Estudio de babuinos observa hostigamiento sexual de machos a hembras

Según Elise Huchard, coautora del trabajo, las agresiones de los machos funcionan como técnica de intimidación. "Amenazándolas y atemorizándolas durante períodos prolongados, los machos disuaden a las hembras de apartarse de ellos y las incitan a aceptar el apareamiento”, explica.

Por Sofia Olea

07/07/2017

0 0


Un estudio, publicado en la revista Current Biology, muestra que a través de la intimidación sexual a las hembras, los machos babuinos aseguran la reproducción a largo plazo. Los investigadores descubrieron que los machos ejercen coerción sobre las hembras con acoso, agresión y ataque, para segurar el apareamiento y la descendencia.

No es desconocido que los primates machos coaccionen, o en algunos casos obliguen a las hembras a tener relaciones sexuales. Se han observado orangutanes machos que aún no son lo suficientemente maduros -o fuertes- para mantener sus propios territorios, rondando la selva tropical hasta que se encuentran con una hembra sola y, básicamente, la violan. Los chimpancés machos también coaccionan agresivamente a las hembras para concretar la cópula.

Los investigadores siempre se han preguntado por qué los machos de especies promiscuas de primates, tienden a ser agresivos con las hembras, y algunas teorías tratan de explicarlo. Las hembras de estas especies tienden a mostrar signos evidentes de que están ovulando, y tratan de alentar a la mayor cantidad posible de machos a que se apareen con ellas.

A menudo se ha pensado que las hembras ovulando tienen todo a su favor, pero puede ser que en verdad tengan menos opciones de las que se pensaba. «Este estudio se suma a la creciente evidencia de que los machos usan tácticas coercitivas para restringir las decisiones de apareamiento femenino en primates promiscuos, cuestionando así la extensión de la libertad sexual de las hembras en esas sociedades, y sugiriendo que la intimidación sexual tiene una larga historia evolutiva en los primates» explica Alice Baniel, quien dirigió el estudio.

El equipo vio que los babuinos que repiten agresiones durante las semanas anteriores a la ovulación, aumentan las posibilidades de monopolizar el apareamiento con una hembra durante los días más fértiles. Según Elise Huchard, coautora del trabajo, las agresiones de los machos funcionan como técnica de intimidación. «Amenazándolas y atemorizándolas durante períodos prolongados, los machos disuaden a las hembras de apartarse de ellos y las incitan a aceptar el apareamiento”, explica.

Cuando se trata de coerción masculina dentro de los babuinos Chacma de Namibia, las hembras acosadas tienen más probabilidades de elegir a su pareja entre sus atacantes que entre otros machos que las dejan en paz. Esto hace que los primates agresivos tengan más éxito que sus compañeros más pacíficos, lo que podría ser un indicador de que es un comportamiento seleccionado para la supervivencia de la especie. Por qué las hembras soportan esto, todavía no se sabe, pero los investigadores especulan que puede deberse al temor de ser dañadas si los rechazan.

«Las formas de violencia sexual observadas en los babuinos Chacma pueden parecerse a algunos patrones de violencia sexual entre los humanos, en el sentido de que son expresadas de forma similar en relaciones a largo plazo, donde hay una gran proximidad espacial y adhesión entre el macho y la hembra», dice Huchard, pero advierte que debemos ser cautos al establecer similitudes, para no caer en explicaciones biologicistas de la violencia de género. «El origen evolutivo de la intimidación sexual humana tan solo es una posibilidad; hay otras explicaciones alternativas. Por ejemplo, en los seres humanos varía mucho según la cultura, pero en chimpancés y en babuinos aún es temprano para hablar de razones culturales», recalca.

Fuentes, IFLScience, Sinc

El Ciudadano

Síguenos y suscríbete a nuestras publicaciones