener a la familia, siento que es como todo, a veces hay y a veces no», expresó, al tiempo que admite que no todos los días hay trabajo en El Alto.

A pesar de todo, dice que lo más difícil es aguantar los desvelos, pues hay días en los que a la 1 o 2 de la madrugada siguen esperando alguna contratación, por lo que él y el conjunto conformado por familiares suyos, terminan volviendo a casa al amanecer.

Fotos: Daniel Jiménez

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